Caso clínico: Diarrea neonatal debida a Clostridium difficile

11-jun-2004 (hace 20 años 5 meses 13 días)

Descripción de la granja

Se trata de una explotación con 700 cerdas con manejo en bandas semanales.

La explotación está ubicada el oeste de Francia en una zona con poca concentración.

Se practica autoreposición desde hace 18 meses; se realiza inseminación artificial con preparación de dosis en la propia granja.

La producción está distribuida en dos sitios:

Situación sanitaria

Plan vacunal:

- Aujeszky (cerdas y lechones)
- PRRS (cerdas)
- E. coli K88, K99, 987P, F41 (cerdas)
- Clostridium perfringens tipos A y C (cerdas)
- Parvovirosis y Mal Rojo (cerdas)
- Rinitis atrófica (cerdas)
- Mycoplasma hyopneumoniae (lechones)
- Actinobacillus pleuropneumoniae (lechones)

Se respetan los protocolos de vacunación y las vacunas se encuentran bien conservadas.

Los resultados reproductivos, durante el post-destete y el engorde, son satisfactorios.

Aparición del caso

El productor decide avisar al veterinario el mes de marzo ante la aparición, desde hace varias semanas, de un problema de diarreas neonatales a pesar de estar aplicando un protocolo de vacunaciones muy completo.

Además, la utilización preventiva de varios antibióticos orales (quinolonas, macrólidos) administrados a las cerdas durante el periodo alrededor del parto, no fueron de ninguna ayuda.

La morbilidad es importante (50 a 80% de las camadas según las bandas). La mortalidad es media (10 a 20% de los lechones con diarrea) aunque los lechones presentan, por contra, un retraso importante en el crecimiento.

El problema es recurrente y las diarreas aparecen sistemáticamente los fines de semanas.

Visita a la explotación

En conjunto la explotación se lleva perfectamente y el nivel de higiene es bueno.

Cuarentena: Las primerizas pasan del engorde a una cuarentena durante 6 semanas antes de ser cíclicas. Reciben el plan de vacunación descrito anteriormente y no se las somete a ningún tipo de exposición. El ganadero considera que este punto no es necesario dado que practica el autoreemplazo.

Gestantes : Las cerdas se encuentran en buen estado. No se detecta ningún problema.

Maternidad: se observa una banda donde los partos tuvieron lugar hace 4 días. Las cerdas no presentan ningún signo patológico. Cerca del 40% de los lechones presentan diarrea líquida y amarillenta. Los lechones están demacrados (pérdida de estado corporal de alrededor del 50% en comparación con los lechones sanos). No se ha tomado la temperatura rectal en los lechones enfermos.

Camada heterogenea Diarrea líquida amarillenta

Respecto al manejo de los lechones durante y tras el parto se observó:

- que el ganadero tiene como costumbre aislar sistemáticamente a los lechones durante el parto (estima que de esta forma las cerdas están más calmadas).
- una buena prolificidad (de 12,5 a 13 NV).
- no existe un manejo particular de las lactaciones calostrales.

Se decide llevar al laboratorio de análisis 2 lechones aún vivos no tratados (directamente o indirectamente a través de la leche materna) así como 3 muestras de heces de otros animales.

Resultados

Resultados de las autopsias

Bacteriología:

Animal 1
Animal 2
Heces 1
Heces 2
Heces 3
ienteropatogénica
-
-
-
-
-
Clostridium perfringens C
-
-
-
-
-
Clostridium perfringens A
-
+
NR
NR
NR
Clostridium difficile (toxinas A,B)
+
+
-
+
+
Rotavirus
-
-
NR
NR
NR
- = ausencia ; + = presencia en cantidad significativa ; NR = no realizado

Diagnóstico y medidas tomadas

Los resultados de los análisis y de las necropsias van en el mismo sentido. El importante edema en el mesocolon y la presencia de una cantidad importante de toxinas A y B de Clostridium difficile en casi la totalidad de las muestras inducen a pensar que este es el agente etiológico principal, causante de los problemas observados.

El diagnóstico es pues: Diarrea neonatal debida a Clostridium difficile

Medidas de manejo

Respecto al manejo de los partos, el veterinario desaconseja al ganadero continuar con el aislamiento de los lechones durante el parto ya que este manejo no favorece una toma óptima de calostro.

En el mismo sentido, se desaconsejan también las adopciones realizadas antes de las 12 horasde vida y se sugieren las lactaciones alternas en el caso que el número de nacidos sobrepase la capacidad de las tetinas.

A partir del quinto día se suprimen los cuidados hacia los lechones (final del período de riesgo) con el fin de limitar el riesgo de contaminación intracamada por parte de los cuidadores.

Con el objetivo de facilitar la inmunización de los lechones se establece una exposición de las primerizas en cuarentena 3 ó4 veces antes de la cubrición con deyecciones de cerdas y lechones tomadas de las salsas de parto.

Por último, se pide una limpieza profunda de los circuitos de alimentación (utilización de una base seguida de un ácido).

Medidas profilácticas

Con el objetivo de estabilizar la flora digestiva de las madres y para intentar al mismo tiempo disminuir la excreción de clostridios en el periodo alrededor del parto, se decide distribuir una preparación probiótica a base de levaduras y lactobacilos a las cerdas desde los últimos 15 días de lactación y hasta 5 días después del parto.

Al no disponer del antibiograma sobre la clostridiosis encontrada, se sugiere inyectar preventivamente con tiamulina (20 mg/kg PV el primer día de vida) a la totalidad de los lechones nacidos.

Medidas terapéuticas

En el caso de diarrea en los lechones, a pesar de la prevención mencionada anteriormente, se aconseja al ganadero tratar a los lechones con tiamulina (10 mg/kg/d) durante 3 días, permitir el acceso de los lechones a un comedero con un rehidratante y pulverizar los suelos de los corrales afectados con desinfectante (una asociación de amonios cuaternarios y glutaraldehído).

Evolución del caso

Las inyecciones preventivas y curativas han dado buenos resultados. El número de lechones afectados descendió claramente después de la aplicación de las distintas medidas mencionadas (morbilidad<10%).

De la misma manera, los pesos en el momento del destete aumentaron casi 800 g de media.

Seis meses después el ganadero decidió, por iniciativa propia, abandonar las inyecciones preventivas pero siguió con las otras medidas.

La situación no empeoró.

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