Manejo nutricional en la transición

Megan Edwards
09-sep-2016 (hace 8 años 2 meses 13 días)

La complejidad de los programas de nutrición en la transición depende de varios factores, incluyendo; la edad al destete, el peso al destete y su variación, la estructura censal de las cerdas, la calidad de las instalaciones de transición, la calidad y disponibilidad de la mano de obra y el estatus sanitario de la granja.

Para los que desteten a una edad temprana (p.e. 21 días o 6,5 kg) es ideal adoptar un programa nutricional de cuatro fases en la transición. Los que destetan a una edad superior (p.e. 28 días o 8,0 kg) un programa en tres fases suele ser adecuado para conseguir el objetivo de terminar la transición con 30 kg a los 70 días de vida. El programa de transición debería basarse más en el peso que en la edad. Cambiar la dieta según el peso, en lugar de hacerlo según la edad, permitirá un mejor ajuste a las curvas de crecimiento. En un lote comercial, manejar al 25 % de lechones más pequeños por peso permitirá contener mejor la variabilidad que si se manejan por edad.

La madurez digestiva e inmunológica del lechón se alcanza entre las 7 y las 10 semanas de vida. Estas limitaciones deben tenerse en cuenta al diseñar las dietas de transición. La responsabilidad del nutrólogo no sólo es satisfacer las necesidades nutricionales del lechón para un crecimiento magro eficiente sino también ayudar al desarrollo eficiente de los sistemas digestivo e inmune del lechón.

Manejo nutricional en la transición

La madurez digestiva esté muy influenciada por el tipo de alimento, por lo que las estrategias nutricionales para promover el consumo de pienso (pre- y postdestete) también promoverán el desarrollo digestivo. El desarrollo inmunitario también puede mejorarse mediante la nutrición. Se sabe que el sistema inmunológico y la microflora intestinal evolucionan conjuntamente en el cerdo. Una alteración en cualquiera de los dos alterará el desarrollo de ambos.

Consejos nutricionales:

Para promover el consumo de pienso Para promover el desarrollo inmune
  • Utilizar materias primas de alta calidad con ratios de inclusión modestos.
     
  • Utilizar materias primas con un perfil de flavor umami (p.e. productos de pescado, proteína animal, productos de levaduras, fuentes de glutamato/glutamina).
     
  • Proporcionar el pienso en forma de pellets pequeños o migajas.
     
  • Asegurarse que el pienso es fresco y proporcionarlo ad libitum.
     
  • Asegurarse de que los lechones tienen acceso a agua de bebida de buena calidad y considerar su acidificación para promover el consumo de pienso.
     
  • Utilizar enzimas apropiadas para contrarrestar las limitaciones digestivas del lechón.
     
  • Considerar el uso de dietas bajas en proteína durante la transición como estrategia preventiva frente a las alteraciones intestinales, aunque sin olvidar que hay que formular pensando en los 10 aminoácidos esenciales.
     
  • Tener en cuenta que algunos aminoácidos pueden considerarse esenciales en ciertas situaciones, como la glutamina/glutamato.
     
  • Asegurarse de tener en cuenta el equilibrio entre aminoácidos ramificados. Un exceso de leucina respecto a la isoleucina o una deficiencia de valina pueden reducir el consumo de pienso.
  • La premezcla debe incluir niveles adecuados de antioxidantes (Vit E, Vit C y selenio orgánico).
     
  • La premezcla debe incorporar nucleótidos que ayuden al desarrollo inmunológico hasta las 7 semanas de vida.
     
  • También debe contener materias primas que mejoren la respuesta vacunal en los lechones (p.e. productos de plasma desecado, derivados del calostro, proteínas de huevos hiperinmunizados, fracción manano, etc).
     
  • El uso de probióticos y/o prebióticos promoverán una microflora intestinal favorable y/o limitarán el riesgo de fermentación de proteínas.
     
  • Deben utilizarse materias primas que mantengan la integridad intestinal y minimizen la inflamación, intestino permeable, etc (p.e. proteínas plasmáticas, oxido de zinc potenciado).
     
  • Hay que tener en cuenta la secuencia y frecuencia de sucesos estresantes en la transición (p.e. destete, vacunaciones, cambios de pienso, mezclas, movimientos).
     
  • Hay que asegurarse que los aminoácidos involucrados en potenciar una respuesta inmune como la metionina, la cisteina, el triptófano y la treonina no son marginales. Hay que considerar un margen de seguridad de hasta el 20%.
     
  • Debe utilizarse un nivel bajo de fibra fermentable (insoluble) para proporcionar seguridad frente a una disbiosis microbiana y promover la salud del intestino grueso (p.e. inulina, pulpa de remolacha, lignocelulosa de segunda generación).

También es importante tener en cuenta los requerimientos nutricionales del tracto gastrointestinal. Durante la fase de transición, el mantenimiento y el crecimiento del tracto digestivo son claves para conseguir los objetivos de crecimiento, manteniendo la salud intestinal y consiguiendo una eficiencia de conversión óptima. Algunos nutrientes, como la treonina, metionina, cisteina, triptófano, glutamina, glutamato, o la vitamina E, han demostrado mejorar el rendimiento y la eficiencia de los cerdos si se utilizan a niveles superiores a los recomendados para el crecimiento magro, especialmente al principio del periodo post-destete o en situaciones de compromiso (p.e. de salud o de higiene). La glutamina/glutamato deben verse como nutrientes conditionalmente esenciales en el periodo post-destete. Utilizando aditivos como la L-glutamina o el glutamato, glutamato monosódico o productos comerciales, pueden compensarse las deficiencias dietéticas en glutamina/glutamato.

La regulación de la dieta de transición debe asegurarse de que la capacidad tampón y el balance de electrolitos (Na+K-Cl) sean óptimos ya que ambos factores afectan la capacidad del cerdo para utilizar la proteína de un modo eficiente. La capacidad tampón elegida dependerá del sistema que escojamos (ABC 3 ó ABC 4). Sin embargo, se puede conseguir una capacidad tamponadora baja evitando el uso de productos como carbonato cálcico, fosfato dicálcico, óxido de zinc (a 3000 ppm) y seleccionando el/los acidificante/s apropiado/s según el peso de los cerdos. El balance electrolítico puede ajustarse fácilmente utilizando distintas sales (p.e. cloruro sódico, bicarbonato sódico).

El éxito en la transición depende de un gran abanico de factores del que la nutrición sólo es un parte. Sin embargo, es esencial entender el papel que puede jugar la nutrición en la salud intestinal y en el rendimiento del animal al tiempo que se están dejando atrás los promotores de crecimiento y las dosis terapeuticas de óxido de zinc y sulfato de cobre.