Introducción
Durante la lactación los requerimientos nutricionales se derivan mínimamente al mantenimiento y van destinados sobre todo a la producción láctea.
Además, es bien conocido que el componente principal de la leche es el agua, y que por lo tanto es fundamental aportar suficiente cantidad de agua, sin olvidar, por supuesto, la cantidad de pienso consumida.
Durante la lactación el consumo de agua debe ser ad libitum, vigilando no solo su temperatura sino también su calidad bioquímica y microbiológica, así como el flujo de agua de los bebederos.
Cualquier privación de agua o rechazo por falta de calidad tendrá una influencia directa en la producción de la granja. Se verán influenciados aspectos como el consumo de pienso, la pérdida de peso de la cerda o la ganancia media diaria de los lechones, entre otros.
Qué debe tenerse en cuenta
Consumo de agua en preparto
Tal y como se muestra en la Ilustración 1 debe prestarse atención al periodo de preparto, en ese estudio, durante los días previos al parto se registró un consumo de agua elevado, con una media de 9 litros/día durante los 3 a 5 días previos al parto; alcanzando incluso picos máximos de casi 18 litros de agua el día antes del parto. Además, se observa en el gráfico como el consumo de agua va incrementándose conforme se acerca el momento del parto, para luego descender e incrementarse rápidamente los 4 días posteriores al parto.
Consumo de agua durante la lactación
Tal y como se ha comentado, es fundamental garantizar el consumo de agua por parte de la cerda. S. Kruse et al., en una prueba realizada en 2011 vieron como el consumo diario de agua se iba incrementando con el avance de la lactación, alcanzando un consumo medio de agua durante el periodo de lactación de 27,5 litros/día. En ese mismo estudio fueron las cerdas de segundo parto las que mayor ingesta de agua presentaron.
Un estudio similar se repitió en 2015 en la granja propia de Nutreco, obteniéndose un patrón similar. El día del parto las cerdas presentaron un consumo próximo a los 15 litros diarios, hasta alcanzar casi los 40 litros al día al final de la lactación (Ilustración 3). Además, el patrón de pre-parto coincide con el estudiado con anterioridad por Fraser & Phillips en 1989 (Ilustración 1).
Sin dejar de lado la ingesta de pienso y recordando que es fundamental un rápido incremento del consumo durante la primera semana de lactación, debe tenerse en cuenta el ratio agua:pienso.
Este ratio desciende desde el momento del parto hasta la semana de lactación; pasando de 7 a 4 litros de agua por kg de pienso. A partir de este momento, el ratio incrementa ligeramente para quedarse prácticamente estable, esto podría indicar la adaptación del tracto gastrointestinal de la cerda al consumo de agua y a la ingesta de pienso. La media obtenida en el estudio realizado por S. Kruse et al., en 2011 fue de 4,9 litros de agua por kg de pienso.
Estudios realizados en la granja experimental de Nutreco en 2015, muestran la misma tendencia en la curva que la obtenida en la prueba de Kruse en 2011. (Ilustración 4)
Consecuencias sobre los lechones y sobre la cerda
Fraser & Phillips, en 1989 ya relacionaron el consumo de agua con la ganancia media diaria de los lechones, se observa una correlación positiva entre el consumo de agua los tres primeros días de lactación con el incremento de peso de los lechones (Ilustración 6). Además, en ese mismo estudio se vio como la mayor parte de la mortalidad de lechones durante los primeros días de lactación, se centró en cerdas con un consumo de agua inferior a 6 litros/día (Fraser & Phillips, 1989).
En el caso de la cerda, un incremento de la ingesta de agua y pienso durante la lactación, dará lugar a una menor pérdida de peso y repercutirá positivamente en el siguiente ciclo reproductivo.
Conclusiones