El ABC de los programas sanitarios

Montserrat Torremorell
29-jun-2006 (hace 18 años 4 meses 23 días)

Las cifras de mortalidad de los últimos años en porcino han aumentado, especialmente en crecimiento y engorde. Esta situación se observa en muchos países con producción intensiva e industrializada. Dicho aumento no es brusco y marcado sino más bien progresivo y puede ser atribuido a múltiples razones.

¿Cuáles son estas razones?

Por un lado existen más presiones sociales y legislativas que exigen el uso limitado y, en algunos casos, la total eliminación de ciertos productos antimicrobianos de amplio espectro. Es posible que algunos de estos productos utilizados de forma rutinaria actuasen controlando microorganismos que no considerábamos un problema y que, al ser retirados, afloren problemas que pensábamos que no existían.

Asimismo la aparición de enfermedades nuevas es relativamente frecuente. Si consideramos que la industria porcina industrial empezó en los 60s pero que no fue hasta los 80s y 90s cuando realmente sufrió un avance exponencial, nos damos cuenta que es una industria relativamente infantil pero que ya ha visto numerosas epidemias (disentería en los 70s, App en los 80s, PRRS en los 90s, desmedro en 2000). Cabe esperar que en el futuro veamos nuevas epidemias económicamente significativas y nos debemos preguntar si estamos listos para recibirlas sin que nuestros sistemas de producción se vean severamente afectados.

Por otro lado no podemos olvidar las economías de escala y los cambios de manejo y diseño de los sistemas de producción que hacen que los sistemas intensivos sean rentables. La industria porcina ha sufrido cambios extremos de estructura y organización que han impactado los sistemas de producción. Estos cambios han tenido efectos sobre la sanidad de las explotaciones. Algunos ejemplos son la producción por fases, los sistemas de múltiples-sitios con la mezcla de animales de diferentes orígenes, etc.

¿Qué podemos esperar?

Si no se realizan cambios drásticos en la forma de afrontar el manejo sanitario a nivel comercial, deberíamos esperar un empeoramiento paulatino de la situación sanitaria. Puede que el empeoramiento más marcado no se refleje tanto en la mortalidad sino más bien en el porcentaje de desechos (animales que no crecen y que se venden a bajo peso) y en el coste total del uso de medicamentos, vacunas y otros productos. La lógica nos dice que no podemos mejorar las situaciones futuras con posibles problemas añadidos sin primero haber solucionado algunos de los problemas ya existentes.

¿Qué debemos considerar?

Existen puntos que las empresas deberían de ver como "no negociables" y que deberían cumplirse rutinaria y disciplinadamente.

Algunos de los puntos "no negociables" son:
1. Mantener el flujo unidireccional de los animales. Es decir, desenredar los flujos y hacerlos lo más sencillos y directos.
2. Mantener el todo dentro y todo fuera y lavar bien entre grupos.
3. No mezclar animales de varias fuentes y orígenes diferentes
4. Utilizar una unidad de cuarentena antes de introducir animales de reemplazo.

Estos no son todos los puntos relevantes de un programa sanitario completo pero son un ejemplo de algunos puntos que deberían convertirse en la biblia de los productores y veterinarios. Todas las empresas deberían realizar su propia lista de puntos "no negociables" que fuesen específicos de sus sistemas de producción. Lo importante de estos puntos es que todo el personal de la empresa esté entrenado en respetarlos y con el tiempo se desarrolle una cultura de sanidad en la empresa.

En múltiples ocasiones tendemos a poner parches a los problemas, en muchos casos hay problemas cuyo origen en una causa estructural y que, con los parches, lo único que tratamos son los síntomas.Hay sistemas que tienen problemas sanitarios importantes con múltiples enfermedades y con pérdidas económicas directas e indirectas muy significativas. En muchos casos pretendemos poner fin a estos problemas con el uso continuado de cantidades importantes de antibióticos, vacunas y algunas pociones mágicas. Pero…¿es esta una opción viable? En algún momento tenemos que echar un paso hacia atrás y ver las medidas de control de forma integrada y considerar opciones más drásticas. ¿Hay opciones como las despoblaciones totales que deberían de considerarse frente a estas situaciones?

Es evidente que estas medidas solo pueden funcionar si forman parte de un paquete sanitario, que incluya cuestiones de manejo, de bioseguridad, de gerencia, etc..

¿Cuáles son nuestros siguientes pasos?

Dependiendo del nivel de enfermedades y la virulencia de los agentes que hay en la granja, la mejor opción es considerar seriamente un programa de despoblación/ repoblación. Dichos programas se pueden montar a un coste bajo, sobre todo si se cuenta con instalaciones adicionales para alojar e inseminar las hembras de reemplazo. De esta manera, cuando el último grupo de hembras afectadas se desteta y son enviadas al matadero, tenemos ya casi listo para parir el primer grupo de reemplazo de hembras limpias. En general el costo de una despoblación/ repoblación se recuperan 12-18 meses, debido a la mayor producción de los animales limpios. Existen además los beneficios de un recambio genético total, así como una actitud diferente de los empleados, que se pueden dedicar a cuidar a los animales en vez de estar continuamente inyectando enfermos.

En otras palabras debemos de respetar el ABC de los programas sanitarios.