La adaptación de la reposición a Mycoplasma hyopneumoniae: ¿De qué estrategias disponemos?

Laura Garza MorenoDavid EspigaresSonia Cárceles MartínezSalvador Oliver Ferrando
05-nov-2019 (hace 5 años 18 días)

Mycoplasma hyopneumoniae (M. hyopneumoniae) es el agente causal de la neumonía enzoótica, una enfermedad respiratoria crónica que afecta principalmente a los cerdos en fase de crecimiento y engorde. Esta enfermedad causa importantes pérdidas económicas en las explotaciones afectadas, debidas fundamentalmente al empeoramiento de parámetros productivos, como la ganancia media diaria e índice de conversión, a una mayor susceptibilidad a infecciones por otros patógenos, así como a un aumento en los costes de medicación (Thacker y Minion, 2012).

La transmisión de M. hyopneumoniae se produce principalmente por contacto directo (nariz-nariz) entre animales infectados que excretan la bacteria y animales susceptibles. Esta transmisión puede darse entre animales del mismo corral (horizontal) y/o entre la madre y su camada (vertical). Concretamente, la transmisión vertical (madre-lechón) durante el periodo de lactación se considera un punto clave para el control de la enfermedad en las explotaciones afectadas (Fano, 2007; Sibila 2007), ya que los lechones infectados en maternidad transmitirán la bacteria durante las etapas posteriores de transición y cebo. De hecho, varios estudios correlacionaron una alta prevalencia de M. hyopneumoniae al destete con una mayor prevalencia y gravedad de las lesiones pulmonares asociadas a este patógeno en matadero (Fano 2007; Sibila, 2007).

Uno de los factores que parecen influir en el grado de excreción de M. hyopneumoniae es la paridad de las cerdas. En concreto, las cerdas de reposición y primer parto se consideran las principales excretoras de este patógeno respiratorio (Boonsoongnern, 2012). Por ello, las estrategias de adaptación de la reposición enfocadas a conseguir una correcta inmunización y una reducción en la excreción de M. hyopneumoniae por las nulíparas y las cerdas de primeros partos podrían ser útiles para estabilizar la situación de este patógeno respiratorio en las explotaciones.

La estabilidad sanitaria de una explotación depende del estatus sanitario de las cerdas presentes en la misma, así como del estatus sanitario de las cerdas de reposición que vamos a introducir en ella. Por ello, antes de implementar un programa de adaptación a M. hyopneumoniae en una explotación debemos preguntarnos: ¿Cuál es el estatus sanitario de la explotación frente a M. hyopneumoniae? ¿Y el de la reposición?

Para determinar el estatus sanitario de la explotación y de la reposición frente a M. hyopneumoniae debemos tener en cuenta: 1) la observación de parámetros clínicos (signos clínicos y lesiones pulmonares) y 2) la confirmación mediante técnicas de laboratorio de la exposición (ELISA) y/o presencia al patógeno (PCR). Recientemente, se ha propuesto una clasificación en función de la presencia o ausencia de estos parámetros que posibilita la aparición de distintos escenarios (Fano y Pieters, 2016; Garza-Moreno, 2018).

¿De qué estrategias disponemos para conseguir una adecuada adaptación de la reposición frente a M. hyopneumoniae?

Tradicionalmente, como sucede con otras enfermedades, cuando el origen de la reposición es externo se tiende a exponer a estas cerdas a animales infectados que estén excretando el patógeno en cuestión. Sin embargo, en el caso de M. hyopneumoniae conseguir una correcta adaptación mediante exposición natural es complicado, debido a su bajo ratio de transmisión (Meyns, 2004). De hecho, un estudio reciente demostró la baja eficiencia de la exposición natural a M. hyopneumoniae, ya que para conseguir una correcta exposición se requiere el contacto de 6 cerdas positivas excretando por 4 cerdas susceptibles (ratio 6:4) durante un periodo de 4 semanas (Roos, 2016).

Para facilitar esta exposición, se han propuesto distintos métodos de exposición artificial mediante la inoculación de M. hyopneumoniae de forma intranasal, intratraqueal, incluso mediante el uso de aerosoles (Yeske, 2019). Estos métodos proporcionan una mayor eficiencia en la exposición de la reposición a M. hyopneumoniae, pero podrían suponer un riesgo para la estabilidad de la granja. Este riesgo de desestabilización viene determinado por la larga duración en la excreción de M. hyopneumoniae por los animales infectados (hasta 214 días post infección; Pieters, 2009). Por ello, el uso de estos métodos implicaría una duración de la adaptación adecuada para conseguir que las cerdas infectadas no excreten M. hyopneumoniae (se enfríen), la entrada de cerdas más jóvenes en la explotación, una mayor disponibilidad de instalaciones, así como el uso de técnicas laboratoriales para verificar el estatus de estas cerdas inoculadas antes de su entrada a producción.

Actualmente, una de las herramientas más eficiente para conseguir una inmunización homogénea del lote de reposición en un corto período de tiempo, podría ser la vacunación frente a M. hyopneumoniae. A pesar de que la vacunación frente a M. hyopneumoniae no evita la infección, ésta disminuye los signos clínicos y la presión de infección en la población vacunada (Maes, 2017). En un estudio realizado recientemente se compararon distintos protocolos de vacunación de la reposición frente a M. hyopneumoniae durante la fase de adaptación (Garza-Moreno, 2019). Bajo las condiciones de este estudio, la vacunación de la reposición frente a M. hyopneumoniae con 4 ó 2 dosis redujo la presión de infección de este patógeno en el lote estudiado y aumentó significativamente la inmunidad maternal transferida a los lechones comparado con el grupo no vacunado (Garza-Moreno, 2019).

En conclusión, un programa de adaptación de la reposición efectivo sería aquel que minimizase la excreción de M. hyopneumoniae por parte de la cerda a su camada durante el período de lactación, reduciendo la prevalencia de este patógeno al destete y su impacto en etapas posteriores. Por ello, la implementación de estrategias que permitan generar inmunidad de forma homogénea y en un período de tiempo factible pueden ser de gran utilidad para controlar M. hyopneumoniae en las explotaciones.