En estudios previos observamos que, en cerdas hiperprolíficas con lactaciones de 28 días, los lechones de mayor peso vivo (PV) al destete son los que mayor dificultad presentan para arrancar a comer pienso tras el destete. De hecho a estos lechones se les asocia con las mamas más productoras, incluso cuando se realiza un buen programa de adopciones. Los lechones asociados a las mamas menos productoras, con menor PV al destete, suelen tener mayor tasa de crecimiento post-destete, igualando incluso a los de mayor PV inicial. Este mayor crecimiento estaría asociado a una mejor adaptación y eficiencia de utilización del pienso pre-estárter debido al contacto precoz durante la lactancia (Solà-Oriol, 2011).
Este mayor crecimiento durante la transición puede tener implicaciones importantes a lo largo de la vida productiva del cerdo, pero sin duda el rendimiento durante la transición está marcado por una serie de factores que condicionan al animal desde el nacimiento y durante la lactancia.
En el presente artículo se expone un caso práctico de la evolución del crecimiento del cerdo desde el nacimiento hasta los 100 días de vida (final fase de pre-engorde) en respuesta a la posición de amamantamiento en la ubre y al consumo de pienso durante la lactación, factores que pueden afectar a la productividad del cerdo de engorde.
Para ello se utilizaron un total de 37 cerdas y sus 377 lechones, estandarizando las camadas a 10-11 lechones siguiendo un programa de adopciones estándar (igualando por número y tamaño). Tras el proceso de adopción se registró la posición donde mamaba cada lechón (1er, 2º o 3er tercio de la ubre a los días 5 y 10 post-destete) así como la iniciación al consumo de pienso (creep-feed) durante la lactación (medido mediante la aparición de Cr2O3 en heces a los días 18, 21 y 25 de vida). Durante la lactancia, se ofreció pienso “creep-feeding” marcado con Cr2O3 ad libitum a todas las camadas desde el día 10 de vida. El mismo pienso que para el “creep-feeding” se ofreció a los lechones seleccionados durante el primer día post-destete seguido de pienso pre-estárter hasta día 14 post-destete, pienso estárter hasta final de transición (35 días post-destete; 60 días de vida) y pienso de pre-engorde (desde los 60 hasta los 100 días de vida). Se registró PV individual al destete, al final de transición y final de la fase pre-engorde (a los días 28, 60 y 100 días de vida).
Se pudo observar que tras las adopciones, los lechones de mayor PV al nacimiento ocuparon los pezones del primer (PVnacimiento=1,72kg) y segundo tercio (PVnacimiento=1,65kg), quedando relegados a la parte trasera de la ubre aquellos lechones con un promedio de PV menor (PVnacimiento=1,48kg). Este diferencial en el PV se mantuvo hasta el destete de forma que los lechones que mamaron en el primer y segundo tercio de la ubre siguieron presentando un mayor PV al a los 28 días de vida que aquellos lechones que mamaron en la parte trasera de la ubre (P<0,05). De todos modos, una vez más, se pudo observar que estas diferencias se perdieron al final de la fase de transición y durante la primera fase del engorde (P>0,10, figura 1).
Figura 1. Evolución del PV desde el nacimiento hasta final de la fase de pre-engorde (a los100 de vida) en función de la posición en la ubre durante la lactancia.
Al mismo tiempo se pudo observar que la iniciación al consumo de pienso “creep-feed” fue temprana y gradual para los lechones que ocuparon la posición trasera de la ubre, los cuales presentaron un mayor porcentaje de animales consumidores de pienso a 18, 21 y 25 días de vida (Tabla 1). Si bien estos porcentajes se equipararon justo antes del destete con los lechones que mamaron en las otras posiciones, los lechones de menor peso podrían tener la necesidad de consumir pienso antes por el hecho de mamar en los pezones supuestamente menos productivos, dejando de ser consumidores estrictos de leche y esto explicaría una mejor adaptación al destete tal y como se ha observado en trabajos anteriores. Sin embargo el potencial que representa un mayor PV al nacimiento, tanto desde el punto de vista de la jerarquización dentro de la camada tras las adopciones como para poder escoger una buena posición en la ubre, se pierde con el tiempo ya que las diferencias sólo se mantienen hasta final de transición.
Tabla 1. Porcentaje de lechones consumidores de “creep-feed” (ofrecido desde día 10 de vida) a los días 18, 21 y 25 de vida en función de la posición ocupada en la ubre durante la lactación.
Posición ocupada en la ubre | |||
Días de vida | Delantera | Media | Trasera |
18 | 7 % | 5 % | 12 % |
21 | 17 % | 13 % | 21 % |
25 | 41 % | 35 % | 42 % |
Estos resultados confirman que la estrategia de manejo actual en las granjas de porcino permite una homogenización “natural” a lo largo de la fase de crecimiento una vez superadas las fases críticas de la vida productiva del cerdo. Sin embargo no es menos cierto que se asiste a una pérdida de potencial de crecimiento pre-destete en el caso de los lechones más grandes (más de un 60% de los animales >1,6 kg) puesto que, sobretodo en estructuras de producción grandes y centralizadas, el arrastre de este potencial podría reducir la edad al sacrificio pudiendo sacar más provecho a las instalaciones de engorde.
Una vez más se confirma la necesidad de iniciar el consumo de pienso sólido antes del destete en lactancias de 28 días independientemente del la categoría de PV del lechón. El manejo de las camadas con la finalidad de garantizar el contacto de todos los lechones con el pienso sólido durante la lactancia podría ser una herramienta para evitar la pérdida de potencial productivo de los lechones más grandes, contribuyendo a un menor desgaste de la cerda.