El control del pienso en una explotación es fundamental. Si se producen variaciones en la densidad del pienso las curvas de alimentación de nuestras cerdas se pueden ver afectadas. Para eliminar este factor de variación es recomendable pesar el pienso, como mínimo, cada semana.
Para ello en cada nave contamos con una plantilla colocada en la pared que nos servirá para hacer un seguimiento de las variaciones de densidad entre cada descarga.
Cada semana pesamos el mismo volumen en un dosificador y lo anotamos en la hoja, así como cuando cambiamos de silo. A las 24 horas del cambio pesamos nuevamente el pienso.
Esto nos sirve para saber en todo momento qué cantidad están comiendo y poder ajustar los aumentos de ración.
En maternidad, aumentamos cada día la ración, por lo que es fundamental saber si oscila la densidad, si es más alta no aumentaremos y si es más baja el aumento será más grande. En gestación nos sirve para poder subministrar la ración exacta que pretendemos dar a cada cerda, en cada momento.
Al mismo tiempo reflejamos en la plantilla la fecha en que desinfectamos los silos. De esta forma es muy fácil poder controlar cuándo tenemos que hacerlo.
Es un trabajo muy sencillo y que, si está bien instaurado en la explotación, puede conseguir un ahorro de pienso y de tiempo.