La calidad microbiológica de las materias primas y piensos, es importante
no sólo por su influencia sobre los rendimientos productivos y sobre la
sanidad de los animales, sino que podría contribuir a la aparición
en el hombre de enfermedades de origen alimentario (
Salmonella,
E.
coli,
Campylobacter,
Listeria, etc.). También es
importante la contaminación fúngica de los piensos y ensilados que,
sin ser una zoonosis, si plantea un riesgo sanitario para el hombre a través
de la introducción de micotoxinas en la cadena alimentaria (de especial
importancia en forrajes).
Los gérmenes pueden introducirse en la cadena alimentaria de los animales
por diversos caminos, aunque la forma habitual es a través de los ingredientes
o a través de vectores presentes en el interior de la fábrica -aves,
insectos, roedores. Posteriormente los procesos de fabricación (almacenaje,
dosificación, mezclado, enfriado, etc) y la contaminación cruzada
diseminan el problema.
Siguiendo a
M. Saco (2002) los gérmenes que se pueden encontrar
en los piensos y primeras materias pueden agruparse en:
• Microorganismos indicadores:
— Aerobios (indicador útil de conservación de
la mercancía)
— Enterobacterias (detección de contaminación
fecal antigua)
— Coliformes (indicador de contaminación fecal reciente)
— Enterococos (indicador de la buena desinfección en
fábrica)
— Hongos y levaduras (indicador de riesgo de micotoxinas y estado
de conservación)
• Microorganismos patógenos:
—
C. perfringens (mejor que sulfito-reductores)
—
E. coli, salmonellas y estafilococos, y Listeria
para los ensilados.
Aunque recientemente se está poniendo énfasis sobre gérmenes
como colibacilos, Listeria,
C. perfringens,
Campylobacter, usualmente
se considera que
Salmonella es el principal factor de riesgo y, por ello,
en muchos países se establecen programas oficiales para su seguimiento.
En la tabla siguiente se presentan los niveles oficiales de incidencia de
Salmonella
en materias primeras y piensos en la UE y España correspondientes a 2003.
|
UE |
España |
MATERIAS
PRIMAS |
|
|
Nº
Muestras totales |
70.000
|
476 |
Positivas:
origen animal |
0,7%
|
2% |
Positivas:
origen vegetal |
2,6%
|
10%
1 |
PIENSO
ACABADO |
|
|
Nº
Muestras |
38.000
|
|
Positivas |
1%
|
1,6%
2 |
1
Materias primas de origen vegetal más contaminadas: harina de algodón
(13 de 33), la cebada (3 de 28) y la soja (2 de 42)
2 Todos los piensos positivos eran de vacuno. Sobre 89 muestras
de porcino todas fueron negativas
Se ha demostrado mediante trabajos exhaustivos realizados en el norte
de Europa, que prácticamente un 80 % de las salmonelas detectadas
a nivel de fábricas de pienso, se encontraban semanas más
tarde en el seguimiento de los animales alimentados con piensos elaborados
por dichas fábricas |
Las instituciones comunitarias consideran que la lucha global contra la contaminación
de los alimentos debe fundamentarse en la higiene y las buenas prácticas,
desde la producción primaria hasta la alimentación animal, la
fabricación de alimentos, los mataderos, la comercialización y
la distribución.
Para tratar de asegurar la calidad microbiológica de los piensos es
preciso llevar a cabo un seguimiento periódico de la contaminación
mediante muestreos de los ingredientes, de las diferentes áreas de las
fábricas de pienso, de los piensos acabados, de los vehículos
de transporte y de los silos y comederos en granja. Para el control de la contaminación
en el pienso podremos aplicar tres tipos de procedimientos:
1. Exclusión de gérmenes patógenos en el pienso:
adaptado de Jones (2002):
|
a.
Obtener ingredientes sanos de proveedores con programas de control
b. Verificar la calidad de los ingredientes adquiridos,
por análisis microbiológicos rápidos e históricos
de proveedores
c. Mantenimiento de las áreas de recepción
de mercancías cubiertas, pavimentadas, drenadas y con limpieza
periódica de los restos acumulados. Evitar los pájaros y
roedores
d. Control del polvo. Reemplazar con frecuencia los filtros.
En sistemas de aspiración centralizados, separar los circuitos
de aspiración de entrada de las materias primas del de granulación
e. Derrames de ingredientes o pienso. Desechar los que
supongan un riesgo por antiguos, húmedos o heterogéneos
f. Almacenaje y transporte. Vaciado y limpieza periódica
de silos y camiones. Controlar las condensaciones por variaciones térmicas
día-noche (en especial en silos metálicos) No cruzar los
silos de materias primas de riesgo de contaminación con las tratadas
para evitar la contaminación de las segundas. |
2. Prevención de la multiplicación de gérmenes
Control del nivel de humedad de las materias primas y las entradas de agua por
agujeros en los silos o fallos en las cubiertas, tuberías, sistemas de
drenaje y aberturas de las naves.
Un punto oculto son los transportadores, en que pueden adherirse productos húmedos,
fermentando y diseminando la contaminación por el paso constante de productos
a su través.
Más conocido es el riesgo que plantea el enfriador, durante el proceso
de granulación, por la adhesión de polvo y pequeñas partículas,
las cuales se encuentran en condiciones óptimas de temperatura y humedad
para la multiplicación de bacterias y hongos. La circulación continua
de producto prolonga la contaminación a continuación de la granulación.
Una limpieza en seco puede ayudar a limitar la contaminación microbiológica
de la instalación, evitándose en lo posible la utilización
de agua.
3. Reducción de la contaminación
Tratamiento con calor: para ser eficaz en el control de gérmenes
esporulados, sería necesario alcanzar 122º C durante 15 minutos.
Una solución parcial es la descontaminación en los acondicionadores
previos a la granulación (82 a 85º C durante 5 a 10 minutos) que,
seguido de la propia granulación, disminuye considerablemente la carga
microbiana (
Salmonella y hongos, aunque no de
Clostridium
y bacilos esporulados). La extrusión o expansión del pienso es
más eficaz por aplicarse temperaturas superiores.
Pero, sea cual sea el procedimiento de calentamiento aplicado, es necesario
después enfriar el producto y eliminar la humedad previamente añadida,
existiendo riesgo de recontaminación posterior durante el enfriamiento.
Tratamiento químicos: fundamentalmente mediante ácidos
orgánicos propiónico (± 3 kg/Tm) o fórmico (±
6,5 kg/Tm) o alguna de sus sales. Aunque funcionan bien como fungistáticos,
ninguno es totalmente eficaz frente a bacterias, en especial si el contenido
de humedad sobrepasa límites o la carga microbiana es alta, aunque se
admite que el fórmico es algo más efectivo.
Caso aparte es el formaldehído, estando demostrado que cantidades de
0,1 % son capaces de evitar la multiplicación de gérmenes patógenos
en materias conservadas con un alto nivel de humedad. Desafortunadamente su
uso puede suponer un riesgo de irritación de la conjuntiva, del tracto
respiratorio superior y cutáneo, originando náuseas y dolor abdominal
si se ingiere. En la Comunidad solo está admitido como funguicida y esterilizante
en aplicaciones agrícolas y hortícolas y como conservador en leche
desnatada para lechones. No obstante, en algún país extracomunitario
está admitido su uso para disminuir la carga microbiana en piensos.
Propuesta de fijación de pautas de evaluación de ingredientes y
piensos (ufc/g), según datos propios (Nutreco, Masterlab):
Calidad
Microbiológica |
Satisfactoria |
Aceptable |
Insatisfactoria |
Inaceptable:
peligro potencial |
Hongos |
<
104 |
104-105 |
>
105 |
|
Recuento colonias
aerobias |
<
3x106 |
3x106-10x106 |
10x106 |
- |
Indicadores
Coliformes (1)
Sulfitoreductores (2)
Listeria spp (3) |
< 1x106
< 150
< 20 |
1 x 106-3x106
150-1200
20-100 |
> 3x106
> 1200
> 100 |
-
-
- |
Patógenos
Salmonella spp
L. monocitogenes
C. perfringens |
Ausencia (4)
< 20
< 20 |
-
20-100
20-100 |
-
-
100-103 |
Presencia (4)
> 100
> 103 |
(1) Debería
reemplazarse por la determinación de enterobacteriáceas.
(2) Debería sustituirse por la determinación de Clostridium
perfringens (máximo 1000 ufc/g)
(3) Valores estimados desde bibliografía
(4) en 25 g
Límites establecidos considerando el riesgo planteado por el tipo
de contaminación, la probabilidad de una falta de uniformidad en
la distribución de los microorganismos en el alimento y la variabilidad
propia del procedimiento de análisis utilizado, reservando solo a
los gérmenes patógenos la posibilidad de aplicar el criterio
de inaceptable o potencialmente peligroso. Adaptado de sistema inglés
propuesto por (R.J. Gilbert et al. 2000). |