El consumo total de antibióticos para la salud humana y animal ha ido disminuyendo con el tiempo desde el inicio de los programas nacionales de reducción de antibióticos. Considerado únicamente la salud animal, los veterinarios están haciendo un gran esfuerzo para educar a los dueños de mascotas y productores de animales. En concreto, en España, el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) acaba de publicar datos que muestran una reducción total del 13,6% en las ventas de antibióticos veterinarios en 2019 (27,2 mg / PCU o miligramos de principio activo por Unidad de Corrección de Población). Esta información supone una reducción total del 58,8% desde el inicio del programa, lo que sitúa la media española de 172,4 mg / UCP más cerca de la media europea de 107 mg / UCP registrada en 2018 (figura 1).
Para llevar a cabo este artículo, preguntamos a nuestro grupo de expertos en salud porcina sobre información similar específicamente para sus respectivas industrias en los EEUU, Italia, Dinamarca y España. También les preguntamos sobre las estrategias más exitosas que han adoptado en su práctica veterinaria para lograr esta reducción.
Con una tendencia similar a los datos españoles, Jean Paul Cano, director del departamento de Vigilancia Sanitaria del sistema Pipestone, destaca que los resultados de la FDA de 2015-2019 mostraron una reducción persistente en el uso de antibióticos con una disminución total del 40% en los últimos cuatro años. Los productores estadounidenses han iniciado diversas iniciativas para monitorear e informar de manera transparente el uso de antibióticos. Específicamente para Pipestone, el Dr. Cano describió su plataforma interna basada en la web llamada PART (Pipestone Antibiotic Resistance Tracker), que permite a los productores y veterinarios registrar, revisar y responder por el uso responsable de antibióticos. Como parte de la iniciativa de Pipestone para combatir la resistencia a los antimicrobianos (RAM), IMAGINE es un proyecto para recopilar datos de RAM a nivel de granja. Estos datos se compararán en tiempo real con los datos de uso de antibióticos del programa PART. Este proyecto tiene como objetivo servir como modelo para el uso responsable de antibióticos y la vigilancia de la resistencia a los antimicrobianos.
Annalisa Scollo, veterinaria responsable de las instalaciones cría y engorde de la clínica veterinaria de Suivet en Italia, participó con 36 granjas de crecimiento y engorde de sus clientes en una iniciativa de investigación privada italiana. Los resultados, publicados a principios de este año, demostraron una reducción significativa del 66% en los últimos 4 años en casi el 50% de las granjas. Al mismo tiempo, Scollo dice que todavía hay un porcentaje significativo de productores que no son sensibles al tema de la reducción de antibióticos en Italia y, por lo tanto, se deben hacer más esfuerzos para tratar de reducir los niveles de uso de antibióticos en este segmento de la industria.
Michael Agerley, de la clínica veterinaria Porcus, explicó que en Dinamarca, a pesar de comenzar con un nivel de uso de antibióticos que era 8 veces menor al de otros países como España, aún pudieron lograr una reducción del 15% en su uso en los últimos 4 años. Este valor se calcula con mucha precisión y está disponible públicamente, como se mencionó en nuestro artículo anterior. Agerley nos dijo que este logro es el resultado de los esfuerzos que realizan diariamente los veterinarios de cerdos. Dinamarca establece un límite máximo de consumo de antibióticos, que se calcula sobre la base de un censo de animales a tiempo real (iniciativa de la tarjeta amarilla). El nivel de consumo se actualiza con cada prescripción veterinaria. Si un productor pasa este límite, recibirá una "tarjeta amarilla" que se traduce en sanciones y multas monetarias. Cuando esto sucede, la granja debe crear un plan de acción y se le otorga un período de 9 meses para disminuir el consumo por debajo del límite (figura 2).
UVESA, la empresa española a la que representa Miguel A. Sanz, siempre ha estado por debajo de la media española de consumo de antibióticos desde su incorporación al PRAN. Su sólida experiencia con el negocio avícola, donde los niveles de antibióticos en los animales en crecimiento son extremadamente bajos, les ha ayudado a ir en esta dirección con sus granjas porcinas. Estar certificada como una de las empresas líderes en el sector cárnico también los ha motivado a perseguir continuamente este objetivo. Su consumo de antibióticos ha disminuido en un 50% desde sus niveles iniciales y siguen trabajando para mejorar estos valores.
Cuando se le preguntó cuáles han sido sus mejores estrategias, Miguel A. Sanz describió que utilizaron el consumo de antibióticos para clasificar los flujos de su granja de cerdas. Explicó cómo esta clasificación guió la decisión de despoblar los flujos de cerdas con una clasificación alta de consumo de antibióticos en los que era poco probable que se pudiera lograr una reducción de antibióticos a largo plazo. Ejemplos de escenarios incluyeron flujos de cerdas con problemas de disentería o serotipos virulentos de Actinobacillus pleuroneumoniae. Con el fin de garantizar que se cumplieran sus objetivos de producción durante la despoblación de estas granjas de cerdas de bajo rango, agregaron una granja de cerdas adicional a su sistema. Las mejoras en las prácticas de manejo con un enfoque en los 4 elementos básicos (es decir, agua, aire, alimento y espacio) han sido un factor muy importante para llevar las granjas con un consumo medio de antibióticos a un nivel más bajo de consumo a través de la reducción de los niveles de estrés.
Finalmente, describió sus investigaciones sobre el destete de lechones retirando la cerda de las salas de partos/maternidad. Este enfoque les permitiría trasladar a los lechones a los destetes en un estado digestivo más maduro. Todas estas estrategias reflejan el compromiso de UVESA con la eliminación continua de antibióticos y, a día de hoy, UVESA coloca el 85-90% de todos sus lotes de engorde sin utilizar antibióticos en la entrada. Como dijo Miguel A. Sanz, “es especialmente importante seguir intentándolo siempre”.