Tratamiento individualizado
Pueden utilizarse varias medicaciones inyectables según el agente infeccioso: E. coli, Lawsonia intracellularis y Brachyspira pilosicoli. Cada uno de ellos tiene tratamientos de elección, que deben ajustarse a cada granja.
Puede ser difícil determinar qué animales necesitan tratamiento. La forma más fácil es buscar los que tienen sucia la parte trasera (foto 1) o quizá los que tengan la zona anal enrojecida. Sin embargo, las investigaciones indican que, utilizando este método, sólo se localiza 1/5 de los animales que necesitan tratamiento. En otras palabras, hay muchos animales que no se detectan, y esto tiene repercusiones en la productividad, la salud y el bienestar animal.
Otra solución es, desde luego, esperar hasta poder ver las heces del animal, pero esto es inviable en una explotación comercial. Sin embargo, lo que sí que debe hacerse es tratar a los animales en los que se detecten heces blandas o acuosas, aunque tengan una buena condición corporal porque estos lechones pueden tener una excreción muy elevada del agente infeccioso. Por otra parte, los lechones atrasados deben tratarse aunque no tengan diarrea, ya que pueden tener una infección intestinal. Como norma general, el tratamiento debe durar por lo menos tres días, pero no debe detenerse hasta que el animal esté recuperado.
Otra forma de realizar tratamientos individualizados es utilizar corrales-hospital. Los animales que requieran tratamiento se alojan en estos corrales, donde se les administra el tratamiento, ya sea mediante inyección o mediante pienso o agua medicados. La experiencia clínica muestra que la medicación peroral tiene un efecto mejor que la inyectada. Además, en estos corrales tienen más espacio y es posible suministrarles un pienso con un tamaño de partícula más grueso, con más cebada y menos proteína.
Tratamiento por lotes
Según lo anterior, parece que el modo más correcto de realizar el tratamiento es extenderlo a todo el lote, ya que hay un gran número de lechones que pueden tener una infección intestinal subclínica. Esto está bien documentado para Lawsonia, pero también sucede con las otras infecciones intestinales.
La medicación por lotes puede realizarse vía pienso o agua. En Dinamarca, como en muchos otros países, es más común administrarla vía agua y mantenerla mientras los cerdos tengan signos clínicos. La medicación debe comenzar cuando los primeros animales empiezen a tener diarrea. Sin embargo, numerosas investigaciones han demostrado que es muy difícil encontrar el momento óptimo para realizar un tratamiento. El granjero decidirá no tratar alguna de las unidades y el 30-40 % de los cerdos terminarán teniendo diarrea, y el mismo porcentaje tendrá infecciones intestinales. Por otro lado, puede haber unidades donde el ganadero considere que sí que hay diarrea en las que, efectivamente, el 30-50 % de los cerdos tengan diarrea pero que, al analizar las muestras, en algunos casos no se detecten infecciones intestinales. Por lo tanto en estos casos el tratamiento antibiótico no sería necesario.
Esto significa que es necesario buscar nuevos métodos nuevos para determinar el momento óptimo. En Dinamarca se están utilizando cubrezapatos desechables (foto 2). La idea es que, muestreando repetidamente los cubrezapatos, pueda establecerse el momento óptimo de tratamiento. Los resultados preliminares de una investigación de la Universidad de Copenhage indican que podría ser una solución en un futuro. Sin embargo, deben desarrollarse tests PCR más rápidos y, preferiblemente, que puedan ser realizados en las granjas, los llamados análisis a pie de corral. De momento los cubrezapatos-muestra deben enviarse al laboratorio, donde se determina la causa de la diarrea y el momento del tratamiento.
De momento no es posible hacerlo rutinariamente, por lo que las estrategias terapéuticas a base de medicación deben establecerse en el momento del brote clínico de diarrea o en un momento preestablecido que, por ejemplo, puede determinarse utilizando perfiles serológicos o cuantitativos mediante PCR que muestren el momento en el que los cerdos seroconvierten o se infectan por Lawsonia. Un PCR cuantitativo parecido puede utilizarse para E. coli y Brachyspira pilosicoli. Alternativamente, en base a nuestra experiencia, podemos saber en qué momento se pierde la homogeneidad de los cerdos durante el crecimiento y justamente antes de detectar esta variación es cuando recomendamos instaurar el tratamiento. El desafío de este enfoque es que existe una variación entre lotes que es difícil de tener en cuenta.
En cualquier caso, la elección de la medicación debe realizarse en función de un test de resistencia. Evidentemente no es posible hacerlo con Lawsonia, pero sí que es posible tanto para E. coli como para Brachyspira y se ha vuelto especialmente relevante para esta última ya que muchos países europeos tienen problemas tanto con la disentería porcina como con Brachyspira pilosicoli.