Efecto de aumentar el nivel de alimentación durante la fase final de la gestación sobre los rendimientos productivos de la cerda y sus lechones
NW Shelton, JM DeRouchey, CR Neill, MD Tokach, SS Dritz, RD Goodband, and JL Nelssen. 2009. Swine Day, Kansas State Univerity: 38-50.
11-feb-2010 (hace 14 años 9 meses 14 días)En el presente estudio se utilizaron 108 hembras PIC1050 (primíparas y multíparas) y sus camadas durante dos gestaciones consecutivas para determinar el efecto de aumentar el nivel de alimentación sobre los rendimientos productivos. Se utilizó un diseño factorial 2 x 2 siendo los factores principales el nivel alimentación (0 o 0,91 kg de pienso extra de los 90 días de gestación hasta el parto) y el grupo de parto (primíparas o multíparas).
Para la primera gestación y lactación las primíparas presentaron mayor (P<0,001) espesor de grasa dorsal a día 35, 90 y 112 de gestación y al parto comparado con las cerdas multíparas pero presentaron mayor pérdida de grasa dorsal durante la lactación. El aumento del nivel de alimentación aumentó (P<0,001) la ganancia de peso de los 90 a los 112 días en ambos grupos (primíparas y multíparas). Se observó una interacción entre el nivel de alimentación y el número de partos (P<0,04) para el CMD y el consumo total de pienso durante todo el período de lactación. Las primíparas redujeron el consumo durante la lactación cuando se les había subido el nivel de alimentación al final de la gestación, sin embargo en las multíparas, más pienso durante la gestación tardía supuso mayor consumo en lactación. Aumentar el nivel de alimentación consecuentemente aumentó los costes de alimentación (P<0,04). Se observó una interacción entre el nivel de alimentación y el número de partos (P<0,04) sobre el peso medio de los lechones nacidos totales y nacidos vivos. Aumentando el nivel de alimentación aumentó el peso al nacimiento en las primerizas pero se redujo el peso de los lechones al nacimiento en las multíparas. Las primerizas presentaron mayor (P<0,02) número y peso de nacidos totales, nacidos vivos y número después de las adopciones comparado con las multíparas. La primíparas destetaron mayor (P<0,002) número de lechones y mayor peso de camada al destete (P<0,03) comparado con las multíparas. Al destete, las cerdas multíparas presentaron menor IDC (P<0,002) comparado con las primíparas. Se observó también una interacción (P<0,03) entre el nivel alimentación y el número de partos en la tasa de fertilidad. Durante el consiguiente período de lactación se observó una interacción entre el nivel de alimentación y el número de parto (P<0,005) sobre la pérdida de grasa dorsal. Se detectó también una interacción entre el número de parto y el nivel de alimentación (P<0,02) para la pérdida de peso durante la lactación. El número de nacidos totales y los nacidos vivos y el peso la camada fueron superiores (P<0,006) en las cerdas de segundo parto respecto a las de tercer parto. La sobrealimentación durante la gestación tardía aumentó (P<0,02) el peso de los lechones al destete, con una mejora más importante en las cerdas de segundo parto.
Se puede concluir que la sobrealimentación durante la gestación tardía aumenta los costes de alimentación sin beneficios consistentes en la productividad de la cerda. En cerdas jóvenes, la tasa de fertilidad y el peso de la camada al destete aumentaron durante el segundo parto, pero sin otros beneficios asociados.
Para la primera gestación y lactación las primíparas presentaron mayor (P<0,001) espesor de grasa dorsal a día 35, 90 y 112 de gestación y al parto comparado con las cerdas multíparas pero presentaron mayor pérdida de grasa dorsal durante la lactación. El aumento del nivel de alimentación aumentó (P<0,001) la ganancia de peso de los 90 a los 112 días en ambos grupos (primíparas y multíparas). Se observó una interacción entre el nivel de alimentación y el número de partos (P<0,04) para el CMD y el consumo total de pienso durante todo el período de lactación. Las primíparas redujeron el consumo durante la lactación cuando se les había subido el nivel de alimentación al final de la gestación, sin embargo en las multíparas, más pienso durante la gestación tardía supuso mayor consumo en lactación. Aumentar el nivel de alimentación consecuentemente aumentó los costes de alimentación (P<0,04). Se observó una interacción entre el nivel de alimentación y el número de partos (P<0,04) sobre el peso medio de los lechones nacidos totales y nacidos vivos. Aumentando el nivel de alimentación aumentó el peso al nacimiento en las primerizas pero se redujo el peso de los lechones al nacimiento en las multíparas. Las primerizas presentaron mayor (P<0,02) número y peso de nacidos totales, nacidos vivos y número después de las adopciones comparado con las multíparas. La primíparas destetaron mayor (P<0,002) número de lechones y mayor peso de camada al destete (P<0,03) comparado con las multíparas. Al destete, las cerdas multíparas presentaron menor IDC (P<0,002) comparado con las primíparas. Se observó también una interacción (P<0,03) entre el nivel alimentación y el número de partos en la tasa de fertilidad. Durante el consiguiente período de lactación se observó una interacción entre el nivel de alimentación y el número de parto (P<0,005) sobre la pérdida de grasa dorsal. Se detectó también una interacción entre el número de parto y el nivel de alimentación (P<0,02) para la pérdida de peso durante la lactación. El número de nacidos totales y los nacidos vivos y el peso la camada fueron superiores (P<0,006) en las cerdas de segundo parto respecto a las de tercer parto. La sobrealimentación durante la gestación tardía aumentó (P<0,02) el peso de los lechones al destete, con una mejora más importante en las cerdas de segundo parto.
Se puede concluir que la sobrealimentación durante la gestación tardía aumenta los costes de alimentación sin beneficios consistentes en la productividad de la cerda. En cerdas jóvenes, la tasa de fertilidad y el peso de la camada al destete aumentaron durante el segundo parto, pero sin otros beneficios asociados.