En general, las condiciones climáticas inestables, con lluvias escasas y mal distribuidas combinadas con altas temperaturas en la región central de Brasil, además de fuertes precipitaciones en la región Sur, provocaron y aún persisten en el retraso en la siembra del cultivo, además de influir negativamente en el potencial productivo de los cultivos. De confirmarse, el volumen representa una caída de 13,5 millones de toneladas respecto al obtenido en 2022/23.
Se espera que el principal cultivo del país, la soja, produzca 155,3 millones de toneladas. El resultado representa una caída del 4,2 % en las expectativas, ya que las primeras proyecciones apuntaban a una cosecha de 162 millones de toneladas. Las lluvias mal distribuidas y las altas temperaturas influyeron negativamente tanto en la siembra como en el desarrollo de los cultivos.
En el caso del maíz, la producción total se estima en 117,6 millones de toneladas, una reducción del 10,9 % respecto al ciclo anterior. La caída es un reflejo de una menor superficie plantada y un empeoramiento de los rendimientos esperados de los cultivos. La primera cosecha de cereales, que representa el 20,7 % de la producción, viene experimentando situaciones adversas como altas precipitaciones en los estados del Sur, escasas precipitaciones acompañadas de altas temperaturas en el Centro-Oeste.
10 de enero de 2024 /CONAB /Brasil.
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