Pautas de manejo post-inseminación

Javier Gil Pascual
28-may-2021 (hace 3 años 6 meses 24 días)

Una vez he inseminado a la cerda ¿qué momento es el adecuado para moverla?

Siempre surgen dudas, sobre cuál es el mejor momento para cambiar de sitio las cerdas después de la inseminación.

Una cerda inseminada en una jaula conviene dejarla en esa misma jaula, y con las mismas vecinas, hasta los 35 días de gestación.

En el caso de tener que moverla, se tiene que hacer dentro de los 3 primeros días tras la fecundación. Consideraremos que se habrá producido en la primera inseminación, aunque en los sistemas de recela e inseminación inmediata es más probable que la fecundación se produzca con la segunda dosis.

Si se utiliza una pauta de inseminación de 3 días, se tiene que considerar que la fecundación se ha producido el primer día. Si calculásemos a partir del último día y la fecundación se hubiera producido el primero, la moveríamos con 5 días de gestación (un momento muy peligroso).

Con esta pauta no se pueden soltar juntas todas las cerdas que se inseminan durante la semana ya que a final de semana habrá cerdas que lleven 2 días inseminadas y en cambio otras llevarán 5 por lo que “inseminar y soltar” se tiene que realizar cada 2 días o como mucho 2 veces por semana, pero siempre teniendo en cuenta el momento de inseminación de cada una de las cerdas.

Foto 1. Movimiento de cerdas a los 35 días de gest

Otra de las dudas más comunes es el movimiento de las cerdas nulíparas una vez salen a celo

De manera ideal, habría que recelar la nulípara, meterla en una jaula 3 días después del inicio del celo, mantenerla en esa misma jaula y con las mismas vecinas, realizar un flushing nutricional desde 10 días antes del supuesto nuevo celo, recelar e inseminar.

Pero en el caso de no seguir estos pasos, de los siguientes escenarios ¿cuál sería el menos malo?

La opción menos mala es meter la cerda 7-8 días antes y que salga en celo en la jaula. De esta manera, la cerda va a ovular, no expresando todo su potencial ya que se rompe el flushing preovulatorio, pero ovulará. Los tres primeros días no comerá o comerá mal y después comerá con normalidad, pero aun así se verá perjudicado el tamaño de la camada.

Cuando se mete una cerda durante el celo en la jaula, habiendo salido a celo en la cuadra, el nivel de estrés es tan elevado que es posible que no ovule, provocándose una repetición. Tendremos a la cerda adaptada, pero habremos generado 21 días no productivos.

Como explicaba Javier en anteriores artículos, las cerdas que no puede expresar todo su potencial en el primer parto y producen camadas cortas, por lo general van a ser cerdas mediocres durante toda su vida reproductiva.

Como conclusión, ninguna de las dos es recomendable.

Es preferible reducir el censo de la granja y tener el espacio para adaptar a las nulíparas, que permita que, al menos, estén en la jaula 14 días antes de la primera inseminación.

¿Qué pautas de alimentación nos recomienda en el periodo de celo?

Es habitual encontrarse con granjas donde se restringe la alimentación desde que las primeras cerdas salen en celo hasta los 5-6 días de gestación. Cuando se reduce la cantidad de pienso a todas las cerdas destetadas desde que las primeras salen en celo, se rompe el flushing nutricional de las que aún no lo han hecho, reduciendo así el crecimiento folicular y dificultando su salida en celo.

Hay que disminuir la ración a la cerda durante 2-3 días, que es lo que realmente disminuye la ingesta de manera natural, aumentando la ración a partir del día 3 de gestación a unos 3 kg al día, incluso si la cerda está pasada de peso.

Es muy importante mantener esta ración durante los primeros 30 días de gestación ya que la cerda tiene que desarrollar la placenta con una vascularización adecuada para que el lechón crezca correctamente, evitando lechones de bajo peso al nacimiento.

En el caso de cerdas con una condición corporal elevada, se podrá establecer una restricción en la dieta entre los 30 y 80 días de gestación.

El primer mes es crucial para el correcto desarrollo de la placenta, para lo cual no es suficiente con las propias reservas corporales, sino que son necesarios unos niveles de proteínas, vitaminas y microelementos que solo se encuentran en la dieta.

El peso al nacimiento, además de con otros muchos factores, tiene relación directa con la alimentación de la cerda durante el primer mes de gestación.

Gracias a esta serie de artículos podremos corregir diferentes errores en nuestras granjas, instaurando las pautas explicadas con el fin de mejorar la fertilidad y la productividad mediante un correcto manejo y uso de las diferentes técnicas de inseminación.