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Densidad energética en dietas de cerdos de engorde

La valoración del contenido energético y de las necesidades del animal dependerá del sistema energético utilizado
30 agosto 2006
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Sistemas de valoración energética

El contenido energético de las materias primas puede expresarse en kilocalorias (kcal) de energía bruta (EB), digestible (ED), metabolizable (EM) o neta (EN). A nivel de formulación de piensos pueden utilizarse los tres últimos sistemas de valoración. Para más información sobre los mismos ver el anexo 1.

• El contenido en ED y EM de los ingredientes y piensos usados habitualmente en la alimentación comercial del porcino están altamente correlacionados, y generalmente la ED del pienso es del orden del 94-97% de la EM.

• La ED se puede determinar más fácilmente y con más precisión, por lo que algunos autores recomiendan su uso.

• El contenido en EN de los ingredientes es más difícil de determinar, pero este sistema es el mejor indicador de la energía de que dispone el animal para el mantenimiento o la producción.

• La digestibilidad de la energía aumenta ligeramente con el peso corporal, por una mayor fermentación de los carbohidratos indigestibles en el intestino grueso, por lo que se sugiere la posibilidad de usar valoraciones energéticas diferentes para cerdos de acabado y cerdas.

• En dietas con proteínas de mala calidad, con exceso de proteina o mal equilibradas aminoacídicamente, producirán una mayor excreción de nitrógeno en forma de urea en la orina y un menor valor de EM y EN.

Ingestión voluntaria

En el control del consumo voluntario influyen distintos factores y varía considerablemente entre días e individuos.


• Fisiológicos: genéticos, neuronales, hormonales y sensoriales.

• Ambientales: temperatura, humedad, ventilación, número de animales por corral, y densidad, tipo de comedero, ubicación y espacio disponible.

• Dietéticos: excesos o deficiencias nutritivas, densidad energética, aditivos y medicaciones, presentación y procesado del pienso, y disponibilidad y calidad del agua.

Fase energéticamente dependiente del crecimiento

Diferentes autores han demostrado que durante la primera fase del cebo existe una relación positiva entre la densidad energética de la dieta y el crecimiento, indicando que la ingestión total de energía limita el potencial de crecimiento. Si embargo, en la fase final de cebo se observa una adaptación del consumo a la densidad energética de la dieta, siendo el consumo total de energía constante.

En los genotipos modernos muy seleccionados para magro e índice de conversión, la fase energéticamente dependiente del crecimiento se alarga hasta pesos superiores y el consumo voluntario de alimento puede limitar el crecimiento en situaciones comerciales de producción.

Por tanto puede ser interesante aumentar la concentración energética de las dietas de primera fase de cebo, y sobretodo en genotipos muy magros y con bajos consumo de pienso. En las últimas fases sería recomendable formular dietas en las que el coste de la unidad de energía sea el más económico según el precio de mercado de los distintos ingredientes. Al variar el contenido energético de la dieta habrá que modificar en la misma proporción el contenido de otros nutrientes esenciales.

Lechones

Los lechones también se encuentran en una fase energéticamente dependiente del crecimiento, además poseen una limitada capacidad digestiva física, fisiológica e inmunitaria. Por tanto podría ser interesante la posibilidad de incrementar el crecimiento de los lechones aumentando la densidad energética del pienso, sin embargo los estudios publicados presentan resultados contradictores, no observándose mejoras en la mayoría de ellos. Igual, además del contenido energético de la dieta, hay que considerar otros factores como la apetecibilidad, digestibilidad, tipo de ingredientes, presentación, aditivos y medicaciones.

Conclusiones

• La valoración del contenido energético de los piensos y de las necesidades del animal dependerá del sistema energético utilizado. El sistema ED-EM es más preciso en la valoración de los ingredientes, y el sistema de EN es un mejor indicador de la energía disponible para el animal.

• El consumo total de energía dependerá de la concentración energética del pienso y del consumo del animal. El consumo voluntario está influenciado por múltiples factores de tipo fisiológico, ambiental y dietético.

• En la primera fase de cebo pueden obtenerse mayores crecimientos al usar dietas más concentradas energéticamente. En la fase final del cebo debe buscarse la concentración energética del pienso en la que el coste de la unidad de energía sea la más económica.

• En los lechones se sugiere atractiva la hipótesis de incrementar la densidad energética del pienso para aumentar el crecimiento, sin embargo en la mayoría de estudios publicados no se observa tal mejora.




Anexo 1: Sistemas de valoración energética en porcino
Energía bruta (EB): es la energía liberada tras la completa combustión de una sustancia en una bomba calorimétrica.
— El contenido en EB de los ingredientes puede predecirse fácilmente y con bastante exactitud a partir de su composición analítica en carbohidratos, grasa y proteína, siendo el valor energético del agua y cenizas nulo.

— Carbohidratos de 3,7 a 4,2 kcal/g para la glucosa y almidón, grasa 9,4 kcal/g y proteína 5,6 kcal/g(valores aproximados).

• Energía digestible (ED): equivale a la EB del alimento menos la EB excretada en las heces.
— La determinación de la digestibilidad de la energía es una variable de gran importancia en la evaluación energética de los ingredientes.

— Algunos autores sugieren preferible el uso de un sistema de valoración en ED por su mayor facilidad y precisión de determinación en los ingredientes, y por poderse considerar aditivo. Como objeción considerar que es una valoración aparente al no considerar la energía metabólica fecal.

— El principal determinante de la ED de los ingredientes es su composición analítica, con un efecto positivo de la grasa y negativo de la fibra y cenizas.

— La digestibilidad de la energía aumenta ligeramente con el peso corporal, por una mayor fermentación de los carbohidratos no digestibles en el intestino grueso.

• Energía metabolizable (EM): equivale a la ED del alimento menos las pérdidas de EB en los gases y la orina.
— La pérdida de energía en forma de gases suele equivaler al 0,1-0,3% de la ED, y generalmente se ignora por ser de poca importancia y difícil de determinar.

— Para la mayoría de las dietas utilizadas habitualmente en la practica la EM suele representar entre un 94-97% de la ED, con un valor medio del 96%.

— En contenido en EM de los ingredientes puede corregirse según en balance energético, debido a que la energía retenida en forma de proteína no puede ser recuperada totalmente por el animal si los AA son degradados para producir energía. Por tanto en animales de cebo con balance de nitrógeno positivo se podría sobrevalorar el contenido en EM de los alimentos, infravalorándolo en el caso contrario (p.e. cerdas lactantes).

— En dietas con proteínas de mala calidad, en exceso o mal equilibradas aminoacídicamente, producirán una mayor excreción de nitrógeno en forma de urea en la orina y un menor valor de EM del alimento.

• Energía neta (EN): es la diferencia entre la EM y el incremento térmico (energía liberada debido al coste energético de la digestión y el metabolismo).
— La energía debida al incremento térmico no puede ser utilizada para el metabolismo, pero si para el mantenimiento de la temperatura corporal en ambiente por debajo de la zona de termoneutralidad.

— La EN equivale a la suma de la EN para el mantenimiento y la producción.

— La EN de mantenimiento se pierde en forma de calor. La producción de calor total es la suma del incremento térmico y la EN de mantenimiento. También habrá pérdidas de calor en ambientes fríos y exceso de actividad física (según sistemas de alojamiento y manejo).

En ambientes por debajo de la temperatura crítica parte de la energía disponible se destinará a la producción de calor, la cantidad depende del peso del animal y del diferencial de temperatura (aproximadamente 3,7-4,5 kcal EM/ kg PV0,75). Esto equivale por cada 1ºC de diferencia a unas 80-125 kcal EM/d o 25-39 gr pienso/de para cerdos de cebo entre 25-60 y 60-100 kg PV respectivamente. En cerdas de unos 180 kg PV cada 1ºC representa un 4% de las necesidades de mantenimiento.

En ambientes por encima de la temperatura crítica de termoneutralidad se reducirá en consumo de alimento, pudiendo representar un 1,7% por cada 1ºC.

La temperatura crítica inferior o superior pueden modificarse por según el tipo de cama (emparrillado, sólido, paja), agrupamiento o ventilación.

— A pesar de la dificultad de su determinación, la EN es le mejor indicador de la energía de que dispone el animal para el mantenimiento o la producción.

— En cerdos alimentados con dietas convencionales y en ambientes de termoneutralidad, la EN suele representar entre el 66-75% de la EM

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