Introducción
El principal desafío de la alimentación y manejo de las primerizas en conseguir un adecuado desarrollo que permita conseguir los siguientes objetivos:
• Pubertad y celo a una edad relativamente temprana
• Correcto desarrollo corporal: aplomos, masa corporal y engrasamiento • Altos niveles de productividad en el primer ciclo y subsiguientes • Larga vida productiva |
Actualmente, según la granja, existen distintas políticas de aprovisionamiento de primerizas, las cuales determinan el peso y edad a partir que se manejan los animales separadamente como futuras cerdas reproductoras:
• Autoreposición en la propia explotación. Se manejarán y alimentarán como los animales de cebo, hasta que se separen a partir de los 50 a 100 kg.
• Compra a granjas multiplicación, con pesos de entrada desde 25-50kg a 70-120 kg (próximos a la cubrición) Pubertad y celo a una edad relativamente temprana. |
Hasta los 70-100 kg
En este periodo los piensos deben permitir optimizar el crecimiento magro y corporal, garantizando un buen desarrollo óseo. Los requerimientos en energía y aminoácidos deben establecerse con los mismos criterios que para los cerdos de cebo (según potencial de deposición magra y consumo de alimento). Sin embargo, para el calcio y el fósforo deberán establecerse niveles superiores para optimizar el desarrollo esquelético, y no solo la ganancia de peso e índice de conversión (incremento de un 10% respecto a los requerimientos de cerdos de cebo). En cuanto a las vitaminas, microminerales y aditivos, pueden realizarse fortificaciones superiores, especialmente de esos nutrientes relacionados con el desarrollo óseo.
Desde los 70-100kg hasta la cubrición
Durante este periodo aparecerá la pubertad, y tras varios celos se cubrirá al animal. Por tanto debe potenciarse al máximo el inicio de la función reproductiva (pubertad, celo, ovulación y fertilidad), sin olvidar que aun existe crecimiento corporal. A parte de la gran importancia de la nutrición, el manejo de los animales y el momento de cubrición (peso: 130-140 kg, edad: 220-230 d, número de celo: 1-3, grasa dorsal: 18-20 mm) serán claves para el éxito de cualquier programa de alimentación. Se han descrito distintas estrategias de alimentación para potenciar el inicio como reproductoras, asimismo, la longevidad y resultados productivos de la cerda a lo largo de toda su vida productiva (habiendo más controversia entre autores en este segundo aspecto).
• Plano de alimentación alto: suministrar pienso a voluntad con niveles normales de energía (±2300 kcal/kg EN) y suficientes de proteína (0,7-0,8% Lis.Dig.IS), los cuales permitan un crecimiento magro y engrasamiento del animal según su potencial.
• Restringida o alterna: suministrar de 2,5-3,0 kg de una dieta similar a la anteriormente descrita, que permita un crecimiento y engrasamiento más moderado. También pueden alternarse periodos de alimentación restricción y a voluntad, los cuales pueden complementarse con otras pautas de manejo de exposición al verraco y reagrupamiento. Una restricción de alimento antes de la cubrición puede reducir la tasa de ovulación (prolificidad), por tanto es recomendable suministrar un plano de alimentación elevado al menos durante dos semanas antes de la cubrición (prevista). • Plano de alimentación moderado: formular dietas con niveles más bajos de energía (±2250 kcal/kg EN) y proteína (0,6-0,7% Lis.Dig.IS), los cuales permiten un buen crecimiento corporal con un mayor engrasamiento. Un riesgo de esta estrategia es el excesivo engrasamiento que, si se mantiene durante la gestación, puede suponer un problema de menor consumo durante la lactación, aplomos, dificultad de parto y lechones aplastados. |
Durante este periodo deben usarse los niveles de calcio, fósforo, vitaminas, microminerales y aditivos, establecidos para los reproductores. Puede valorarse el interés del uso de determinados nutrientes que estimulen la reproducción (vía pienso o suplementos). Asimismo, respecto al perfil de proteína ideal puede aumentarse ligeramente en los AA más relacionados con funciones de mantenimiento, inmunidad y estrés.
En opinión del autor, es recomendable un plano de alimentación alto a base de una dieta de primerizas o la misma de lactación, con un aporte de minerales y vitaminas según los requerimientos de animales reproductores.
Desde la cubrición al parto
Dentro del programa de alimentación de las cerdas gestantes hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones en le caso de las cerdas de primer ciclo:
• Se considera muy importante realizar la restricción de alimento el primer mes después de la cubrición, con el fin de evitar la mortalidad embrionaria.
• Durante el segundo tercio de la gestación procurar un buen estado de carnes, considerando que aun existe desarrollo corporal e incremento de peso. Evitar un engrasamiento excesivo de los animales que pueda disminuir el consumo durante la lactación y problemas de parto. |
Durante la primera lactación
La alimentación durante la lactación afectará al crecimiento de la camada y a la pérdida de peso de la cerda (condición corporal y espesor grasa dorsal), teniendo este último aspecto una gran repercusión sobre el siguiente ciclo reproductivo (IDC, fertilidad y prolificidad).
En las cerdas de primer ciclo el consumo de pienso en lactación es de mayor importancia, debido a que la cerda aun está creciendo y su capacidad de ingestión es inferior a la de un animal adulto. Por tanto hay que aplicar toda pauta que potencie el consumo de nutrientes (nº comidas, concentración nutritiva, palatabilidad, etc).
Cerdas en diente de sierra: este es un problema de las explotaciones con primerizas en excesiva condición corporal y una buena prolificidad en el primer parto, pero que pierden mucha condición corporal durante la lactación por un engrasamiento excesivo al inicio y bajo consumo de pienso, dando lugar a un segundo ciclo reproductivo con mala fertilidad, prolificidad y cerdas delgadas.
Conclusiones
Los programas de alimentación de las primerizas son de gran importancia para conseguir un buen inicio de la función reproductiva y desarrollo corporal, que permitan una alta productividad y longevidad de las cerdas a lo largo de toda su vida reproductiva.
Existen diferentes estrategias de adquisición, manejo y alimentación de las primerizas, las cuales deben adaptarse a las necesidades de cada explotación. Por tanto, partiendo de la situación actual y posibilidades de la explotación, los programas de alimentación de primerizas se deberán adaptar a los objetivos que nos planteemos.