Si bien la contaminación inicial debida a la eliminación de los parásitos por parte de los cerdos infectados experimentalmente fue alta, la infectividad del prado O. dentatum fue insignificante en los lechones experimentales, con una acumulación lenta de gusanos nodulares que alcanzó una media de 422 gusanos por cerdo a la semana 19 de vida, así como la de T. suis, para el cual los primeros parásitos se recuperaron en la semana 11 de vida y a la semana 19 la carga parasitaria más alta fue de 21 gusanos por cerdo.
Mejer H, Roepstorff A. Oesophagostomum dentatum and Trichuris suis infections in pigs born and raised on contaminated paddocks. Parasitology. 2006 Jun 2:1-10.