Enero estuvo marcado por la paz y el estancamiento en el mercado polaco. Sólo a finales de mes vimos algunas caídas, pero la información del mercado indicó (y con razón) que esta tendencia era temporal. En el momento de escribir este artículo (8 de febrero), el precio ha aumentado significativamente y actualmente los precios en Polonia rondan los PLN 9/ kg clase E. Comparando este precio con lo que tenemos que pagar por los componentes del alimento, se puede concluir que la relación costo-beneficio es favorable para un ciclo cerrado. La situación es peor en los ciclos basados en la compra de lechones destetados, donde el precio actual de los lechones constituye la mayor parte de los costos. En enero, el precio medio de un lechón nacional de entre 20 y 30 kg era de aproximadamente 350 PLN por animal, pero hay que recordar que la mayoría de los animales de engorde son importados, por lo que el precio del animal debe incluir también el precio del transporte, que puede alcanzar hasta PLN 50-100 más por unidad.
En cuanto a la previsión en el mercado interno, espero que los precios se estabilicen a finales de mes después del último aumento. Cualquier cambio en los precios será menor, oscilando entre los 10 y 15 groszy (céntimos) por kg. No creo que estos cambios vayan a ser mayores, tanto en nuestro país como en el mercado paneuropeo. La razón son los precios globales. Permítanme recordarles que en Brasil los cerdos se compran actualmente por unos PLN 5,50/ kg peso vivo, mientras que en EE.UU. a PLN 5.40. Comparando esto con el precio en Polonia ( PLN 9 en la clase E, es decir, PLN 7/ kg peso vivo), ¡es al menos PLN 1.50 menos, un verdadero abismo! En Polonia tenemos las exportaciones a terceros países limitadas, pero nuestras tarifas son comparables a las de los países de la UE que pueden comerciar libremente con el mundo. ¡Esto significa que ambas Américas pueden ofrecer productos hasta un 20 % más baratos! Lo que salva a la carne de cerdo europea es la disponibilidad de productos; sin embargo, los compradores recurren cada vez más a Europa sólo para completar sus compras y no como principal fuente de importación. Esta situación no carece de importancia para la propia Polonia.
Las empresas de la UE empiezan cada vez más a considerar a nuestro país como un objetivo para la expansión de sus productos, lo que coloca a la industria cárnica nacional en una posición de defensa contra la carne procedente del exterior. La situación es aún más difícil porque las empresas polacas no pueden buscar ingresos adicionales en el comercio con terceros países. Este problema se manifiesta, por ejemplo, en la reducción de las tarifas para los ganaderos para poder competir con las importaciones en precios. Por tanto, el primer punto de cualquier intento de crear una estrategia en nuestro país es luchar eficazmente contra la peste porcina africana. Mucha gente cree que esta lucha es imposible de ganar y debemos aprender a vivir con este virus, pero... si lo abordamos de esta manera, nunca podremos combatir esta enfermedad (profecía autocumplida). El hecho es que esta lucha es extremadamente difícil porque no sólo afecta al virus en sí, sino también al principal vector de esta enfermedad, es decir, los jabalíes, y este tema es extremadamente delicado, especialmente para los defensores de los derechos de los animales que intentan torpedear todo tipo de planes sanitarios encaminados a la despoblación de estos animales, para que el virus tenga menos posibilidades de transmisión en el medio ambiente. Por supuesto, la bioseguridad de las granjas también es importante, pero hasta que no eliminemos la PPA de la naturaleza, no podremos considerar a nuestro país libre de esta enfermedad.