Los requerimientos de treonina de las cerdas incrementan al final de la gestación

CL Levesque, S Moehn, PB Pencharz and RO Ball, 2011. Journal of Animal Science, 89(1):93-102. http://dx.doi.org/10.2527/jas.2010-2823

28-abr-2011 (hace 13 años 7 meses 25 días)

Las recomendaciones habituales de aminoácidos (AA) para cerdas son proporcionar una cantidad fija de AA a lo largo de toda la gestación, basadas con la asunción que hay una demanda constante de AA. Sin embargo, la demanda de nutrientes del tejido magro materno al inicio de la gestación es diferente a la del crecimiento fetal y mamario que tiene lugar al final de la gestación. El objetivo del presente estudio fue determinar los requerimientos de treonina (Thr) al inicio (del día 35 al 53 y del 25 al 55 para el Exp. 1 y 2, respectivamente) y al final (del día 92 al 110 y del 81 al 111 para el Exp. 1 y 2, respectivamente) de la gestación utilizando el método del indicador de la oxidación de AA (IOAA) con L-[1-13C]Phe. Para ello, se utilizaron un total de 14 cerdas multíparas: 6 en el Exp. 1 y 8 en el Exp. 2. Cada cerda recibió uno de los 6 tratamientos en orden aleatorio, tanto al inicio como al final de la gestación. Se formuló una dieta basal que contuviera un 60% de la Thr de las recomendaciones del NRC 1998 en el Exp. 1, y un 20 y un 60% del NRC 1998 en el Exp. 2 para el inicio y el final de la gestación, respectivamente, a la que se le añadió L-Thr cristalina para crear las dietas experimentales con aproximadamente un 10% de incremento gradual de Thr. Las cerdas se alojaron dentro de cámaras respiratorias y se les recogió muestras de aire expirado y de sangre cada 30 min durante 5,5 horas. La Phe [mg/(kg de PV·h)] marcada se les administró oralmente durante las últimas 4 h, dividida en 8 tomas separadas 0,5 h. Se midió el enriquecimiento en 13CO2 y la concentración de Thr libre en el aire expirado y en el plasma, respectivamente. El 13CO2 basal se restó del 13CO2 obtenido a nivel de la meseta del enriquecimiento.

El tamaño y el peso de la camada en general fue de 13,5 ± 3,1 lechones y 20,5 ± 3,9 kg, respectivamente. En base al IOAA, los requerimientos de Thr al inicio de la gestación fueron de 6,1 g/d (R2 = 0,59, Exp. 1) y 5,0 g/d (R2 = 0,71, Exp. 2), y al final de la gestación fueron de 13,6 g/d (R2 = 0,60, Exp. 1) y 12,3 g/d (R2 = 0,58, Exp. 2). En base al Thr plasmático, los requerimientos de Thr al inicio de la gestación fueron de 7,0 g/d (R2 = 0,90, Exp. 1) y 3,9 g/d (R2 = 0,90, Exp. 2), y al final de la gestación fueron de 10,5 g/d (R2 = 0,67, Exp. 2). En el Exp. 1 hubo una respuesta lineal con el aumento de la ingestión de Thr por parte de las cerdas al final de la gestación. Así, alimentar las cerdas con una cantidad fija de AA a lo largo de toda la gestación da lugar a una sobrealimentación en AA al inicio de la gestación y una subalimentación en AA al final. De esta manera, aumentar dos veces los requerimientos durante el último tercio de la gestación permitiría alcanzar una alimentación que estaría más cerca de cumplir con la demanda de nutrientes de esta fase.

En conclusión, las necesidades en AA esenciales de las cerdas gestantes deberían ser reevaluadas al inició y al final de la gestación, por separado.