Bacterias:
Colibacilosis neonatal |
Colibacilos
Están presentes en el intestino de forma natural, por lo que es necesario caracterizar los colibacilos enterotoxigénicos por su(s) adhesina(s), que permite(n) la adherencia de la bacteria a las vellosidades intestinales, y de los genes que codifican la producción de enterotoxinas.
Diagnóstico de las enteritis neonatales colibacilares
La hemólisis producida por ciertas cepas de colibacilos sobre agar sangre ovina es presuntiva de su poder patógeno pero no es un dato suficiente ya que numerosas cepas enterotoxigénicas no son hemolíticas.
PCR para las toxinas Sta, Stb, Lt |
El método más extendido consiste en la detección de la presencia de adhesinas mediante sueros aglutinantes específicos. Lamentablemente ésta técnica no es perfecta ya que el resultado depende de la calidad de los sueros utilizados o de las condiciones de cultivo, en particular para F41 ó 987P que requieren medios no rutinarios. Finalmente la presencia de la adhesina no significa que la cepa posea el material genético necesario para la producción de toxinas. Un análisis complementario por PCR permite evidenciar las adhesinas (K88, 987P, K99, F41) y los genes productores de enterotoxinas (Sta, Stb, Lt).
Clostridios:
Enteritis por C. perfringens tipo C |
Clostridium perfringens
Como los colibacilos, los clostridios forman parte de la flora intestinal normal de los lechones. Los C. perfringens implicados en la diarrea neonatal son el biotipo A, productor de la toxina α, y el biotipo C, productor de la toxina β. Últimamente las herramientas moleculares han puesto de relieve un nuevo gen que codifica la producción de toxina β2 para estos dos biotipos.
Cultivo de C. perfringens |
Diagnóstico de las enteritis por C. perfringens
Después del aislamiento sobre medio específico, la identificación puede hacerse mediante PCR para evidenciar los genes que cifran la producción de toxinas sin poder determinar la presencia de toxinas en el intestino.
Por lo tanto es indispensable detectar la presencia de toxinas. La utilización de un kit ELISA permite detectar las toxinas α y β en el contenido intestinal confirmando así la implicación de estas bacterias en la diarrea. Lamentablemente no hay kits ELISA que detecten la toxina β2.
Clostridium difficile
Desde hace algunos años se habla cada vez más del papel de C. difficile como agente causante de las diarreas neonatales. La ausencia de soluciones terapéuticas probadas no permite hoy definir mejor su papel en la diarrea neonatal del lechón.
Edema de mesocolon en un lechón de 48h |
Diagnóstico de las enteritis por C. difficile
El cultivo de C. difficile es bastante difícil y tiene poco interés. El mejor análisis pasa por cuantificar la presencia de toxinas en heces mediante kits ELISA utilizados en humana e valorar el resultado con la ayuda de la necropsia (tiflocolitis, edema de mesocolon, ascitis...). Esta bacteria produce dos toxinas, una toxina A, que actúa como una enterotoxina, y una toxina B, que actúa como una citotoxina.
Virus
Los virus implicados en las diarreas del lechón son rotavirus y coronavirus. No hay que olvidar el virus de PRRS, que puede favorecer la aparición de desórdenes digestivos, ni el circovirus 2, cuya implicación queda aún por definir.
Diagnóstico de las enteritis por rotavirus
Están disponibles varias técnicas para detectar rotavirus en las heces. Es muy fácil detectar el antígeno con ayuda de un kit ELISA. Otra opción es la immunoperoxidasa.
El uso de PCR presenta la ventaja de cuantificar el número de partículas virales en una muestra.
Diagnóstico de enteritis por coronavirus
Es el agente infeccioso responsable de la gastroenteritis transmisible, que casi ha desaparecido en Europa, y de la diarrea epidémica porcina, frecuentemente presente en las granjas.
Actualmente la identificación por inmunoperoxidasa es la mejor alternativa ya que no hay un kit ELISA para la detección del antígeno. La PCR, como para los rotavirus, podría ser una alternativa interesante.
Histología
La observación microscópica del epitelio intestinal es un elemento esencial para el diagnóstico y debería realizarse sistemáticamente a partir de muestras representativas, especialmente para confirmar los resultados de los distintos análisis realizados.
Nunca se hará suficiente hincapié en el hecho de que los exámenes de laboratorio no son más que una ayuda al diagnóstico, que requiere muestras representativas y un diálogo con los interlocutores de la granja para ajustar lo mejor posible los medios diagnósticos.