Estrategias nutricionales de pre-lactación para optimizar el rendimiento de la cerda y su camada

Megan Edwards
22-mar-2016 (hace 8 años 8 meses 2 días)

El final de la gestación es una etapa crítica en el ciclo reproductivo de la cerda. La continua mejora genética y nuestro mejor conocimiento de los cambiantes requerimientos nutricionales a finales de gestación indican que el típico incremento de pienso durante las 2-3 últimas semanas de gestación ("bump feeding") no es la mejor práctica. Los avances genéticos han supuesto beneficios (aumento del tamaño de camada) a la vez que desafíos como la mayor variación en el tamaño de camada y el menor peso al nacimiento. Proporcionar la nutrición adecuada a finales de gestación puede generar beneficios substanciales tanto para la cerda como para la camada, así como para la rentabilidad general de la empresa. Este artículo examinará algunos de los aspectos nutricionales del final de la gestación para optimizar el rendimiento de la cerda y de su progenie.

 

Porqué no vale la pena realizar "bump feeding"

Por "bump feeding" se entiende el típico incremento (p.e.: 20-30%) en la cantidad de pienso suministrado durante las últimas 3-4 semanas de gestación. Esta práctica satisfará las mayores necesidades energéticas de la cerda y de su camada pero no las proteicas ni los cambios de requerimientos para aminoácidos específicos. Aumentar la cantidad suministrada hasta alcanzar los requerimientos de proteína tampoco se recomienda porque, si las cerdas se pasan de peso, su producción de leche durante la lactación será muy pobre. Los productores que quieran sacar el máximo provecho de su genética moderna pueden elegir el uso de un pienso específico, o de un complemento (top-dressing), de pre-lactación a finales de la gestación.

 

Requerimiento de aminoácidos a finales de gestación

Los resultados de varios estudios están demostrando que el patrón ideal de aminoácidos respecto a la lisina cambia a finales de gestación. Por desgracia el perfil completo todavía no está disponible. Una revisión de la literatura disponible muestra que los requerimientos de lisina aumentan alrededor de un 55 % desde mediados hasta el final de la gestación y también destaca que las dietas de gestación de baja densidad pueden ser utilizadas eficazmente a mediados de la gestación cuando los requerimientos de lisina son bajos (media de 10,66 g/día lisina SID, oscilando entre 6,9 y 16,3 g/día de lisina SID), con mayores requerimientos en cerdas con pocos partos que todavía están en crecimiento. Las deficiencias en lisina a finales de la gestación pueden influir de forma negativa la insulina y la prolactina y, en consecuencia, perturbar una transición fluida hacia la lactogénesis (Zhang et al., 2011). Los estudios también demuestran que hay un aumento desproporcionado en los requerimientos de otros aminoácidos incluyendo la treonina, isoleucina y el triptófano (fig 1.)

Percentage increase in SID amino acids from mid to late gestation based on a review of the current literature

Figura 1. Porcentaje de aumento de aminoácidos SID desde mediados hasta final de la gestación en base a una revisión de la litereatura actual.

La glutamina es otro aminoácido que raramente se menciona en la nutrición de la cerda pero se sabe que es importante a finales de la gestación para mejorar el retraso del crecimiento fetal y para prevenir la mortalidad predestete (Wu et al 2015). De hecho se estima que los requisitos de glutamina son mayores a finales de gestación que durante la lactación (Wu 2014). La glutamina también es conocida por ser un aminoácido importante para la producción de leche. Se ha demostrado que los lechones que sufren restricción del crecimiento intrauterino tienen concentraciones plasmáticas bajas, tanto de glutamina como de arginina, a finales de la gestación respecto a lechones de peso normal (Lin et al, 2012). No hay una recomendación establecida para la glutamina en dietas de finales de gestación ni de lactación, sin embargo, hay varios estudios que muestran respuestas positivas a una suplementación dietética de L-glutamina y/o glutamato monosódico. Mi experiencia personal en granjas comerciales también indica mejoras en el número de nacidos vivos y pesos al destete al formular dietas con un nivel total de glutamina de 3,75 - 4,0 %.

La arginina es un conocido vasodilatador y en consecuencia puede mejorar el suministro de nutrientes y oxígeno desde la cerda a los fetos. Además, se ha postulado que la arginina está involucrada en la expresión de genes en la vena umbilical regulando la angiogénesis, el desarrollo vascular y la función tanto de la placenta como de la vena umbilical (Lui et al 2012). La suplementación con arginina (1 %), aunque cara, ha demostrado mejorar el peso al nacimiento, el uso de nutrientes, la supervivencia fetal, la inmunidad (IgM e IgG circulantes) y la respuesta vacunal de las cerdas (Che et al., 2013). Los niveles basales de arginina varían según la composición de la dieta. Mi experiencia personal con la suplementación con L-arginina en dietas comerciales todavía no ha demostrado resultados económicos. Esto puede ser debido a los niveles relativamente elevados de arginina en las materias primas utilizadas en las formulaciones australianas (legumbres, proteínas animales y semillas oleaginosas) o con el bajo rendimiento reproductivo de las cerdas australianas, debido a una genética cerrada.

 

Manipulación del perfil de ácidos grasos

También hay evidencias razonables que demuestran que la manipulación del perfil de ácidos grasos en las dietas de finales de la gestación pueden mejorar la calidad del calostro y la vitalidad de los lechones recién nacidos. Sin embargo, las investigaciones todavía no están completas y no siempre son fáciles de interpretar. El ácido linoleico conjugado y el aceite de pescado (rico en ácidos grasos omega 3) han sido utilizados con éxito en dietas de finales de gestación y de lactación a un ratio de 0,5 % (Bontempo et al., 2004, Tanghe et al., 2015). La investigación también sugiere que los nutrólogos deben formular con un ratio omega 6:omega 3 (<5) así como tener en cuenta el nivel absoluto de omega 3 en la dieta y la eficiencia de conversión de C18:3(n-3) a n-3 de cadena larga.

 

Requisitos minerales y de vitaminas

Más del 50 % de la retención total de minerales (macro y micro) ocurre durante las últimas dos semanas de gestación (Mahan, 2006). Las cerdas muy productivas tienen mayores requisitos de minerales que las menos productivas y los periodos críticos para los minerales son el final de la gestación y la lactación. Se sabe que la reducción de reservas de minerales sucede a lo largo de 3 partos (Mahan & Peters, 1994) por lo que, para no comprometer longevidad de la cerda, es recomendable el uso estratégico de minerales de alta calidad y alta biodisponibilidad (orgánicos) a finales de gestación y durante la lactación. A finales de gestación también se recomiendan los minerales y vitaminas que proporcionan la protección antioxidante requerida (selenio orgánico, vit E, vit C) para la cerda y su progenie. Puede evaluarse la necesidad de una premezcla específica de vitaminas y minerales para antes del parto.

 

Una transición suave hacia el parto

Otra ventaja de tener una dieta específica, o un suplemento (top-dressing), de pre-lactación es que permite el uso económico de ingredientes funcionales para optimizar la transición hacia el parto. Se recomienda la consideración cuidadosa del nivel y fuentes de fibra para encontrar un balance positivo entre la velocidad del tránsito de la digesta (evitando el restreñimiento) y el aprovechamiento de la energía de liberación lenta derivada de la fermentación en el intestino grueso (en cerdas adultas con restricción de pienso) para mejorar el peso al nacimiento. También se recomienda el uso de probióticos, ácidos orgánicos y fitogénicos en este breve periodo para mejorar la salud intestinal de la cerda y, en consecuencia, en su progenie.

 

Encontrar el equilibrio económico

Las recomendaciones citadas pueden parecer costosas, sin embargo, con una revisión cuidadosa tanto de la dieta de principio de gestación como de pre-lactación, es posible mantener el coste por cerda y gestación casi al mismo nivel. Al tener una dieta específica de pre-lactación, es posible redefinir la dieta de principios de gestación para que se adapte mejor a las necesidades de la cerda y a las mínimas necesidades de su camada en desarrollo. El dinero ahorrado durante las 13 primeras semanas de gestación puede reinvertirse en la dieta de pre-lactación para adaptarla mejor a las necesidades de la cerda durante la gestación y para producir una camada de mejor calidad y más consistente.

 

Conclusión

La evolución de la genética en la cerda moderna requiere que los nutrólogos adapten las dietas y programas de alimentación. Los condicionantes que afectan al potencial genético de las cerdas en las granjas comerciales (ambiente, alojamiento, clima, mano de obra) también deben tomarse en cuenta al personalizar la nutrición. Sigue habiendo deficiencias importantes en la investigación acerca de las cerdas hiperprolíficas que deberán solucionarse rápidamente si la nutrición pretende ir a la par con los avances genéticos. Sin embargo, hay buenas razones para aplicar los resultados que ya tenemos para adaptarnos mejor a las genéticas actuales. Los nutrólogos deben considerar no sólo el papel de la nutrición sobre el metabolismo sino también sobre la regulación hormonal y la reproducción. Hay que tener en cuenta que los nutrientes condicionalmente esenciales como la glutamina y la vitamina C también son importantes en los momentos críticos.