L Yan, HD Jang and IH Kim, 2011. Asian-Australasian Journal of Animal Science, 24(11): 1601-1606.
02-feb-2012 (hace 12 años 9 meses 20 días)A los lechones se les suministra pienso lactoreemplazante para cubrir el desfase que surge entre su creciente necesidad de nutrientes y la disminución de la producción de leche por parte de las cerdas, la cual puede ser insuficiente para satisfacer la demanda cada vez mayor por parte de los lechones en crecimiento. Generalmente, las recomendaciones comerciales sugieren empezar el suministro de pienso lactoreemplazante sobre los 2 y 3 días de vida para incentivar a los lechones a consumir alimento sólido y así alcanzar un mayor consumo de pienso lactoreemplazante a lo largo de la lactación. Sin embargo, hay escasa información sobre el efecto de la duración del suministro de pienso lactoreemplazante sobre el consumo de alimento y los rendimientos productivos. Así, se utilizaron 32 cerdas (Landrace × Yorkshire) y sus camadas para evaluar i) los efectos de variar la duración del suministro de pienso lactoreemplazante sobre los rendimientos productivos y el comportamiento de los lechones antes y después del destete y ii) los efectos de variar la duración del suministro de pienso lactoreemplazante sobre los rendimientos y el comportamiento de las cerdas. Las cerdas de 1, 2 o 3 o más partos se asignaron aleatoriamente a 1 de los 4 tratamientos. El suministro de pienso lactoreemplazante se inició a los 5, 10 y 15 días después del nacimiento para los tratamientos 1 (TRT1), 2 (TRT2) y 3 (TRT3), respectivamente, con un grupo control al que no se le proporcionó pienso lactoreemplazante.
En este estudio, los tratamientos TRT1 y TRT2 redujeron (P < 0,05) los índices de diarreas de los lechones después del destete y el intervalo destete-cubrición y las concentraciones de cortisol de las cerdas al destete, en comparación con el resto de tratamientos. El TRT1 condujo a unas mayores (P < 0,05) concentraciones de epinefrina y norepinefrina en comparación con el resto de tratamientos. En cambio, no se observaron diferencias (P > 0,05) en relación a la lactancia, al sueño, a la frecuencia de lucha ni a la mortalidad en los lechones, ni tampoco en relación a los tiempos de comida y de reposo, a la pérdida de grosor de tocino dorsal ni a la disminución de peso vivo en las cerdas.
En conclusión, iniciar el suministro de pienso lactoreemplazante el día 5 o 10 reduce la incidencia de diarrea en los lechones y beneficia el intervalo destete-cubrición en las cerdas, en comparación con los animales que hasta los 15 días o nunca se les suministró pienso lactoreemplazante, lo que indica que el subministro de pienso lactoreemplazante puede mejorar los rendimientos tanto de los lechones como de las cerdas, especialmente cuando se inicia a los 5 o a los 10 días.