La primera alternativa son los probióticos, bacterias vivas o muertas, normalmente del ácido láctico, que se pueden agregar a las dietas de los cerdos aumentando la salud del tracto gastrointestinal aunque cabe comentar que se desconoce la respuesta de los animales en según que circunstancias. La segunda posibilidad son los prebióticos, azúcares fermentables que no se digieren en el tracto digestivo superior y que pasan directamente hacia el tracto digestivo inferior donde fermentaran. Estos productos tienden a cambiar el equilibrio de las bacterias intestinales y mejora la salud de los animales. Existe otro grupo de compuestos, los ácidos orgánicos, como el ácido fumárico y el ácido cítrico, que también se pueden agregar a las dietas de los cerdos. Estos ácidos reducen el pH y en consecuencia el crecimiento de organismos patógenos.
Además de estos tres grupos principales existen otras alternativas como productos a base de plantas y especias que se están utilizando en Europa o como el óxido del cinc, que se ha utilizado en Escandinavia, y que parece tener un efecto promotor del crecimiento aunque también tiene un impacto medioambiental de forma que, aunque es eficaz, existe una tendencia a eliminarlo de la dieta.
Viernes, 23 de abril de 2004/Farmscape/Canadá
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