Efecto de incrementar la ingestión a principios de gestación sobre el rendimiento de la cerda y la camada
RE Mussera, DL Davisa, MD Tokacha, JL Nelssena, SS Dritzb y RD Goodbanda. Effects of high feed intake during early gestation on sow performance and offspring growth and carcass characteristics. 2006. Animal Feed Science and Technology. 127(3-4):187-199
20-oct-2006 (hace 18 años 1 meses 8 días)Se llevaron a cabo dos experimentos para evaluar el efecto del incremento de la ingestión durante la gestación sobre el rendimiento de la cerda y las características de la canal de su descendencia.
En el primer experimento 321 cerdas se distribuyeron en tres tratamientos: 1,81 kg/d de pienso completo (145 g PB/kg, 7 g/kg de lisina, 10 g P/kg y 9 Ca/kg) (control); 1,81 kg/d de pienso control más 1,81 kg/d de maíz (maíz añadido) o 3,63 kg/d de pienso control (pienso extra) entre los días 30 y 50 de gestación. Entre los días 30-50 y 50-100 se les subministró a todas 1,81 kg/d de dieta control. Tras el día 100, todas recibieron 2,72 kg/d hasta el parto.
Las cerdas con pienso extra tuvieron menos cerdos nacidos vivos que las control, sin embargo este descenso no se observó en las de maíz añadido. El pienso extra produjo una descendencia más pesada en el matadero que las control (las del maíz añadido tuvieron resultados intermedios). Las nulíparas hijas de las cerdas alimentadas con pienso extra o maíz añadido tuvieron un mayor porcentaje de magro e índice de magro libre de grasa que las hijas de las alimentadas con dieta control.
En el experimento 2, 394 cerdas se alimentaron con 3,63 kg/d de pienso control en uno de tres periodos: 10-30 (embrionario), 30-50 (feto temprano) o 10-50 (embrionario y fetal temprano) de gestación frente a 1,81 kg/d entre los días 10-50.
Al contrario del experimento 1, el pienso extra no afectó al número de nacidos. Las cerdas con 3,63 kg/d entre los días 30-50 produjeron camadas con mayor espesor de grasa dorsal y menor porcentaje de magro que los otros tratamientos.
Se precisan más experimentos para aclarar las divergencias encontradas en ambos experimentos.
En el primer experimento 321 cerdas se distribuyeron en tres tratamientos: 1,81 kg/d de pienso completo (145 g PB/kg, 7 g/kg de lisina, 10 g P/kg y 9 Ca/kg) (control); 1,81 kg/d de pienso control más 1,81 kg/d de maíz (maíz añadido) o 3,63 kg/d de pienso control (pienso extra) entre los días 30 y 50 de gestación. Entre los días 30-50 y 50-100 se les subministró a todas 1,81 kg/d de dieta control. Tras el día 100, todas recibieron 2,72 kg/d hasta el parto.
Las cerdas con pienso extra tuvieron menos cerdos nacidos vivos que las control, sin embargo este descenso no se observó en las de maíz añadido. El pienso extra produjo una descendencia más pesada en el matadero que las control (las del maíz añadido tuvieron resultados intermedios). Las nulíparas hijas de las cerdas alimentadas con pienso extra o maíz añadido tuvieron un mayor porcentaje de magro e índice de magro libre de grasa que las hijas de las alimentadas con dieta control.
En el experimento 2, 394 cerdas se alimentaron con 3,63 kg/d de pienso control en uno de tres periodos: 10-30 (embrionario), 30-50 (feto temprano) o 10-50 (embrionario y fetal temprano) de gestación frente a 1,81 kg/d entre los días 10-50.
Al contrario del experimento 1, el pienso extra no afectó al número de nacidos. Las cerdas con 3,63 kg/d entre los días 30-50 produjeron camadas con mayor espesor de grasa dorsal y menor porcentaje de magro que los otros tratamientos.
Se precisan más experimentos para aclarar las divergencias encontradas en ambos experimentos.