CF Hansen, A Hernández, J Mansfield, Á Hidalgo, T La, ND Phillips, DJ Hampson and JR Pluske, 2011. British Journal of Nutrition 106: 1506-1513.
17-ene-2012 (hace 12 años 10 meses 7 días)Es bien sabida la fuerte influencia que tiene la ración tanto en la colonización de Brachyspira hyodysenteriae, como en la aparición de los signos clínicos provocados por la disentería porcina (DP). Fisiológicamente, los fructooligosacáridos, tales como la inulina, se clasifican como fibra dietética resistente a la degradación enzimática completa en el intestino delgado. La fibra no digerida que entra en el ciego y en el colon actúa como sustrato para los procesos fermentativos, generando una elevada concentración de ácidos grasos volátiles en el lumen, los que a su vez provocarán una disminución de los valores del pH luminal. Además, la suplementación dietética con inulina puede regular la actividad metabólica, gracias a la disminución del cociente proteína:carbohidratos a nivel del intestino grueso. Como resultado, la fermentación de los carbohidratos puede inhibir la formación de ácidos grasos de cadena ramificada y de NH3 producidos a partir de la fermentación proteica. Sin embargo, la suplementación dietética con inulina es cara, y en la actualidad no hay información disponible sobre su óptimo nivel de inclusión para reducir la incidencia de DP, ni para provocar cambios a nivel de la microbiota del intestino grueso de los cerdos.
Para ello, se utilizaron un total de sesenta cerdos (Large White x Landrace) quirúrgicamente castrados de 31,2 (DS 4,3) kg de peso en un experimento de bloques al azar, para evaluar el efecto de añadir inulina en la ración (0, 20, 40 y 80 g/kg) sobre la incidencia de DP y sobre las características de la fermentación que se lleva a cabo en el intestino grueso después de retar experimentalmente a los animales con la espiroqueta causal B. hyodysenteriae. Los cerdos se adaptaron a los piensos experimentales durante 2 semanas antes de que se les inoculara por vía oral un caldo de cultivo con B. hyodysenteriae cuatro veces en días consecutivos.
Los niveles crecientes de inulina en la ración produjeron una disminución lineal (P = 0,001) del riesgo de que los cerdos desarrollasen la DP. Aún así, ocho de los quince cerdos alimentados con la ración con 80 g/kg de inulina todavía desarrollaron la enfermedad. Los valores de pH en el ciego tendieron a disminuir (P = 0,072), y a nivel del colon superior disminuyeron linealmente (P = 0,047) con los niveles crecientes de inulina en las raciones, muy probablemente debido a un aumento lineal de la concentración de ácidos grasos volátiles totales en el ciego (P = 0,018), en el colon superior (P = 0,001) y en el colon inferior (P = 0,013). Además, el aumento de la concentración de inulina en la ración produjo una reducción lineal en la proporción de ácidos grasos de cadena ramificada, ácido isobutírico y ácido isovalérico en el ciego (P = 0,015 y 0,026) y en el colon superior (P = 0,011 y 0,013).
En conclusión, el presente estudio muestra como suplementar la ración con un nivel alto de inulina (80 g/kg), pero no con niveles bajos, reduce el riesgo de que los cerdos desarrollen DP, posiblemente actuando a través de la modificación de los patrones de fermentación microbiana en el intestino grueso.