Para el presente estudio se realizaron dos estudios experimentales. En el Exp 1, se utilizaron 7 cerdas y se les administró dos fuentes de minerales traza, orgánicos (n=39) e inorgánicos (n=4). Se controlaron un total de 68 lechones nacidos de dichas cerdas y se recogieron muestras de sangre a los 2, 7, 9, 13 y 17 días post-nacimiento, asimismo se control la ganancia de peso durante este período. En el Exp 2, la mitad de los lechones de cada camada fueron distribuidos en dos tratamientos adicionales, un grupo recibió una inyección de 0 o de 200 mg de hierro al destete. Los experimentos al destete fueron realizados teniendo en cuenta un diseño factorial 2 x 2 x 2 como sigue: la fuente orgánica o inorgánica de hierro a la cerda, la inyección de hierro (0 o 200 mg) al nacimiento y la inyección de hierro (0 o 200 mg) al destete. Se pesaron los lechones y se recogieron muestras de sangre los días 0, 7, 10, 14, 17, 21 y 28 post-destete.
Los lechones recién nacidos procedentes de las cerdas alimentadas con minerales traza orgánicos presentaron menor (P<0,05) concentración de hemoglobina que los lechones procedentes de las cerdas alimentadas con minerales traza de origen inorgánico. Durante el período de lactación, el nivel de hemoglobina de los lechones procedentes de las cerdas alimentadas con minerales traza de origen orgánico permaneció más bajo que los procedentes de las cerdas alimentadas con la fuente inorgánica de hierro. Los lechones a los que no se les aplicó la inyección de hierro vieron reducida la GMD (P<0,05) durante las dos primeras semanas respecto a los lechones a los que les fueron inyectados los 200 mg de hierro. La actividad de la ceruplasmina oxidasa fue inferior al nacimiento, incrementó al destete en cada grupo pero fue superior a día 13 para los lechones que no recibieron la inyección de hierro en comparación con los lechones procedentes de las cerdas alimentadas con la fuente de hierro orgánica a día 17 (P<0,01). Cuando se administró a las cerdas la dieta con suplemento de hierro, el peso de los lechones y la GMD fue superior (P<0,05) a los 28 días cuando los lechones recibieron la inyección de hierro al nacimiento.
Se puede concluir que las cerdas que consumieron una fuente orgánica de hierro presentaron una menor disponibilidad, un "estatus" de hierro más bajo y, consecuentemente, mayores necesidades de la cerda debido al mayor número de lechones destetados y mayor peso de la camada al parto y al destete. La inyección de hierro al nacimiento es esencial para maximizar el crecimiento y el peso del lechón al destete.
JC Peters and DC Mahan. 2008. Journal of Animal Science. 86:2261-2269.