Mejorar la digestibilidad de las grasas de los piensos de iniciación

Ramon Cos
06-oct-2002 (hace 22 años 2 meses 17 días)

Una de las fases más delicadas del crecimiento del lechón es el paso de una dieta mayoritariamente líquida a una dieta sólida. Además esta transición es brusca ya que un día de repente, la cerda se va y la leche se termina por completo, junto con otros inconvenientes coincidentes en el tiempo ampliamente conocidos. Aquí es oportuno recordar que los enzimas digestivos en lechones varían notablemente durante las primeras ocho semanas de vida ya que el aparato digestivo madura y progresa hacia su estado adulto. En esta fase hay un moderado incremento de las proteasas de la leche. Las lipasas se incrementan suavemente durante este periodo, aunque entre la semana 2 y la 4 disminuyen según algunas fuentes. La lactasa sufre un acusado descenso, al contrario de las proteasas y amilasas para digerir cereales, que incrementan notablemente. También evoluciona la morfología de las vellosidades intestinales. Para mejor composición de lugar, recordar que en la leche de la cerda, un 40-45% de los sólidos de la leche son materia grasa con una digestibilidad aparente del 95-99% en la tercera semana. En el momento del destete los lechones sufren una considerable reducción de la digestibilidad aparente de la materia grasa, que pasa a ser de un 65%, siempre dependiendo de la fuente de utilización.

En lechones la digestibilidad de las grasas, depende de dos factores fundamentales. Por un lado la bilis se podría considerar un agente emulsionante propio, que aumenta según van madurando los lechones. Por otro lado las cerdas compensan este déficit, proporcionando en su leche un emulsionante con variable composición en ácidos grasos a lo largo de la lactación.

Es en este entorno que parece muy oportuno valorar las posibilidades que tenemos para mejorar la productividad en los primeros piensos de lechones mediante la mejora de la digestibilidad de las grasas en piensos sólidos.

Los agentes emulsionantes en piensos de iniciación para lechones son interesantes desde distintos aspectos. Se trata de una solución que se viene utilizando por la industria de forma continuada y su introducción es debida a sus propiedades físico-químicas. Tienen capacidad de generar cambios en la presentación y distribución de las partículas de los alimentos entre si y respecto a la superficie de absorción del intestino. Sorprende la poca literatura existente acerca de sus propiedades y capacidades, con el volumen de utilización en porcino. Es más preocupante si tenemos en cuenta que existen miles de posibilidades procedentes de alimentación humana, donde se conoce bien el comportamiento de muchos de los diferentes componentes de estos ácidos grasos (monogliceroles y sus variantes, esterificados o no).

Un punto interesante a valorar es con qué nivel de grasa añadida se trabaja y que tipo, así, cuanto mayor sea la inclusión de grasa y mayor el nivel de saturación, más grande es la oportunidad de respuesta para los emulsionantes. También hay que valorar el ratio energía/ aminoácidos, ya que al modificar la parte grasa, se afectaría a la energía de la dieta al añadir emulsionantes, eso tendrá que considerarse en el contenido de aminoácidos.

Si tenemos en cuenta que este tipo de dietas ha sufrido recientemente importantes restricciones causadas por la prohibición de promotores de crecimiento y de materias primas de origen animal, tan comunes hasta hace muy poco tiempo, hemos de extremar las medidas para continuar mejorando la productividad en este periodo. Por un lado se deriva que cada vez hay más grasas vegetales y menos animales con lo que hay más dificultad para la formación de micelas de forma natural debido al cambio en el tamaño de partícula, (cuanto menor son las gotas de la grasa de la leche, mayor superficie de ataque tienen las lipasas). Es aquí donde juegan un papel decisivo el balance hidrofílico-lipofílico (HLB) de los diferentes emulsionantes que nos permiten optimizar diferentes tipos de dieta.

Los agentes emulsionantes con HLB de 6-7 parece que permiten conseguir consistentemente un mayor nivel de emulsificación. Otra característica a tener en cuenta es el uso de grasas añadidas en dietas de lechones que se sitúa entorno al 5-10%. También es importante la edad de los lechones, cuanto más jóvenes, menos desarrollado esta el sistema digestivo, así será mayor la oportunidad de respuesta de un emulsionante. Es importante también, el efecto que presentan los agentes emulsionantes en procesos tecnológicos (peletización, extrusión,...), en reducción de lesiones irritativas del tracto digestivo de animales de primera edad y en la mejora de la emulsión en el tracto digestivo. También colaboran en la dispersión de vitaminas y de oligoelementos.

Faltan más valores para ponderar mejor los actuales avances, si bien se puede decir que los emulsionantes incrementan la cantidad de energía de la dieta en un 1.8%. Más que contundente es la mejora de la digestibilidad de la grasa, aproximadamente un 5%. En general, mejora la digestibilidad de todos los nutrientes de la dieta en primera fase. Sobre la base de todo lo comentado anteriormente, se puede concluir que adicionar emulsionantes en las dietas para lechones de menos de 5-6 semanas de vida, potencia el rendimiento de los lactoiniciadores.