Retos del sector porcino en España

Emilio Magallón Botaya
28-nov-2017 (hace 6 años 11 meses 26 días)

España es por censo el tercer país del mundo en producción porcina, detrás de China y USA, y por producción cárnica el cuarto país, dado que Alemania engorda muchos lechones que importa de Holanda y Dinamarca y, además, sacrifica cerdos cebados de estos y otros países.

El hecho de que España esté entre los líderes mundiales en producción porcina, es un orgullo y una gran responsabilidad para los profesionales que trabajamos en el sector, y nos debe hacer reflexionar sobre los retos que tenemos, parte de los cuales irán en aumento en el futuro.

Centrándonos exclusivamente en la producción, sin tener en cuenta el sector cárnico, repasaremos brevemente algunos de los retos que tenemos por delante:

Un desarrollo armónico del sector que permita un crecimiento ordenado favoreciendo la vertebración territorial, el desarrollo rural y el asentamiento de población en algunas de las zonas geográficas con baja densidad de población, por no decir desertizadas del país.

El sector porcino se debe desarrollar en zonas donde la actividad porcina no provoque conflictos con otras actividades humanas, es decir en zonas poco pobladas y no saturadas de producción porcina.

No se deben crear nuevas granjas en determinadas áreas geográficas ya saturadas.

La sanidad animal es y debe ser una de las principales fortalezas de la porcinocultura española, sobre todo en un sector que exporta el 50% de lo que produce, y a muchos países, algunos de ellos muy exigentes en cuanto a condiciones sanitarias.

La actuación conjunta del sector, coordinada por la Administración, ha sido muy importante para erradicar enfermedades endémicas en nuestro país: PPA, PPC, fiebre aftosa. En los últimos años el Plan de Control de la Enfermedad de Aujezsky está dando sus frutos.

Debemos seguir trabajando en el control de enfermedades, en este sentido un plan nacional para el control del PRRS sería una buena medida.

Mensaje en  Polonia advirtiendo de la amenaza de los jabalís para la difusión de la PPA. La amenaza de que la PPA se siga extendiendo por el resto de Europa.

El sector porcino español, que sale muy mal parado en la clasificación sobre el uso de antibióticos en ganadería, elaborado por la EMA (Agencia Europea del Medicamento) en 2015, debe continuar con el esfuerzo iniciado en el 2016 para producir carne de cerdo con menos antibióticos y ser un ejemplo de buenas prácticas.

La reducción en los últimos meses del uso sistemático de la colistina a raíz del Plan Voluntario de Reducción de la Colistina, iniciado en el 2016 y promovido por la AEMPS (Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios) es esperanzadora en ese sentido.

La producción porcina debe ser totalmente compatible con el medio ambiente. Los ganaderos debemos ser los primeros interesados en que nuestro sector respete el medio ambiente, y que los purines sean utilizados como fertilizantes agrícolas, no como residuos ganaderos, gestionando correctamente su uso y reduciendo así el uso de abonos químicos.

La sociedad, y especialmente las nuevas generaciones, son cada vez más sensibles al bienestar animal y, aparte de cumplir los estándares de la legislación europea, debemos ser sensibles a lo que nos exige la sociedad y estar preparados para satisfacer sus demandas.

El mensaje clave que hay que trasmitir a la sociedad es que los cerdos nunca se han criado con tanto “confort” y garantías sanitarías, alimenticias,…. como hoy.

Hay que erradicar de nuestro vocabulario el concepto de explotaciones ganaderas, por la carga peyorativa que lleva implícita, y sustituirlo por el de granjas porcinas. También debemos ser muy selectivos con las imágenes que trasmitimos a la sociedad, no podemos transmitir solo imágenes negativas del sector.

A veces, lo que para el ganado porcino y para la producción porcina es bueno , como las granjas modernas, climatizadas y automatizadas, algunos sectores de la sociedad lo ven como una producción ligada a multinacionales, macrogranjas, contaminación ambiental, explotación animal. Debemos pues comunicar mejor a la sociedad los esfuerzos que hacemos para producir de manera más eficaz y sostenible.

Las granjas grandes, climatizadas y bien estructuradas permiten trabajar con niveles más altos de bienestar animal y posibilitan a los ganaderos disfrutar de turnos de trabajo y vacaciones a las que antes estaban vedados, pero determinados sectores sociales las ven de manera muy negativa.

El control sanitario de la carne que producimos es otro puntal de nuestra actuación profesional. Transmitir a la sociedad, en su conjunto, que producimos carne sana desde el punto de vista sanitario y dietético es una tarea muy importante.

El control casi total de enfermedades como la triquinosis y otras parasitosis que tienen al cerdo como hospedador intermediario, nos debe centrar en nuevos retos sanitarios tales como programas de reducción de salmonella, control del MRSA (Staphyloccocus aureus resistente a meticilina) y Campylobacter.

Las nuevas tecnologías de la información, Internet entre ellas, facilitan el acceso a la población en general a numerosos informes en contra de la ganadería moderna, y es nuestro deber trasmitir a la sociedad, que nunca se ha producido la carne de cerdo con tantas garantías sanitarias, medioambientales, eficiencia de recursos naturales, ni con condiciones de bienestar animal como hoy. ¿O es que nadie se acuerda de cómo se engordaban los cerdos hasta hace pocos años: encerrados en pequeñas cochiqueras, que apenas se limpiaban, donde los animales permanecían a oscuras, en espacios cerrados, comiendo raciones muchas veces deficientes, sin ningún control sanitario?). Desde el sector y sus asociaciones debemos trabajar difundiendo una imagen positiva del sector.

No es fruto de la casualidad que España lidere la producción porcina mundial: el trabajo de las empresas ganaderas, granjeros, veterinarios, técnicos y del sector en su conjunto, lo están haciendo posible.

Pero no debemos morir de éxito, ni dedicarnos a mirarnos el ombligo. Sigamos trabajando, siendo autocríticos, para mejorar y dar una imagen más positiva del sector, solucionando los importantes retos actuales y preparándonos para solucionar los retos que nos deparará el futuro.