La preparación de las primerizas. La adaptación productiva

Joan Wennberg i RutllantJoan AparicioLluís Ferrer
08-may-2018 (hace 6 años 6 meses 16 días)

En el artículo anterior, conversamos con los veterinarios Lluís Ferrer y Joan Aparicio sobre la importancia de la adaptación sanitaria de las futuras reproductoras. En este artículo nos centramos en la adaptación productiva.

El peso, y la edad a la primera cubrición

La edad y/o peso a la primera cubrición es un parámetro siempre en discusión y de gran importancia en el rendimiento posterior de los animales. Preguntamos a nuestros expertos sobre ello:

Aparicio comenta que se adapta en cierta manera a las recomendaciones de las distintas genéticas pero, como norma general, recomienda realizar la primera cubrición alrededor de las 32 semanas de vida, y un peso de 140-150 kg. Afirma que un objetivo importante es lograr el primer parto a las 50 semanas de vida.

Ferrer lo tiene muy claro: “para mí lo más importante es el peso. Mi objetivo son 130-140 kg. Hay que huir de los animales demasiado pesados y grasos. La mayoría de líneas genéticas con las que trabajamos son muy eficientes en la transformación de alimento. Es mucho más fácil engordarlas que adelgazarlas.” Ferrer prefiere cubrir animales algo más justos y en todo caso recuperarlos en la primera mitad de gestación.

Para ello, considera muy importante el control de la alimentación durante la fase de recría. En especial, el control del consumo a partir de los 110-120 kg de peso. “Cuando los animales consumen más de 3 kg de pienso al día, empezamos a restringirles el alimento”.

El control de celos previo a la cubrición

Aparicio le da mucha importancia al control de celos previo.

El periodo de adaptación está dividido en 2 áreas, las primeras 4 semanas de cuarentena, y las cuatro segundas de infectena-adaptación. Dice “en la fase de cuarentena quiero un control visual de celos, no es tan importante el día exacto, pero sí saber qué animales ciclan o no. En la fase de infectena debemos controlar celos ya con macho”.

Foto 1. El control de celos durante el periodo de adaptación es uno de los aspectos del manejo clave en las granjas. Permite inseminar a la primeriza al segundo a tercer celo controlado. También permite conocer qué cerdas no están ciclando adecuadamente.

Aparicio comenta que en la mayoría de las granjas usan el sistema de 3 colores para control de celos. Cada semana se marcan los celos con un color distinto: rojo, verde o azul. Estos tres colores van rotando, y así conseguiremos tener las cubriciones y los celos ordenados por lote de cubrición de una manera muy fácil y visual. Le gusta que en la infectena los celos de las primerizas se marquen ya de la misma manera. Así es muy práctico programar su incorporación a los lotes semanales de cubrición.

Ferrer prefiere el control de celos desde el primer día en la cuarentena. Si se hace bien, una cerda debe tener al menos dos celos controlados antes de su cubrición. “Para mi este es un dato que indica la calidad del trabajo realizado durante la adaptación.”

La adaptación a jaulas

Una recomendación común de todas las líneas genéticas para favorecer una buena ovulación es que la cerda no tenga restricciones alimentarias los 10-15 días previos a la cubrición. Esto es incompatible con poner una primeriza en jaula por primera vez pocos días antes de su cubrición.

Foto 2. Si las primerizas van a inseminarse y realizar las primeras semanas de gestación en jaulas deben adaptarse primero a ellas para evitar que la colocación en jaulas interfiera con la práctica del flushing y con una buena ovulación. En la foto también observamos la práctica de marcar los celos no inseminados con un color distinto cada semana.

Así pues, si vamos a cubrir las primerizas en jaulas, una parte importante de esta adaptación es la adaptación previa a las jaulas.

Aparicio advierte: “Uno de los males de todas las granjas es la falta de espacio, es difícil una vez están en la nave de cubrición tener espacio suficiente para que todas las primerizas tengan al menos 15 días de jaula antes de la cubrición”. Por ello la mejor manera de hacerlo es que durante la segunda parte de la adaptación, en la nave de infectena, las primerizas ya estén en jaulas. De esta manera se adaptan mientras hacemos la adaptación sanitaria, vacunaciones, etc.

Ferrer recuerda que, a parte de la adaptación a jaulas, en las granjas donde la gestación confirmada funciona con estaciones electrónicas de alimentación, las cerdas deben entrenarse a entrar y comer en estas máquinas antes de su cubrición. Afirma que, por su experiencia, son necesarias 4 semanas.

El flushing

La práctica del flushing o aumento del consumo energético por parte de las primerizas antes de su primera cubrición es una práctica que tiene por objetivo mejorar la ovulación y la supervivencia embrionaria.

Ferrer insiste en la idea de que, en muchas ocasiones, la adaptación a jaula es demasiado corta y eso impide aumentar de manera importante el pienso de las primerizas 10-15 días antes de la cubrición. Alternativamente recomienda el uso de 75-100 gramos de azúcar o dextrosa los días previos a la salida en celo de la nulípara.

Recela y primera cubrición

Los dos veterinarios coinciden en este punto: para las primerizas recomiendan recela e inseminación cada 12 horas. La inseminación cervical, una primeriza muy bien estimulada y siempre con el macho delante. Ferrer apunta un detalle práctico y que no parece menor, en muchas granjas la recela de las primerizas se realiza al final de la recela en multíparas. Si el macho es el mismo, suele llegar a las primerizas ya cansado y poco estimulado.

Segregación de primerizas

Planteamos a los dos expertos cuál es su opinión sobre la práctica de mantener a las primerizas separadas, ya sea en naves o secciones distintas de las multíparas. Esta es una práctica que se realiza en algunas granjas por razones productivas y sanitarias.

Aparicio dice que él no trabaja con segregación de primerizas. “Me gusta incluir a la primeriza en su lote de cubrición desde el primer día que la cubro. A parte, desde el punto de vista sanitario no le veo ventajas..., prefiero que la primeriza se vaya adaptando con el resto de las cerdas durante toda la gestación”.

Ferrer coincide en que, en su experiencia, la segregación a veces conduce a problemas en el segundo parto, ya que la primeriza no se ha adaptado a la granja durante la primera gestación. En cambio, sí recomienda que durante la cubrición y el primer mes de gestación las cerdas de primera cubrición no estén intercaladas entre multíparas. Facilita el manejo, incluso durante la cubrición, ya que en primerizas realizamos inseminación cervical y en las multíparas postcervical y los procedimientos son distintos, y sobre todo evitamos primerizas asustadas o intimidadas por estar de lado con animales de mayor tamaño.

En conclusión, son muchos los puntos clave en la preparación de las primerizas antes de su primera cubrición. De realizarlos bien, de ser constantes en la aplicación de muchos detalles que tienen que ver con sanidad, alimentación, manejo, depende empezar bien con el grupo de animales que representan el futuro de la granja.