La gestión integral de los purines

Marta Marsó i Garcia. Intervenció Ambiental, SL. España. ()

25-jul-2005 (hace 19 años 4 meses 27 días)
La contaminación que pueden generar las actividades ganaderas sobre las aguas y los suelos debido a una incorrecta gestión de los purines/estiércoles se ha traducido en una preocupación social y política que ha derivado en normativas más estrictas. Una correcta gestión de los purines/estiércoles de la explotación ganadera actualmente implica al ganadero conocer la normativa vigente, controlar el nivel de las balsas, depósitos y/o estercolero, controlar los requerimientos nutricionales de los cultivos, transportar y aplicar las deyecciones ganaderas hasta las parcelas más adecuadas y actualizar el libro de gestión de las deyecciones ganaderas de acuerdo con el Plan de gestión aprobado en las comunidades autónomas que se requiera. La realización de una mala gestión conlleva a la contaminación de los recursos naturales y consecuentemente el incumplimiento de la normativa, que puede derivar en sanciones económicas y penales.

Cada vez más ganaderos están optando por externalizar la gestión completa de las deyecciones ganaderas, de manera que contratan a una empresa para que les realice una gestión integral de estos residuos. La gestión integral significa el control de las deyecciones ganaderas durante todo el ciclo: desde el control del nivel de las balsas y depósitos, la recogida de los purines/estiércol, la selección de las parcelas más adecuadas en el momento de aplicar las deyecciones ganaderas (según la planificación del Plan de gestión de las deyecciones ganaderas y según el control de los suelos agrícolas), el transporte de la granja hasta las parcelas seleccionadas, la aplicación sobre los cultivos y la actualización del libro de gestión de las deyecciones ganaderas.


Actualmente existen en el mercado empresas que realizan una gestión integral completa. Para adherirse a una gestión de este tipo no se requiere disponer de suficientes tierras ya que hay empresas que también pueden gestionar los excedentes de las granjas adheridas, mediante un sistema de tratamiento como puede ser el compostaje y posterior comercialización del compost hasta zonas deficitarias de abonos orgánicos.

En el mercado están disponibles diversas soluciones técnicas para economizar esta gestión. Existen sondas para realizar el control automático del nivel de las balsas y depósitos, estas sondas transmiten la señal a la central propia de la granja y de esta a la señal de la empresa encargada de la gestión, que una vez detectada y seleccionadas las parcelas optimas para realizar la aplicación agrícola puede emitir la señal al transportista para que se ocupe de la retirada de las deyecciones y del transporte y aplicación correcta en la superficie cultivada seleccionada.

La tecnología que se está desarrollando y la adición de cada vez más granjas en un mismo sistema conjunto de gestión conlleva la reducción de los costes económicos de este tipo de gestión y consecuentemente que haya cada vez más ganaderos interesados en estos sistemas, aunque se quiere remarcar que una correcta gestión individual es igualmente válida que una gestión integral externalizada.

Según la óptica medioambiental estos sistemas se consideran muy interesantes, ya que la gestión conjunta a través de una empresa externa de las deyecciones ganaderas generadas en diferentes granjas, si esta gestión es sometida al control continuado de los mecanismos que dispone la administración, implica un mejor seguimiento de estos residuos y aporta mas posibilidades en la planificación del esparcimiento.

Independientemente de la titularidad de las tierras, en las parcelas que se aportan para la gestión conjunta se esparcen las deyecciones ganaderas en función de los requerimientos del cultivo y en función de la granja más cercana. De esta manera las parcelas mas lejanas de la propia granja, que muchas veces aparecen en la planificación propuesta en el Plan de Gestión pero que a la práctica no se esparcían abonos orgánicos por el tiempo requerido en el transporte, pueden ser abonadas y por tanto se disminuye la intensificación de esparcimientos en las parcelas más cercanas a las granjas y consecuentemente se disminuye el riesgo de contaminación. Uno de los puntos críticos de este sistema es que la externalización de la gestión de las deyecciones conlleve a la larga una pérdida de sensibilización de la problemática des de su origen, en la propia granja, como ha pasado en la gestión de los residuos urbanos. Por este motivo es importante que en la gestión integral se informe y se pida participación de los ganaderos para involucrarlos en la problemática medioambiental de los purines. Una forma de motivación de los ganaderos integrados en este sistema para que reduzcan el volumen de purines generado en sus granjas es la facturación de la gestión por metro cúbico generado en vez de los valores teóricos obtenidos a través de varemos oficiales, de esta manera los ganaderos que realicen minimización de estos residuos (instalando bebedores sin pérdidas, utilizando piensos equilibrados en cada fase de desarrollo y en el caso de piensos compuestos que sean formulados con proteínas digestibles y con adición de enzimas, etc.) puedan ver compensado su esfuerzo. De todas formas se requiere un sistema de control para garantizar que estas reducciones obtenidas sean reales y no existan pérdida en las balsas y depósitos.