En el Exp. 1, se determinó la expulsión del semen del útero a las 8 h tras la IA, mientras que el IG y los fetos fueron determinados los días 25 a 30 después de la IA. En el Exp. 2 se recogió el semen expulsado y el aparato reproductor fue lavado con agua para determinar el número de espermatozoides en oviductos y segmentos anteriores del útero. En el Exp. 3, se observaron las contracciones uterinas de las primerizas desde una hora antes de la IA y hasta 2 h después.
Los resultados del Exp. 1, mostraron una interacción tiempo×tratamiento para la pérdida de flujo (P<0,001), sin embargo, a las 8 h tras la IA no se observaron diferencias en el volumen total de semen perdido ( 70 ± 1 ml) entre los tratamientos hormonales comparados con los controles. Esta interacción se observó también para el número de espermatozoides perdidos (2,1 × 108 ± 0,1; P < 0,05), aunque 8 h después de la IA no hubo efectos. Sí se observó una tendencia (P=0,10) a un mayor número de espermatozoides en los úteros de las primerizas de lso grupos tratados (6,0 × 104 ± 1,3) en comparación con las primerizas del grupo control (2,2 × 104 ± 1,3) pero no se observó ningún efecto sobre el número de espermatozoides en los oviductos (3,2 × 104 ± 1,3). Respecto a las contracciones se observó un aumento de éstas a las 0,5 h tras la IA en las primerizas del grupo PG en comparación con los otros tratamientos (14,2 vs. 6,3/h, P<0,005) aunque no hubo efectos sobre la amplitud (54 mmHg) o la duración (35 s) de las contracciones. El índice de gestación no fue afectado por el tratamiento y su valor medio fue del 54% (P>0,60). El número total de fetos sanos aumentó (P<0,04) en las primerizas PG (8,7) y tendió (P=0,06) a aumentar en las OT (8,4) pero no en las E (7,2) en comparación con las C (5,8).
La adición de hormonas aumentó el número de fetos y esto puede relacionarse con una alteración en el patrón de pérdida de flujo y esperma tras la IA y a una tendencia al aumento de espermatozoides en el segmento anterior del útero. Según estos resultados, en situaciones donde existe una disminución de la fertilidad (épocas de calor o cerdas de primeros partos, simulada en este estudio mediante la utilización de una dosis baja de semen) la adición de hormona podría ser una estrategia para limitar la infertilidad. Las mejores opciones parecen ser la utilización de prostaglandina y oxitocina.
K. L. Willenburg, G. M. Miller, S. L. Rodriguez-Zas, and R. V. Knox. Influence of hormone supplementation to extended semen on artificial insemination, uterine contractions, establishment of a sperm reservoir, and fertility in swine. J. Anim. Sci. 2003. 81:821-829.