Informativo Porcino nº 78 I Octubre 2018. págs 18-19.
14-mar-2019 (hace 5 años 9 meses 8 días)¿Qué es la enfermedad respiratoria porcina?
Es una de las enfermedades más graves que padecemos en el sector porcino, porque genera muchas pérdidas y no disponemos de soluciones eficaces contra él, cosa que sí sucede con otras afecciones. Además, lo que caracteriza a esta enfermedad es lo complejo que resulta controlarla.
¿Cuáles son las enfermedades respiratorias que más se reportan en las cerdas?
La primera es el PRRS. Después, las enfermedades que aparecen en un segundo lugar por su frecuencia de incidencia son distintas de este trastorno, puesto que son de tipo reproductivo.
¿En qué momento se diagnosticó esta enfermedad y cuánto hace que existe?
El primer caso que se dio en España fue en el año 1991, en una granja cercana a un pueblo de Huesca, aunque, desde un punto de vista clínico, no sabíamos cuál era el agente etiológico causante.
¿Qué tipos de virus existen?
La causa del PRRS es un virus del género Artevirus, que tiene predilección por las células inmunitarias y causa la muerte de los macrófagos alveolares. Este virus se clasifica en dos tipos: la cepa norteamericana (tipo 2) y la cepa europea (tipo 1). Cada brote tiene una cepa distinta y se van desarrollando cepas nuevas, ya que el virus posee una alta capacidad de propagación.
¿Cuáles son los síntomas y cómo afecta a los animales?
Los síntomas son muy variables, dependiendo del tipo de virus y de la cepa afectada. Normalmente, la gran parte de afectación es de carácter reproductivo, que es uno de los primeros síntomas que se pueden detectar. Las cerdas sufren abortos, pues pierden el feto durante la segunda mitad del embarazo, casi al final de la gestación. Los lechones pueden aparecer muertos o se pueden producir partos prematuros, en los que el lechón nace débil y sufre una tasa de mortalidad elevada una vez pasa a la estación. El PRRS afecta a la parte de transición y a la de cebo, porque la enfermedad es entérica y perdura en los animales afectados. Por tanto, en la granja existe un cuadro infeccioso complicado que puede ser común, porque aumentan las enfermedades infecciosas que antes estaban bajo control. Esto quiere decir que el virus permanece en la granja.
¿Qué grupos son más vulnerables?
Normalmente, los animales más afectados forman parte de los cerdos que están en la primera fase de transición, con un peso que oscila entre los 7 y los 20 kg. Esta es la fase donde se da una mayor incidencia de la enfermedad.
¿Cuántos días persiste?
La enfermedad persiste mucho tiempo, dependiendo de cuáles sean las características de la granja. En animales individuales el virus puede durar hasta 5 o 6 meses, pero en la granja resiste mucho más, pues hay zonas donde pueden producirse reinfecciones constantes, como pueden ser las zonas de posdestete.
¿Cuál es su tratamiento?
Actualmente no existe ningún tratamiento efectivo. Para controlar la enfermedad, se debe usar vacunación y antibióticos en los lechones. Cuando aparece un brote inicial en una granja, se debe hacer un seguimiento, ya que tenemos que conseguir que la explotación vuelva a la estabilidad productiva, que se detengan los síntomas reproductivos y que la fase de transición y cebo vuelvan a la normalidad. Para ello es esencial establecer medidas que aseguren una correcta adaptación de la reposición y medidas de bioseguridad internas que eviten que el virus que pueda circular en transiciones o cebos vuelva a afectar a las cerdas más adelante, generando de nuevo inestabilidad.
¿Qué consecuencias tiene?
El cuadro sanitario va en función de la cepa y de las dimensiones de la granja. El coste económico por lechón afectado es variable dependiendo de la manera en que la enfermedad afecta a la cepa. Aproximadamente, los costes económicos van de los 5 a 12 euros por lechón, según cuáles sean las infecciones secundarias existentes.
¿Qué estrategias de prevención existen o se recomiendan?
El mejor método de prevención es la bioseguridad. Con una buena bioseguridad externa se puede evitar la entrada del virus a la granja y con una buena bioseguridad interna y el trabajo de la higiene, se evita que los cerdos infectados infecten a los neonatos y a los no infectados. Con una correcta organización, conseguiremos un control más rápido de la enfermedad.
¿Qué nivel de incidencia hay en España?
Es difícil dar una cifra exacta. Este síndrome se desarrolla en un porcentaje muy elevado de granjas, y la enfermedad permanece endémica en un 80 % de las explotaciones. En términos de prevalencia, la cifra es muy variable.
¿En qué partes del mundo hay más afectación?
Seguramente las zonas más afectadas son Italia, Alemania, Holanda y Bélgica, que registrarían los porcentajes más altos.
Finalmente, ¿qué tratamientos futuros se plantean para este síndrome?
Hoy en día se está trabajando con vacunas, pero el virus es muy variable y cambia con mucha frecuencia. Cuando se progresa con una vacuna, los componentes del virus ya han cambiado, y ello supone un problema muy grave. También depende de las enfermedades y de las combinaciones que se desarrollen a partir del PRRS. Por ello, debemos trabajar con la finalidad de encontrar la fórmula definitiva para erradicar estos síntomas clínicos.