En cada periodo de alimentación se realizaron medidas sobre olores y amoníaco los días 9, 14, 16, 21 y 23. Las fosas y las salas se vaciaron y se lavaron entre periodos de alimentación.
Los valores de las mediciones de olores fueron superiores a medida que aumentaba el nivel de PB de la dieta y las emisiones de amoníaco por animal también siguieron la misma línea: (3,11; 3,89; 5,89 y 8,27 g/d; p<0,001) respectivamente. No se apreciaron diferencias en el crecimiento de los animales según el tipo de dieta.
La manipulación de la PB de la dieta parece ser un buen método para reducir las emisiones de olores de las granjas.
E.T. Hayes, A.B.G Leek, T.P. Curran, V.A. Dodd, O.T. Carton V.E. Beattie J.V. O’Doherty 2004. Bioresource Technology 91 (3):309-315