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Cubrición en primerizas

Las primerizas serán uno de los puntos más delicados del manejo en nuestra granja. Si queremos tener buenos resultados tenemos que empezar con buen pie con las primerizas.

Todo lo que bien empieza mejor termina. Con esta filosofía tenemos que iniciar nuestra relación con las primerizas, que serán uno de los puntos más delicados del manejo en nuestra granja. Si queremos tener buenos resultados tenemos que empezar con buen pie con las primerizas.

Las cosas por su nombre

¿Como tenemos que llamar a las cerdas jóvenes que todavía no se han cubierto en nuestra granja?

Existe una tendencia a confundir dos términos que en realidad son diferentes pero que se usan indistintamente: nulípara y primeriza. En honor a la verdad la nulípara sería aquella cerda que todavía no ha parido y por lo tanto está o bien cubierta o pendiente de cubrir. Cuando esta cerda pare (es decir en la sala de parto) pasa de ser nulípara a ser primeriza. No obstante hoy es muy frecuente el olvidar el término nulípara y llamar primeriza a esta cerda durante toda la fase, por lo que nos adaptaremos a esta denominación en este capítulo y hablaremos de la primeriza.

Factores que hacen a la primeriza más delicada y a la vez más importante

Existen varios factores que la hacen especialmente delicada:

1. Normalmente es un animal que se tiene que adaptar a la patología de la granja (con lo que su adaptación sanitaria será de una especial importancia). Cualquier plan de incorporación de primerizas que no considere su adaptación sanitaria fracasará.


2. Representan casi el 25 % del censo total de una granja censualmente “estabilizada”.

3. Suponen el grupo menos productivo de la granja.

Estos factores son los que nos obligarán si cabe a trabajar más y mejor en nuestra explotación. Si hacemos bien el trabajo con las primerizas habremos empezado con buen pie.

La adaptación sanitaria

Existe otro error al hablar de adaptación y es el de confundirlo con el periodo de cuarentena.

Mantener en cuarentena supone alojar a las primerizas en un lugar totalmente separado y alejado de la explotación durante cierto tiempo. Durante este tiempo comprobaremos que los animales estén sanos antes de introducirlos en la explotación definitiva, lo que reducirá el riesgo de introducir cualquier enfermedad nueva en nuestra explotación (puede durar entre 3-5 semanas).

La adaptación buscará un contacto progresivo de los nuevos animales con los gérmenes específicos de la nueva explotación, de modo que estos tengan tiempo para desarrollar unas buenas defensas (inmunidad) y con ello evitar que enfermen al ser introducidos en la explotación de forma definitiva.

Las primerizas deben poder aislarse del resto de los animales para irles ofreciendo un contacto controlado con los gérmenes de la explotación. Este aislamiento no necesita ser tan estricto como el que se exigiría en una cuarentena: un simple departamento que separe a estos animales físicamente del resto (que permita mantener la puerta cerrada) o un parque exterior en un extremo de la explotación puede servir.

Para conseguir esta exposición podemos utilizar:

• Excrementos: mediante los que tratamos de "acostumbrar" el aparato digestivo a los nuevos agentes. Usaremos excrementos de cerdas viejas o verracos viejos, que deben ser del mismo día. Los administraremos en el suelo y encima se tirará el pienso (poca cantidad) con el fin de facilitar la ingestión de las heces. Este tipo de contacto se conoce como "feed-back".

• Contacto nasal con otros animales: con ello conseguiremos un acostumbramiento a la patología digestiva. Podemos conseguirlo si alojamos en corrales adyacentes cerdas viejas o verracos. En algunas ocasiones se hace este contacto con lechones.

• Vacunas: las vacunas no son más que un método de infección controlada de los animales. En este caso realizaremos las vacunaciones según el plan establecido en la propia explotación (que depende de las enfermedades presentes).

Primerizas en adaptación


Dos países, dos mundos, dos meses

Una vez tenemos a la primeriza adaptada sanitariamente ya podemos pensar en su cubrición. En este momento un mar de dudas llenará nuestra cabeza, ¿Cuándo es mejor cubrirlas? ¿Nos fijaremos en la edad o en el peso? ¿Qué manejo tengo que aplicar? ¿Cómo tendré más longevidad? No es nada fácil contestar a estas preguntas y muy probablemente alguna de las respuestas que podamos dar hoy mañana se pueda rebatir fácilmente.

Hoy por hoy tenemos dos maneras diferentes de manejar a las primerizas que han nacido las dos en países diferentes, es por esta razón que para entendernos las denominaremos la estrategia Chilena y la estrategia Danesa. Las dos presentan opciones totalmente diferentes incluso podríamos decir más, contrapuestas. Curiosamente la base que diferencia a las dos estrategias es el momento de cubrición, mientras que la estrategia Chilena aboga por hacer la inseminación alrededor de los 6 meses de vida, la Danesa lo hace justo dos meses después, a los 8.

Estrategia Chilena


La estrategia Chilena se basa en la idea de no “dejar dormir” a la cerda intentando que ésta entre en la vida productiva lo antes posible. En este sentido busca pubertades lo más tempranas posibles. Para conseguir esta pubertades se inicia la estimulación con el verraco a los 110-120 días de edad del animal cuando alcanza 70-80 kg a partir de este momento deja pasar un par de celos a la primeriza (días 140 y 160) para hacer la primera cubrición a los 180 días de edad. En algunos casos para ayudar a marcar a los celos y para pre estimular se hacen dos cubriciones o inseminaciones (en los días 140 y 160) con un macho vasectomizado o bien con semen muerto.

Por otra parte la estrategia Danesa cubrirá a las primerizas mucho más tarde (hasta los 8 meses). En primer lugar se buscará una cuarentena mucho más larga, posteriormente pasarán al local de adaptación en el que irán creciendo y en el que no tendrán ningún contacto con ningún macho. Cuando la primeriza alcance unos140 kg, algo antes de los 8 meses de edad, se mueven a parques y allí son estimuladas con machos de su tamaño un mínimo de 20 minutos por la mañana y 20 por la tarde, con esto vamos “sacando” cerdas en celo. Más adelante, 4 o 5 días antes de su salida en celo se colocan en jaulas para ya si hacer la cubrición pertinente. Normalmente este sistema se acompaña de una técnica que emplea a estas primerizas como nodrizas en la sala de partos.

Primeriza en celo Verraco estimulando primerizas

Si bien hemos visto como existen criterios diferentes al respecto de cuando cubrir a la primeriza, todos coinciden respecto de la pauta de cubrición. Puesto que la primeriza tiene un celo más irregular se aconseja hacer cubriciones cada 12 horas mientras esté en celo.

De los dos sistemas el que va ganando más terreno es el Danés ya que aunque tenga la desventaja de mantener más tiempo a la primeriza con los costes pertinentes, presenta un tamaño de camada superior y una longevidad mucho más alta de la cerda.

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