Los productores estadounidenses esperan impacientes los frutos de las negociaciones de los tratados de comercio

Dennis DiPietre
15-ago-2017 (hace 7 años 4 meses 7 días)

Es muy difícil ser pesimista en el mercado de cerdos de Estados Unidos a día de hoy, a pesar de que algunos indicios indican que los grandes beneficios del verano están a punto de tocar a su fin. Esto por supuesto se espera de todos modos ya que los precios caen al haber más cerdos y crecer más rápido por la bajada de las temperaturas. La gran noticia es que siguen aumentado las exportaciones y la demanda interna.

La mayor parte del aumento de la demanda interna se puede atribuir a la decisión de McDonalds de servir desayunos durante todo el día a partir de otoño de 2015 en lugar de hasta media mañana. Los desayunos de comida rápida constituyen el mayor uso de carne de cerdo en el sector de la restauración y suelen incluir panceta, salchichas y una loncha de lomo que comúnmente se llama “bacon canadiense”. Los mayores competidores de McDonals rápidamente siguieron el mismo camino.

La panceta, que representa aproximadamente el 16% del peso de la canal, solía ser el segundo corte primario más caro pero desde 2015 se ha convertido en el primero y representa un porcentaje de la canal mucho mayor que las costillas (4-5%), el corte líder en precio previamente. La creciente demanda de panceta en invierno de 2016 imposibilitó su almacenaje, típica práctica en los meses de invierno cuando la demanda es baja, lo que dio lugar a rumores de que habría escasez de panceta en la primavera de 2017. El suministro fue correcto pero los precios estuvieron por las nubes durante el periodo en que circularon los rumores.

Otra buena noticia es que se espera haber ampliado la capacidad de sacrificio para el momento de mayor oferta en noviembre y diciembre, sin embargo la bajada de los precios en el mercado de futuros (octubre hasta febrero de 2018) junto con algún problema con el maíz a día de hoy podrían recortar los beneficios algo más de lo esperado.

Muy recientemente el USDA ha reducido un poco la previsión de cosecha de maíz. Esta previsión podría ajustarse a la baja un poco más a finales de verano/inicios de otoño si la sequía que está afectando a Dakota del Sur (al norte del medio oeste) llega al oeste de Minesota y al oeste y sur de Iowa. Por ahora, en las grandes areas de producción, sólo Minesota califica más del 80% de su cultivo como bueno-excelente pero aún así la previsión de producción es inferior a la del año pasado. El resto del cinturón del maíz clasifica sólo el 50-65% del cultivo como bueno-excelente. A pesar de todo esto, se espera que la cosecha de maíz sea la tercera mayor de la historia. Tenemos que reconocer que los costes de las materias, tras un largo periodo de estabilidad a precios relativamente bajos, podrían aumentar el próximo año pero en un rango manejable.

Las exportaciones han sido la parte más brillante del futuro económico, tanto para la Unión Europea como para los Estados Unidos. Hay mucha incertidumbre sobre lo que ocurrirá con las exportaciones de cerdo estadounidenses ahora que el presidente Trump se ha retirado del TPP (Acuerdo Trans-Pacífico) y quiere renegociar el NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte). No hay mucha actividad visible en las negociaciones bilaterales entre Estados Unidos y cada uno de los países que componen el tratado del proceso que el presidente favorece.

Una cosa que ha empezado es una lucha para nuevos acuerdos entre otros países y la retirada de varias barreras arancelarias y comerciales para conseguir que estas negociaciones tengan lugar. El reciente acuerdo entre la Unión Europea y Japón, que afecta principalmente la carne de cerdo procesada, dará ventaja a los productores de la Unión Europa en caso de que se cierre. Los habotantes de los países negociadores acabarán mejorando su situación ya que los precios suelen bajar. De todas formas, las negociaciones tienen una fase importante de "postureo" antes de su finalización por lo que aún queda margen para nuevas propuestas y modificaciones distintas a las anunciadas inicialmente.

La mayoría de productores estadounidenses confían en que sus negociadores cerrarán acuerdos, sin embargo si no se empieza a materializar un progreso tangible en el comercio, se retraerá la inversión. Mientras que para la Unión Europea y otros exportadores importantes es una gran oportunidad para apropiarse de una parte de la cuota global, puede resultar difícil mantener dicha cuota ya que, a igualdad de condiciones, la producción de bajo coste/calidad alta tiende a desplazar a los competidores que pueden ofrecer calidad alta pero que no pueden ajustarse al coste a largo plazo.

Otra fuente de angustia entre los productores estadounidenses es la gran atención que está poniendo la administración Trump en el recorte presupuestario de agencias gubernamentales e incluso la eliminación de secciones enteras. Podemos asegurar que la falta de entusiasmo en relación a los planes de la industria porcina estadounidense para proteger futuros beneficios mediante el establecimiento de bancos de vacunas y otras estrategias para luchar contra enfermedades que supondrían la parade de de las exportaciones, ha decepcionado a algunos productores. Con todo, la mayoría de personas saben que las inversiones clave que requieren soporte político se suelen negociar entre bastidores y culminan tras algunos regateos, de manera que la especulación de la prensa es el último lugar para enterarse de lo que puede estar pasando. Se sabrá lo que realmente ha ocurrido cuando las negociaciones hayan finalizado. Hay que tener en mente que en Washington se puede ver el Capitolio simplemente con poner un pie fuera de la oficina del National Pork Producer’s Council, la asociación nacional de productores de porcino de los Estados Unidos, y se puede caminar hasta allí sin ni siquiera empezar a sudar. Algunos productores estadounidenses tienen un importante partido de golf por jugar (el president0e Trump es un gran golfista).