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Consejos para la inseminación cervical

A pesar de ser una técnica muy conocida, en su aplicación en las granjas se siguen cometiendo errores, y se generan dudas que intentaremos resolver.

En dos artículos anteriores hemos repasado con Javier Gil, especialista en Reproducción e inseminación artificial porcina, cómo realizar una buena estimulación y detección del celo.

En este artículo abordamos el tema de la inseminación tradicional. A pesar de ser una técnica muy conocida, en su aplicación en las granjas se siguen cometiendo errores, y se generan dudas que intentaremos resolver.

La inseminación cervical

La inseminación tradicional es una inseminación cervical. El catéter se coloca en el cérvix. La parte estrecha que une la vagina con el útero. Allí se deposita el semen y son los movimientos de contracción del cérvix los que van succionando el semen y lo dirigen hacia el útero. De hecho, una inseminación tradicional, es en cierta manera una auto-inseminación por parte de la cerda.

Por tanto, es imprescindible una cerda bien recelada, que esté en celo. Muy bien estimulada, con el verraco delante, para que la inseminación se asemeje lo máximo a una monta natural. Y con un catéter bien colocado en el cérvix y no tensionado.

¿A qué nos referimos con “catéter no tensionado”?

Para facilitar la inseminación cervical y hacerla más rápida, en España y otros países, se han popularizado los sistemas de inseminación manos libres. Debemos ir con cuidado con estos sistemas: en la inseminación tradicional, al colocar el catéter, la cerda contrae el cérvix y fija la cabeza del catéter durante bastantes segundos o incluso minutos. De hecho, si en ese momento tiramos del catéter para atrás veremos que no sale, que está fijado.

Al cabo de unos minutos una vez el cérvix se ha adaptado al catéter, se relaja. Cualquier operario de inseminación lo habrá observado muchas veces: se ha colocado el catéter y la dosis no baja, y de pronto sin realizar ninguna presión la cerda empieza a “absorber” el semen rápidamente. Eso ocurre porque el cérvix se ha relajado y permite el paso de la dosis como lo haría con el semen durante la eyaculación durante una monta natural.

Foto 1. Los sistemas de inseminación manos libres, permiten que un trabajador controle la inseminación de varias cerdas a la vez y por tanto reducir el tiempo dedicado a la inseminación, pero tienen el riesgo de descolocar el catéter si es un sistema rígido.
Foto 1. Los sistemas de inseminación manos libres, permiten que un trabajador controle la inseminación de varias cerdas a la vez y por tanto reducir el tiempo dedicado a la inseminación, pero tienen el riesgo de descolocar el catéter si es un sistema rígido.

Si estamos trabajando con una auto-inseminación manos libres (foto 1), obligamos al catéter, que por lo general son bastante rígidos, a adaptarse al arco o a la goma que estemos usando, lo estamos tensionando. Mientras el cérvix está contraído eso no será un problema ya que lo tiene fijado, pero en cuanto se relaje, el catéter tensionado con un ángulo incluso mayor de los 90º con respecto a la horizontal, puede ser que se desplace hacia atrás y por consiguiente el catéter se descoloque y eso pueda provocar que el semen se deposite en la vagina y no en el cérvix y por lo tanto tengamos reflujo. A este problema se añade que con la auto-inseminación se suelen inseminar varias cerdas a la vez. Con lo que el riesgo de no detectar ese reflujo, y por tanto el no poder recolocar el catéter para solucionar el problema, es aún mayor.

¿Es correcta la pauta de mantener el catéter en la cerda un tiempo tras la inseminación?

Debemos recordar que la inseminación cervical es una inseminación por “inundación”, se deposita una gran cantidad de semen en el cérvix desde donde, por las contracciones de la cerda, va dirigiéndose hacia el útero. Por esto, tiene un cierto sentido dejar unos minutos el catéter insertado en el cérvix para que haga de tapón, mientras la cerda va absorbiendo el semen hacia el útero. Pero eso ocurre en unos pocos minutos tras la inseminación, por lo que, si dejamos el catéter, debe ser durante poco rato, en ningún caso una hora o más como ocurre en ocasiones.

Si lo dejamos, debe ser con catéteres que tengan tapón en la parte trasera o si no, o como hacen algunas granjas lo” cierren” doblándolo totalmente, con una bolita de plastilina o de cualquier otra manera.
Dependerá también del tipo de catéter que estemos usando. Los de multi-anillas o de esponja tienen más diámetro y llenan mucho más el cérvix, por lo que lo cierran bien. Los de espiral en cambio cierran menos, ya que son más estrechos por lo que dejan más espacio entre el propio catéter y la pared del cérvix lo que permite el paso del semen hacia atrás si lo dejamos tras la inseminación.

La higiene durante la inseminación

No cabe duda que realizar todo el proceso de inseminación de manera higiénica es necesario. Mantener un ambiente lo más limpio posible bajo la cerda, la limpieza de vulvas, abrir bien los labios vulvares para evitar introducir suciedad con el catéter, no tocar con las manos la parte delantera del catéter, etc. son medidas que hay que tener en cuenta.

Aun así, como pasa con cualquier enfermedad, haciendo lo mismo dos granjas tendrán resultados distintos. Algunas pueden funcionar bien con medidas de limpieza relativas, y otras necesitaran máxima higiene.
Eso dependerá de la presión de infección, del sistema inmunitario de la cerda y sobre todo del momento de inseminación. Las granjas que inseminan repetidamente, con muchas inseminaciones a inicio o final de celo tienen más riesgo de padecer infecciones asociadas a la inseminación.

Foto 2. Existen distintos tipos de catéter en el mercado. El protocolo de colocación en cérvix es distinto según el catéter. Es importante adaptarse a ello.
Foto 2. Existen distintos tipos de catéter en el mercado. El protocolo de colocación en cérvix es distinto según el catéter. Es importante adaptarse a ello.

¿Hay algún tipo de catéter mejor que otro?

No hay un catéter ideal. Todos funcionan bien, si están bien manejados. Pero sí es imprescindible entender que son distintos y que, en cierta manera, se colocan de forma diferente.

Los catéteres de espiral simulan la forma del pene del verraco, y deben entrar mientras se realiza el movimiento rotatorio. Es una inserción más suave y menos traumática. Para mí son los de elección en cerdas ibéricas, ya que estas son muy reacias a cualquier contacto.

Los de esponja o multianillas deben colocarse con un solo movimiento. Cuando por el contrario, el granjero utiliza varios movimientos, como a golpes, para colocarlos, lo que se consigue es avisar a la cerda, que reacciona con la contracción del cérvix. La consecuencia será que, al estar el cuello del útero total o parcialmente cerrado, el catéter quedará colocado en la vagina o muy ligeramente al inicio del cérvix.
En mi experiencia la colocación incorrecta del catéter es uno de los errores más comunes de las granjas y causa en muchas ocasiones de infertilidad.

La inseminación de la cerda estimulada con el macho delante, la colocación acorde con el catéter que usamos, las medidas de higiene necesarias y la atención a los detalles, son imprescindibles si queremos obtener el máximo provecho de la inseminación artificial.

En los siguientes artículos trataremos la inseminación postcervical.

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