La estructura censal ideal ya no es un triángulo

M.A. de AndrésMaría Aparicio ArnayCarlos Piñeiro
07-jul-2017 (hace 7 años 5 meses 15 días)

La producción porcina actual, con una globalización cada vez mayor, y por tanto con una fuerte competencia, obliga a los productores a ser cada vez más eficientes o lo que es igual, a mejorar tanto como sea posible los parámetros productivos Uno de los puntos que ayudan a alcanzar altas eficiencias es tener la mejor estructura censal posible. Comúnmente se ha aceptado como la mejor una estructura censal en forma de triángulo, con un % de cerdas decreciente de forma constante. Con ligeras variaciones, dicha estructura censal sería la siguiente.

Figura 1. Estructura censal A

Efectivamente, esta estructura es muy buena, y ayuda a la productividad, pero ¿es realmente la mejor? En nuestra opinión, hay una estructura mejor. La explicamos a continuación (estructura censal B).

Figura 2. Estructura censal B

En primer lugar, dicha estructura también tiene un censo decreciente, por lo que se puede mantener a lo largo del tiempo.

Para explicar las diferencias entre ambas, a continuación se muestran superpuestas y se analizan, en primer lugar, las diferencias en las cerdas jóvenes.

Figura 3. Diferencias en la proporción de cerdas jóvenes entre las estructuras censales A y B.

Las diferencias son:

Este es el primer punto clave de esta estructura: lograr la menor eliminación posible de cerdas jóvenes. Y, tal como se comentó en el anterior artículo de esta sección (Cómo renovar menos y tener mejor estructura del censo), esto se debe lograr no manteniendo a las cerdas jóvenes “a toda costa”, sino evitando lo máximo posible los fallos reproductivos y problemas que dan lugar a eliminación temprana.

Si atendemos a la segunda mitad de la estructura censal, la comparativa es la siguiente:

Figura 4. Diferencias en la proporción de cerdas viejas entre las estructuras censales A y B.

La estructura B tiene incluso más cerdas viejas que la A, luego ¿por qué sería mejor?

En una política de desvieje tradicional se pone un parto límite, en el cual se eliminan las cerdas tras el destete, sin apenas eliminar cerdas antes de ese parto, y dejando muy pocas más allá de ese parto. Pero ¿qué pasaría si modificamos esta política atendiendo al rendimiento de las cerdas?

Esto se entiende mejor con un ejemplo. Si nos dan a elegir qué cerda eliminaríamos tras el destete, entre una de 7º parto y una de 4º parto, normalmente elegiríamos la de 7º parto. Pero si analizamos la productividad de ambas, y encontramos resultados como los que mostramos a continuación:

Cerda Genética Parto Media NT Media de NV Media dest. Media int. entre partos Media NV/año Media destetados/año
E805 CAM 7 14,57 13,43 12,71 150,7 33,66 31,02
B191 L1020 4 9,25 8,50 7,50 164,7 20,39 17,45

Entonces deberíamos cambiar la pregunta para seleccionar el desvieje. Sería más correcto preguntar:

¿Qué cerda tiene más probabilidades de darme un mayor rendimiento el siguiente ciclo? En el ejemplo, parece claro que la cerda de más edad tiene más opciones de funcionar mejor, a pesar de acumular un número alto de partos.

Por tanto, para lograr esa segunda parte del censo, lo que se hace es una selección alrededor del 4ª ciclo, (cuando ya hay un historial previo suficiente como para poder decidir en base al rendimiento), eliminando las peores cerdas (de ahí la reducción de censo entre los ciclos 4 y 5).

A cambio, y para no reducir la edad media al desvieje, las mejores cerdas se “exprimen” más, es decir, se mantienen más tiempo en granja.

En granjas donde este manejo se hace de forma adecuada, el grupo de cerdas viejas logran tener rendimientos iguales o incluso superiores a la media de la granja.

Resumiendo, lo que se hace es una selección en base al rendimiento de la cerda, eliminando antes las cerdas hipo-productivas y manteniendo durante más tiempo las hiper-productivas.

Esta estructura tiene ventajas sobre la tradicional en triángulo (menor reposición, más cerdas en los ciclos productivos, mejores cerdas viejas) que ayudarán a mejorar la eficiencia reproductiva.

Éste es un ejemplo de que no tenemos que dar nada por supuesto, ya que siempre se pueden encontrar nuevas vías de mejora en prácticamente todos los aspectos de la producción que nos ayuden a mejorar la eficiencia, y por tanto la capacidad de competir de nuestras explotaciones.