Se utilizaron 160 lechones, procedentes de 40 camadas, destetados a los 28 días de vida. Los animales fueron distribuidos en cuatro tratamientos experimentales en función del peso vivo (32 corrales de 5 animales/corral). Los tratamientos experimentales fueron los siguientes: un control positivo (D1) con una relación 1:2,5 (p/p) de pienso y agua; un control negativo (D2) de calidad baja con una relación pienso:agua de 1:2,5 (p/p) + E. coli K12 (1x106 UFC/g de mezcla); D3 que fue preparado en base a D2 + Lactobacillus plantarum (1x106 UFC/g de mezcla) y D4 preparado a partir de D2 + 0,26g de un producto con un contenido del 76% de ácido fórmico, 5,5% de formiato amónico y 18,5% de agua por cada 100g de mezcla. Se midió el crecimiento a lo largo de 6 semanas post-destete. El consumo de pienso fue registrado por corral y el peso vivo fue controlado semanalmente. El día 14 post-destete se sacrificó un lechón por corral, se retiró rápidamente el tracto gastrointestinal dividiéndolo en ocho segmentos: estómago, duodeno, yeyuno, íleon, ciego y tres segmentos idénticos del colon incluyendo el recto con la finalidad de recoger muestras de las diferentes secciones de tracto gastrointestinal.
Las analíticas microbiológicas mostraron que los animales alimentados con la dieta D4 presentaban menor número de enterobacterias y bacterias productoras de ácido láctico que aquellos alimentados con las dietas D2 y D3. En los animales alimentados con las dietas D3 y D4 se observó una mayor ganancia media diaria que el grupo de animales alimentados con la dieta D2. Los recuentos de bacterias del ácido láctico (capaces de crecer a 20ºC) en el estómago y en el intestino delgado fueron inferiores en los animales alimentados con la dieta D4. El número de levaduras capaces de reproducirse a 20ºC en el estómago y en el intestino delgado fue superior en las dietas D1 y D4.
El presente trabajo muestra que la adición de L. plantarum o ácido fórmico mejora los rendimientos productivos en lechones alimentados con dietas líquidas fermentadas con un nivel microbiano subóptimo, sin alterar la ecología gastrointestinal.
N Canibe, H Miettinen and BB Jensen, 2008. Livestock Science, 114: 251-262.