Tu futuro está en manos de tu matadero

Dennis DiPietre
28-may-2018 (hace 6 años 6 meses 24 días)

Para entender qué está pasando actualmente en el mercado porcino global es imprescindible entender dos grandes tendencias que están marcando la realidad que se está imponiendo en todo el mundo. La primera es el aumento de la renta per cápita real y es la principal causa del aumento de la demanda mundial de carne de cerdo. En términos globales la inflación ha sido negativa, o se ha mantenido baja, durante muchos años; este aumento en los ingresos ha supuesto un impacto real en la capacidad de comprar más. La segunda es la evolución diferenciada de la estructura de producción/procesado y distribución de la carne de cerdo en Estados Unidos, Europa y China. Cada una está en una fase evolutiva diferente hacia un futuro que sorprenderá a casi todos los principales productores del mundo.

Como hemos mencionado muchas veces, el principal estímulo para aumentar la demanda global de carne no es el aumento de la población sino de la renta per cápita real. La renta per cápita real ha estado aumentando gradualmente, a nivel global, desde la década de 1960 pero desde el año 2000, con la excepción de un par de cortos períodos, el aumento de ingresos se ha acelerado dramáticamente. Esta es la génesis fundamental de toda la demanda a nivel mundial y la variable que explica más significativamente lo que está sucediendo en tu país en este momento con todos los productos y servicios y, desde luego, también con el mercado de la carne de cerdo.

Una mayor renta per cápita crea cambios dramáticos en la demanda para la que se orientan los países que poseen los componentes necesarios y sostenibles para producir carne a bajo coste. La gran pregunta no es qué países pueden producir carne barata para cubrir la demanda creciente sino qué estructura de producción/procesado y distribución será la más resiliente económicamente ya que los giros y golpes que traerá el azar sorprenderán hasta a los más preparados.

Nunca he tenido tan clara la importancia de la estructura de la cadena de producción de carne de cerdo para conseguir éxito económico y resiliencia durante la próxima década. Las granjas y sistemas de alto rendimiento que han tenido éxito en el pasado gracias a su manejo excepcional, unos protocolos de trabajo correctos y una plantilla capaz de ejecutarlos de un modo consistente, se encontrarán con que todas estas características son sólo una condición necesaria, pero no suficiente, para tener éxito en el futuro. Hay muchos sistemas de producción porcina con una gran variabilidad de tamaños, desde granjas familiares hasta empresas muy grandes, que tienen un rendimiento demostrado cuyo éxito presente y futuro se ve empañado por la estructura de la cadena en la que producen. Ni las mejores empresas podrán escapar del ancla que los arrastra si trabajan en una cadena limitante, atrasada u obsoleta.

Todos los países que son grandes productores tienen elementos de arrastre dentro de su cadena, es decir no hay ningún lugar perfecto para criar, sacrificar o distribuir carne de cerdo. Sin embargo, los productores deberán tomar más decisiones sobre su sistema de producción que en el pasado para afrontar con éxito los cambios venideros. Antes, la preocupación principal eran las características de la granja (genética, tipo de nave, tamaño de los lotes, manejo, legislación, etc). Ahora, lo más crítico para tener éxito es la alineación con la cadena, o subcadena, correcta del entorno productivo del país. Si la cadena correcta no existe, debe ser creada, a menudo en contra de la lógica convencional que ha generado éxitos en el pasado, pero que ya no lo hará en el futuro.

¿Cuáles son las características que marcaran la diferencia? La presión para utilizar de manera eficiente los escasos recursos globales para producir carne (y otras materias primas valiosas) está aumentando y lo más probable es que aumente exponencialmente si se mantiene el aumento de población en dos mil millones previsto para 2050. El único modo para hacerlo es que la producción animal siga el camino que tomó la agricultura moderna hace 25 años y que se conoce como agricultura de precisión.

La agricultura de precisión requiere que los cálculos, procedimientos e inversiones se realicen con pleno conocimiento y manejo de la variación inherente a cualquier sistema de producción biológico. En porcino, hemos construido un sistema que, con la tecnología actual, no permite la precisión. Estamos esperando la tecnología que nos permita el mismo grado de detalle que los agricultores pueden tener con el uso de fotografías aéreas o imágenes satelitales infrarrojas. Esto permite al agricultor diferenciar variedades y aplicar nutrientes, herbicidas e insecticidas con una precisión de un metro cuadrado, en lugar de cada acre o hectárea.

En producción porcina sólo conocemos el rendimiento del engorde cuando ha terminado la producción, y sólo su media (en lotes que, a veces, incluyen a más de 1.000 animales) con poca, o ninguna, información de la variabilidad dentro de esta media. Hay algunos signos esperanzadores pero muchos carecen de la precisión necesaria o tienen un coste excesivo. Además, en algunos casos, la aplicación de estas nuevas tecnologías afecta negativamente al crecimiento ya que interfiere con los animales o los estresa.

Si estás produciendo en una cadena global donde se evita que recibas los pesos y las características individuales de cada animal en el momento del sacrificio, no tendrás la oportunidad de cruzar el umbral hacia la agricultura de precisión sin mucha dificultad, lo que eventualmente terminará haciéndote perder competitividad a nivel de costes globales. El objetivo principal de las tres grandes nuevas plantas de procesado en EEUU es obtener la propiedad de la información antes y también después del sacrificio. Esta información es el billete hacia la agricultura de precisión y va más allá de la puntuación de peso y calidad. Si no puedes conseguirla a través del matadero, debes conseguirla pese al matadero. La buena noticia es que están apareciendo algunos métodos, aunque no de la manera que puedas estar pensando. Volveremos sobre este punto en los próximos artículos.