4. Mortalidad neonatal (II)

Xavier MantecaJose Luís Ruíz de la Torre
05-abr-2004 (hace 20 años 7 meses 17 días)
Características de la madre

Del capítulo anterior se extrae que la mortalidad de los lechones depende principalmente de las madres. A este nivel, los factores se pueden clasificar en cuatro categorías o fases: la gestación, el parto, la lactación y la conducta maternal.

Los movimientos que realiza la hembra para echarse son bastante rápidos. Los lechones tienen que tener suficiente vitalidad para poder 'escapar'.
Factores que influyen durante la gestación: la alimentación de la cerda durante la gestación fue utilizada durante mucho tiempo como método para intentar reducir la mortalidad de los lechones. Es cierto que la condición física de la cerda es importante para desarrollar una gestación y posterior lactación normales. Sin embargo, actualmente se sabe que más que la condición física de la madre lo que influye es el intercambio de nutrientes entre la madre y el feto.

En este sentido, hay estudios que indican que existen componentes importantes como el calcio o el fósforo, aunque todavía es necesaria una investigación más concluyente. También se ha observado que aumentar el aporte de los llamados Acidos Grasos de Cadena Larga (un tipo de sustancias relacionadas con el desarrollo del cerebro) reduce el número de muertes provocadas por aplastamiento. Los autores de estos estudios indican que el aporte de este nutriente incrementa la vitalidad de los lechones, lo que hace que sea menos fácil que la madre los aplaste. Es importante hacer hincapié en el hecho de que el aporte de nutrientes a la madre no es una garantía si no se facilita el intercambio de éstos entre la madre y las crías.

Factores que influyen durante el parto: El parto empieza con una serie de cambios internos en la madre que ocurren antes del nacimiento de la primera cría. Aunque se conocen los procesos fisiológicos que ocurren en esta fase, hacen falta estudios que analicen la relación entre las alteraciones que afectan a dichos procesos y la viabilidad de los lechones. Actualmente, uno de los principales factores reconocidos es el aporte de oxígeno al lechón (la falta de oxígeno se conoce como hipoxia). Durante el parto, dicho aporte se interrumpe en un momento dado, que puede variar para cada lechón de la camada. Teniendo en cuenta que un parto normal en la cerda puede durar entre 90 y 180 minutos (según el número de parto, pudiéndose alargar hasta más de cinco horas), es fácil entender que habrá animales que sufrirán un mayor grado de hipoxia que otros.

La duración de dicha hipoxia afectará a la vitalidad y, por lo tanto, a la viabilidad del lechón. Lo más interesante de este hecho es que mediante el manejo de las madres, sobre todo reduciendo el estrés, se puede evitar o reducir el grado de hipoxia que padecen los lechones.

Factores que influyen durante la lactación: En relación a la fase de lactación, los factores principales que influyen sobre la viabilidad del lechón son la cantidad y la calidad del calostro y de la leche materna. De hecho, uno de los problemas principales que se dan a este nivel es la falta de leche disponible para los lechones, lo que afecta a la ganancia de peso y condiciona su viabilidad. Nuevamente, favorecer ambientes relajados y evitar factores de estrés ayudará a mantener la producción de leche estable para que las crías puedan disponer de ella.

La cantidad y calidad del calostro y leche ingeridos son factores primordiales para la supervuvencia del lechón.
Factores relacionados con la conducta materna: Posiblemente el rasgo conductual de la cerda que con más facilidad se relaciona con la mortalidad de los lechones es la agresividad que, además, implica la muerte de un número no despreciable de lechones. Sin embargo, y aunque el hecho de tener en cuenta este factor a la hora de seleccionar hembras pueda ser útil, existen otros rasgos de la conducta materna más positivos y no por ello menos influyentes. Por ejemplo, las cerdas más nerviosas o que se ponen nerviosas o se asustan con más facilidad tendrán tendencia a moverse con más frecuencia aumentando así el riesgo de aplastar algún lechón. En este sentido, hay que recordar que en condiciones naturales las hembras que están a punto de parir se apartan del grupo y construyen un nido, lo que favorece un ambiente cómodo para madre y crías y una disminución de estímulos que puedan ser estresantes.

Si la madre se levanta durante las sesiones de lactación (estrés, miedo), los lechones tenderán a ir cuando la hembra esté de pie. Esto empeora la situación de riesgo.


Posibilidades para reducir la mortalidad neonatal

De todos los factores que se han ido citando a lo largo de estos dos capítulos sobre mortalidad neonatal, nos hemos referido a algunos relacionados con las instalaciones, a la genética de los animales, o a la nutrición. Sin despreciar estos aspectos que, sin lugar a dudas, deben ser tenidos en cuenta, querríamos sin embargo hacer hincapié en una idea que se ha ido intuyendo a lo largo del texto. Está claro que a la hora de reducir la mortalidad neonatal, el centro de atención hay que ponerlo en la madre. Pero concretamente a lo que es necesario que se dé más importancia es a crear un ambiente "agradable", es decir, a reducir el estrés de las cerdas en el periodo pre y postparto.

La palabra clave es 'estrés' que, lejos de indicar un estado psicológico únicamente relacionado con los seres humanos, se refiere a un proceso fisiológico de gran magnitud y de consecuencias importantes. No es el objetivo de este trabajo el desarrollar el concepto y la respuesta de estrés, pero valga decir que el miedo (a los humanos, por ejemplo) o las reacciones de sorpresa que se producen ante sucesos que se dan en una explotación (puertas que se abren o cierran con brusquedad, presencia de personas desconocidas, etc) conllevan una serie de reacciones dentro del organismo que pueden afectar, y afectan, a aspectos como la duración del parto o la salida de la leche. Por otro lado, una respuesta básica a los estímulos estresantes es la modificación de conducta. Es decir, el animal tenderá a alejarse del estímulo estresante o, como mínimo, se preparará para ello. En otros casos esto es poco importante, pero cuando hablamos de una hembra de más de 200 kg de peso rodeada por su camada de 10 o 12 lechones, algunos con poca vitalidad, la cosa se agrava ya que cualquier movimiento de aquella es un riesgo para éstos. En resumen, no es que una entrada brusca en la sala de maternidad sea peligrosa en sí misma, sino que cuando se repite continuamente ayuda a crear un estado de alerta en los animales que hace que se muevan con más facilidad y, por lo tanto, puedan provocar muertes por aplastamiento.

Por último, un aspecto importante a tener en cuenta es la edad de la madre o, más exactamente, el número de parto. Está demostrado que cuantos más partos ha tenido una cerda más se alargan. Por lo tanto, sería interesante reducir el número de partos máximo que puede tener una cerda en producción. Este punto supone además una mejora también en el bienestar de la hembra.