Introducción
Tradicionalmente, las cerdas son alimentadas con una cantidad limitada de pienso durante la última semana de gestación. Después del parto, generalmente se incrementa gradualmente el suministro de pienso durante los primeros 7 a 10 días de lactancia para alcanzar un punto que se considera la ingesta máxima de una cerda en particular.
Estos regímenes de alimentación convencionales en periparto se basan en el supuesto de que la sobrealimentación de cerdas antes del parto puede causar edema de ubre, estreñimiento, comprometer el proceso de parto o engrasarlas excesivamente. Del mismo modo, después del parto, se aumenta gradualmente la alimentación, para evitar supuestas caídas en la ingesta de pienso, hipogalaxia, diarreas en los lechones y/o desperdicio de pienso.
¿Se corresponde la alimentación en periparto con las necesidades nutricionales de las cerdas?
El crecimiento fetal y mamario se produce fundamentalmente en el último mes de gestación. Los lechones doblan su peso en las dos últimas semanas, por tanto, las necesidades para crecimiento fetal son máximas al final de la gestación (ilustración 1). Por ejemplo, las necesidades de lisina SID para crecimiento fetal y mamario pasan de 4 g /día en la 8ª semana de gestación a 10 g/día en la última semana.
Las necesidades de energía también son muy elevadas al final de gestación, de una parte, al aumentar las necesidades de mantenimiento de la cerda y de otra parte por el aumento del crecimiento fetal y mamario, especialmente las últimas semanas de gestación.
Después del parto las necesidades de aminoácidos aumentan muy rápidamente por la producción láctea. Las cerdas producen el día del parto de 2 a 5 kg de calostro, con una media de 3,5 kg. En el primer día de lactación pueden superar los 6 kg de leche.
En una publicación reciente (Theil, 2017) realizan un cálculo factorial de las necesidades de las cerdas en periparto, y llegan a las conclusiones que se muestran en la Tabla 1: 12 días antes del parto necesitarían unos 2,8 kg de pienso de 2900 kcal y 0,5% de lys SID, el día del parto serían 4, 5 kg de pienso de 7,7% de lisina y el día 3 serían 6,1 kg de pienso con 6,4%de lisina:
Tabla 1. Cálculo factorial de las necesidades de la cerda en periparto, tabla adaptada de (Theil, 2017)
Día respecto a parto | % EM | % SID | EM kcal | SID g/día | Kg pienso 2900 kcal/Kg | g SID Lys/kg pienso |
-12 | 100 | 100 | 8,100 | 13,9 | 2,8 | 5,0 |
1 | 161 | 249 | 13,041 | 34,6 | 4,5 | 7,7 |
3 | 218 | 281 | 17,658 | 39,1 | 6,1 | 6,4 |
10 | 305 | 441 | 24,705 | 61,3 | 8,5 | 7,2 |
17 | 309 | 438 | 25,029 | 60,9 | 8,6 | 7,1 |
24 | 292 | 415 | 23,652 | 57,7 | 8,2 | 7,1 |
Por lo tanto, parece evidente que la estrategia de restringir el consumo de las cerdas en periparto no se corresponde con sus necesidades.
Incluso sería aconsejable, más que la estrategia de subir el plano de alimentación (“bump feeding”), el diseño de piensos o de complementos específicos para el final de gestación.
¿Es seguro alimentar “ad libitum” a las cerdas durante el periodo de periparto?
Diferentes estudios y experiencias a lo largo de los años no sólo ponen de manifiesto que no hay ningún problema en hacerlo, sino que bajo determinadas circunstancias puede ser beneficioso.
Neil (Neil, 1996) suministró 2,2 kg/día a las cerdas desde la cubrición hasta darles de comer ad lib 5 días antes del parto (P-5d), el día del parto (P) o 3 días después del parto (P+3d) (ilustración 3).
No hubo incidencia de agalaxia en ninguno de los tratamientos. Las cerdas de P-5d y P consumieron más pienso que las P+3d, perdieron menos peso y grasa y los lechones tendieron a tener más peso y menos necesidad de tratamientos de diarreas.
El autor concluyó que la alimentación de cerdas ad libitum a partir de 4 días antes del día esperado o desde el día de parto fue ventajosa en comparación con el retraso hasta el día 3 postparto.
Más recientemente, (R. Decaluwé, 2013) vieron que cerdas alimentadas 4,5 kg/ día la semana antes del parto produjeron 500 g más calostro que las alimentadas con 1,5 kg de pienso al día, sin que hubieran diferencias en duración del parto, intervalo entre lechones al nacimiento, nacidos totales, vivos, muertos ni mortalidad predestete.
En otra experiencia (A. Cools, 2014), se compararon cerdas ad libitum desde la entrada a maternidad y durante toda la lactación con otras alimentadas con una curva convencional: 3 kg/día hasta el día 110, bajando 0,5 kg/día hasta el día del parto y subiendo 1 kg/día hasta el día 7 y a partir de entonces a voluntad.
Las cerdas ad lib redujeron el consumo a 3-4 kg el día del parto, pero en el periodo periparto (-5d a +7d) comieron de media 7,4 kg/día, más del doble que las estándar (ilustración 4), perdieron menos grasa y destetaron lechones con 1 kg más de peso (ilustración 5).
En nuestra granja experimental de Canadá (Ferguson, 2015) se probó alimentar a las cerdas desde 4-5 días antes del parto con 2 niveles de pienso: alto 4,2 kg/día y bajo 3 kg/día. El nivel alto de alimentación redujo el % porcentaje de lechones poco viables, la mortalidad en las primeras 24 horas y hubo menor pérdida de peso de la cerda.
También en la granja experimental en Holanda realizamos una experiencia similar (Langendijk, 2012). Se compararon cerdas ad libitum desde la entrada en maternidad con cerdas alimentadas con un programa convencional, ambas con pienso estándar de lactación.
El consumo en preparto fue superior, tanto en multíparas como en nulíparas, mientras que en postparto fue superior solamente en las multíparas, que perdieron menos peso y grasa dorsal y destetaron lechones 0,5 kg más pesados (ilustraciones 6 y 7). No hubo efectos adversos como caídas del consumo, estreñimiento, etc. en ninguno de los tratamientos.
Conclusiones
Las curvas de alimentación tradicionales en periparto no se corresponden con las necesidades nutricionales de la cerda. Un elevado consumo la última semana de gestación puede aumentar la producción de calostro y viabilidad de los lechones. La alimentación ad lib en postparto aumenta el peso de los lechones al destete, reduce la pérdida de peso y grasa de la cerda.