Artículo
Further assessment of fomites and personnel as vehicles for the mechanical transport and transmission ofporcine reproductive and respiratory syndrome virus. Pitkin A, Deen J, Dee S. Can J Vet Res. 2009 October; 73(4): 298–302
Resumen del artículo
¿Qué se estudia?
La eliminación con éxito del virus de PRRS ha sido demostrada en granjas individuales, pero también se ha descrito la reinfección debida a una diseminación indirecta del virus. Las rutas de transmisión incluyen el personal de la granja y fómites (agujas contaminadas, botas y monos).
El objetivo de este estudio fue reevaluar el papel de los fómites y del personal en el transporte y la transmisión de PRRSv entre poblaciones porcinas utilizando grandes grupos de cerdos positivos a PRRSv alojados en instalaciones comerciales.
¿Cómo se estudia?
Se utilizaron 340 cerdos: 300 eran una fuente de virus (B, con 100 cerdos inoculados intranasalmente con PRRSv), mientras que los otros 40 actuaron como población no expuesta (A, n=20) y población expuesta (C, n=20).
Figura 1. Diagrama de la explotación utilizada y del flujo diario de movimiento del personal de la granja. Las flechas indican la dirección de los desplazamientos del personal. La función de las instalaciones era la siguiente:
Casa: Punto de entrada diaria, que incluía un protocolo de ducha al inicio de cada jornada.
Nave A PNE (Población no expuesta): Esta nave se utilizó para validar la ausencia de transporte y transmisión de PRRSv mediante fómites y personal al no haber contacto previo con el virus antes de la entrada.
Nave B PF (Población fuente): La nave positiva a PRRSv se utilizó para exponer los fómites y el personal al virus antes de entrar en la nave C.
Nave C PE (Población expuesta): Esta nave se utilizó para determinar si se producía el transporte y la transmisión de PRRSv a los cerdos no expuestos tras su contacto con fómites y personal contaminados.
En el estudio participaron 3 personas: se duchaban, se ponían la ropa y calzado específico y andaban hasta la nave A, desde allí a la nave infectada y luego a la nave C. Al entrar en las naves A y B llevaban monos y botas específicos, se lavaban las manos y hacían las operaciones normales de una explotación comercial (revisar los comederos, bebederos, inspeccionar y tratar a los animales, etc).
Tras la inspección diaria en la nave B, andaban hasta la C y entraban en los corrales sin cambiarse las botas ni los monos utilizados en la nave B ni se lavaban las manos. Además, los sacos de pienso, el equipo de extracción de sangre y los frenos nasales pasaban directamente de la B a la C sin ningún tipo de limpieza.
Se llevaron a cabo 7 réplicas diferentes de 2 semanas de duración. En los días 2, 5, 7, 9 y 12 de cada réplica, se tomaron muestras de sangre de los cerdos en la población no expuesta y en la expuesta.
También se tomaron hisopos de las manos, botas y monos de los operarios y se tomaron muestras de aire e insectos que fueron analizados para detectar la presencia de RNA de PRRSv.
¿Cuáles son los resultados?
No hubo transmisión de PRRSv mediante ninguna ruta hacia la nave A (todos los hisopos y las muestras de aire fueron negativas) en ninguna de las 7 réplicas y todas las muestras de sangre recogidas (n = 700) fueron negativas.
Por otro lado se confirmó el transporte de PRRSv hacia la nave C en las 7 réplicas ya que se detectó RNA en los monos, botas y fómites. Además se observó la transmisión de PRRSv a la población expuesta en la nave C en las 7 réplicas, ya que se detectó RNA PRRSv en el suero de al menos 1 cerdo en cada réplica. La infección se confirmó en 5–7 días en las 7 réplicas.
Cuando se instauró una ducha más cambio de ropa y calzado tras la visita a la nave B ya no se observó PRRSv en la nave C.
¿Qué conclusiones se extraen de este trabajo?
Las personas y los fómites son un factor de riesgo para nuevas infecciones con PRRSv. Los productores y veterinarios deben auditar regularmente los movimientos entre naves y los procedimientos de desinfección de las personas, materiales y equipos que entran en la instalación.
La clave para reducir el riesgo de la entrada de PRRSv por estas rutas está en reforzar e implementar las medidas de desinfección necesarias.
La visión desde el campo por Enric Marco En el artículo anterior comentábamos la facilidad con que el transporte podía verse implicado en la introducción de nuevas cepas de virus PRRS en las granjas. En éste, se valora la posibilidad de que los trabajadores o el material usado en la granja sean los vehiculadores del virus, demostrando que cuando se visitan animales infectados y a continuación no infectados la probabilidad de infectarlos es muy elevada si no hay un protocolo de cambio de ropa y botas; o cuando se usa un mismo material para las dos explotaciones. En nuestras granjas, es muy común que el estado sanitario de la explotación determine el nivel de bioseguridad que se aplica. Éste es, entre otros, el motivo por el cual la obligatoriedad de pasar por la ducha para entrar en la granja todavía sea una medida que encontramos en un porcentaje reducido de granjas. Sin embargo, la obligatoriedad de vestir ropa propia de la granja o monos de un solo uso, al igual que la de cambiarse de calzado o usar calzas de plástico es muy frecuente. Con seguridad estas medidas son eficaces pero luego cometemos algunos errores que echan por tierra todo el trabajo realizado. ¿Cuántos ganaderos obligan al personal de mantenimiento a usar ropa o calzado distinto al suyo? ¿Cuántos obligan a que desinfecten sus herramientas o las protejan del contacto con superficies? ¿Cuántas explotaciones obligan a un lavado de manos o al uso de guantes? Las medidas de bioseguridad que hacen referencia a las visitas deberían aplicarse a todas, sin excepción, y en aquellas donde la ducha no es obligatoria, el lavado de manos con jabón y posterior desinfección debería serlo. Las conclusiones del artículo no sólo son importantes para prevenir nuevos brotes sino que también deberían tenerse en cuenta en el manejo interno. No son pocas las explotaciones que en algún punto de su flujo mantienen el virus PRRS recirculando. Cuando estas recirculaciones aparecen en edades avanzadas: final de transición o inicio de cebo, son consecuencia, en muchos casos, de infecciones laterales originadas por lotes anteriores donde estaba presente el virus y no consecuencia de la producción de lechones virémicos. La aplicación de algunas de las medidas descritas en el artículo entre lotes permitiría, en muchos casos, cortar el ciclo de infección posibilitando llevar la granja a negatividad. Estas medidas serían tan simples como proveer de calzado, mono de trabajo específico (podría ser un mono de un solo uso para colocar encima de la vestimenta habitual), material necesario específico por lote y lavado de manos antes de entrar en un nuevo lote. |