Caso clínico: Aujeszky en engorde

09-jun-2006 (hace 18 años 6 meses 13 días)

Descripción de la granja

Se trata de un engorde en una zona de alta densidad porcina. La granja actualmente está formada por dos naves con una capacidad de 350 cerdos cada una.

La construcción de las dos naves es similar pero una de ellas es una nave aislada (situada en paralelo a la otra) y la otra está unida a una casa ya que es una antigua granja de madres reformada a engorde.

La estructura interior de las naves es la de un engorde convencional: un pasillo de 7 metros de ancho aproximadamente, ventilación natural con ventanas manuales, corrales de 10-12 animales, con alimentación automática y una tolva tipo holandés con un bebedero por corral.

Los animales habitualmente llegan entre 15-18 kg y se llevan hasta los 95-110 kg. El origen de los animales es el mismo en las dos naves, una granja de madres con buena producción y situada en una zona de baja densidad porcina. El estatus sanitario de los animales es bueno (libres de Aujeszky, negativos a PRRS y sin otros problemas patológicos destacables) y conocido.

La granja está vallada, no hay demasiado movimiento de personal aparte del granjero y los ayudantes pero las normas de bioseguridad no son muy estrictas. Por ejemplo es habitual que el granjero no se cambie de ropa para ir de la granja al pueblo y volver, la casa está junto a la granja y el camino de acceso es común, todos los coches aparcan en el mismo sitio: al lado de la granja...etc.) Además, está situada justo al lado de una carretera de mucho tránsito en una zona con una densidad de explotaciones porcinas muy elevada.


Aparición del caso

Estos animales son híbridos comerciales (Ld x Lw x Pi) con un buen estatus sanitario. La granja de madres es indemne a Aujeszky y estable de PRRS, los animales salen al engorde negativos y de vez en cuando dan algún problema respiratorio a finales de cría. Lo más frecuente que hemos observado en este origen son neumonías por APP o Pasteurella (o infecciones mixtas) que provocan algunas muertes súbitas, síntomas respiratorios pero que habitualmente remiten con tratamiento antibiótico.

El granjero de este engorde es un hombre mayor con mucha experiencia en la cría de cerdos, conoce muy bien a este origen de animales y habitualmente detecta la enfermedad en estadios muy tempranos.

Durante esta cría no se había medicado ni una sola vez a los animales, que llevaban ya 3 meses en el engorde. En el momento que apareció el caso, la mortalidad era del 1,4% y las bajas fueron de animales poco viables, durante los primeros meses. El crecimiento de los cerdos, a falta de enfermedad, había sido muy rápido y algunos animales ya alcanzaban el peso de matadero.

El granjero llamó al propietario de los animales el 10 de enero porque notaba que algo no iba bien. Según el granjero, los animales podrían estar empezando un proceso respiratorio, como había pasado ya en otras crías anteriores. Decía que los animales tenían tos, disnea, estornudaban y se mostraban deprimidos.


Visita a la granja

El propietario de los animales visitó la granja, los animales no mostraban síntomas graves ni se mostraban deprimidos pero sí tenían tos y disnea muy leve. Al conocer los problemas habituales de estos animales pensó que seria el inicio del típico proceso bacteriano y decidió como prevención, ya que los animales habían crecido tan bien, administrar un tratamiento inyectable de 3 días. Con esto se quería evitar empezar a tener bajas. Estos procesos tienen bastante repercusión económica ya que a menudo los animales que mueren son animales que pesan cerca de 90kg.

Cerdos de engorde

Los animales se trataron con enrofloxacina inyectable durante 3 días, el 13, 14 y 15 de enero. Los animales tenían buen aspecto según el propietario pero al aparecer la primera baja, el granjero insistió en que se nos llamara para visitarlos.

El 19 de enero visitamos la granja y no observamos muchos cambios respecto el problema inicial. Los animales se presentaban atentos y muy alegres, aun quedaba un poco de tos residual y había más o menos un animal por corral con disnea leve.

Se realizó la necropsia del animal muerto y se observo bronconeumonía catarral purulenta en los lóbulos apicales, medios y parte superior de los diafragmáticos. Además, también se observó pleuritis fibrinosa. El pulmón se envió al laboratorio para su análisis.

Medidas implementadas y resultados de laboratorio

Teniendo en cuenta la situación de los animales y que se habían tratado hacía muy pocos días con enrofloxacina inyectable, se decidió no hacer nada salvo inyectar a los animales que mostraran síntomas, que eran muy pocos y esperar al resultado del laboratorio. En ese momento pensamos que el brote estaba en su etapa final, por lo que en pocos días los animales estarían bien.

En el laboratorio aislaron una cepa de Streptoccocus suis del pulmón. Según el antibiograma, la bacteria era sensible a la enrofloxacina, amoxicilina y otros antibióticos habituales. Ni la necropsia, ni estos resultados habían dado ninguna coincidencia con los cuadros habituales de Actinobacillus pleuropneumoniae o Pasteurella. Con el conjunto, confirmamos nuestra primera idea que sería un proceso leve y que el granjero había sido un poco alarmista.

Evolución del caso

La semana después nos llamó de nuevo el propietario porque los animales habían recaído. El granjero lo había llamado muy alarmado porque los animales de una nave no se levantaban. El propietario había visitado la granja y observó que efectivamente los animales tenían los mismos síntomas respiratorios leves pero esta vez se mostraban muy deprimidos, no se levantaban ni entrando en el corral. En cambio, los animales de la otra nave continuaban igual.

Cerdos de engorde

El propietario nos llamó, decidimos administrar un antitérmico durante 3 días a la nave afectada para recuperar la ingesta de los animales. Hasta ese momento los animales habían comido con normalidad. Dos días después los animales de la otra nave también tuvieron fiebre y también se les administró antitérmico. Esta semana se realizó la extracción de sangre para la campaña de Aujeszky ya que la primera carga estaba planificada para la siguiente semana.

Visitamos la granja por segunda vez la semana siguiente, el día 30 de enero. La situación se había estabilizado pero había una baja de un animal de mucho peso. Realizamos la necropsia y no se observan lesiones significativas en el pulmón. Aún no observando lesiones decidimos enviar el pulmón al laboratorio ya que estábamos desconcertados.

En ese momento pensamos en las posibles infecciones víricas que nos pueden afectar y que eran compatibles con el proceso. Pensamos en el virus de la influenza y en el de Aujeszky. Por si fuera una positivización de Aujeszky, advertimos al granjero que no diera de comer ningún resto de los animales a los dos perros que tiene en la explotación.

Ya fuera de la granja, al redactar el informe del laboratorio pedimos en el análisis del pulmón pruebas para influenza y Aujeszky. En ese momento recordamos haber recibido el mismo día una alerta sobre varios casos de positivizaciones de Aujeszky en la zona, varios engordes eran 100% positivos. También nos acordamos del hecho que la nave que primero se afectó con la hipertermia era la nave que tiene las ventanas justo al lado de la carretera.

Al cabo de unos días, el día 3 de febrero nos llamó el granjero y nos dijo que había encontrado sus tres gatos muertos. Pudo controlar lo que consumían los perros porque estaban atados pero los gatos comieron carne de los cadáveres.

Con este dato concluimos que habíamos tenido una positivización del virus de Aujeszky con sintomatología, cosa no muy habitual en los últimos años. Los resultados oficiales de la sangre que se envió para la campaña de Aujeszky también fueron positivos en el 100%. En cambio, los resultados del último pulmón salieron negativos tanto a microbiología como a los dos virus. Hablamos con el personal del laboratorio y concluimos que la muestra no era la más adecuada por lo que al virus de Aujeszky respecta.

Comentarios

Los animales de este engorde, entraron el día 14 de octubre y se vacunaron con vacuna oleosa de Aujeszky el día 17 de octubre. La segunda vacunación se hizo con vacuna oleosa 28 días después de la primera, el día 14 de noviembre. La tercera dosis (obligatoria en la zona) se administró con vacuna acuosa el día 29 de diciembre, 45 días después que la segunda.

Teniendo en cuenta que era una zona de alto riesgo, la pauta de vacunación no es la ideal. La segunda vacuna se podría haber puesto una semana antes y la tercera definitivamente se hizo demasiado tarde.

De todas formas, con las dos primeras dosis de vacuna oleosa bien administrada tendría que haber sido suficiente para no infectarse en condiciones normales. No sabemos hasta qué punto la elevada presión de infección puede superar la barrera de la vacuna o la administración de la vacuna no es tan correcta como debería ser.

Comentarios

El siguiente caso se produjo en un cebadero de una zona de alta densidad en el que habitualmente se engordan animales de la misma granja. Los animales tenían buenos crecimientos y un buen estatus sanitario pero historial de infecciones por APP a final de engorde.

A los 3 meses de estar en el engorde, los animales estaban entre 89 y 90kg y empezaron a mostrar síntomas respiratorios leves. Se trataron los animales 3 días con enrofloxacina, los animales siguieron en la misma situación. Los días siguientes pareció que los animales se habían recuperado y que sólo se trataba de un proceso respiratorio leve causado por alguna infección bacteriana.

Pocos días después los cerdos presentaron un episodio de fiebre grave, los animales no se levantaban y dejaron de comer. Se tomaron muestras de dos animales muertos y ni las necropsias ni los aislamientos microbianos fueron muy significativos. En el primero de los casos se aisló Streptoccocus suis sensible a la enrofloxacina, que en ese momento confirmó nuestra hipótesis y en la segunda muestra no consiguieron aislar ningún patógeno.

El hecho de tener un episodio de fiebre tan importante y que la enrofloxacina no tuviera ningún efecto sobre la patología nos hizo pensar en un proceso vírico. Los virus más habituales en esta etapa del crecimiento del cerdo son la influenza y el Aujeszky. En la zona donde la granja está situada, durante esos días había habido varios casos de positivizaciones de Aujeszky. Además, la nave que primero se afectó fue la nave que está justo al lado de una carretera muy transitada por camiones. Tampoco podemos olvidar las escasas medidas de bioseguridad de la granja, cabe la posibilidad de que la infección entrara por otras vías. El contacto con vecinos, que en su gran mayoría también tiene granjas, siempre puede ser peligroso.