Transmisión, control y prevención del PRRS

30-ene-2015 (hace 9 años 10 meses 22 días)

Artículo

Porcine reproductive and respiratory syndrome virus. Jenny G. Cho, Scott A. Dee. 2006; Theriogenology 66 (2006) 655–662. doi:10.1016/j.theriogenology.2006.04.024

 

Resumen del artículo

¿Qué se estudia?

Este artículo explica cómo el virus PRRS puede transmitirse entre- e intraexplotaciones y propone estrategias de intervención para prevenir su diseminación.

 

¿Cuáles son los resultados?

Como virus con envoltura, la capacidad de PRRSv para sobrevivir fuera del hospedador está influenciada por la temperatura, el pH y la exposición a los detergentes. Puede sobrevivir en agua durante más de 11 días y en el purín más de 7 días.

Las rutas directas de la transmisión de PRRSv entre poblaciones de cerdos incluyen cerdos infectados y semen contaminado. En el semen de cerdos infectados experimentalmente, el virus se detecta hasta 43 días tras la infección y el RNA vírico hasta los 92 días. Los lechones infectados que entran en la transición continúan propagándolo al infectar a cerdos de más edad.

Las vías de transmisión indirecta de PRRSv entre cerdos incluyen contaminación de ropa y agujas. La implantación de protocolos adecuados (duchas, cambio de ropa y botas, tiempo de descanso, manejo de agujas y uso de doble envoltorio en los productos) han reducido la diseminación del virus.

Los vehículos de transporte son otro factor de riesgo; para reducirlo de un modo más efectivo puede combinarse la desinfección y el secado, pero no se han observado diferencias entre desinfectantes.

Se ha descrito el transporte de PRRSv por insectos en zonas agrícolas hasta 2,4 km tras el contacto con una población infectada. La transmisión vía aerosol puede depender de la virulencia de la cepa, por lo que puede ser interesante la filtración del aire como método de bioseguridad. También se ha propuesto el papel de animales como pájaros y mamíferos pero ninguno fue capaz de actuar como vector mecánico.

Es importante asegurar la aclimatación de las cerdas de reposición antes de su introducción en la granja. Esto implica la exposición de los animales negativos a cepas de PRRSv específicas de la granja antes de su entrada en una granja positiva para reducir las subpoblaciones seronegativas. Los métodos para dicha exposición incluyen vacunación, inoculación sérica, contacto con animales infectados con signos clínicos y retroalimentación con suero o tejidos de animales infectados de la explotación.

 

¿Qué conclusiones se extraen de este trabajo?

Para controlar PRRSv, deben identificarse algunos puntos críticos y actuar sobre ellos. Estos factores incluyen la coexistencia de cepas genéticamente diversas, la presencia de subpoblaciones no expuestas en los animales de cría y un manejo inadecuado de las cerdas de reposición.

Hay varios métodos de erradicación que han demostrado su eficacia en la eliminación de PRRSv de granjas positivas, incluyendo la despoblación/repoblación de la granja, “control de positivos y eliminación” o “cierre temporal de la explotación”.

 

Enric MarcoLa visión desde el campo por Enric Marco

Puesto que la infección por virus PRRS la podemos considerar común en zonas de alta densidad porcina (como se vio en algún artículo anterior) es muy frecuente pensar que en esos casos la bioseguridad ya poco puede hacer. Sin embargo, y dada la gran diversidad genética que posee este virus, nos podemos encontrar con explotaciones que hayan sufrido más de una infección por virus PRRS distintos a lo largo del tiempo. Es por esta razón que, independientemente del estado sanitario, será preciso implantar una correcta bioseguridad.

La revisión bibliográfica que realiza el artículo acerca de los conocimientos que tenemos hoy sobre la transmisión del virus, nos permitirá establecer las características principales que deberá tener esta bioseguridad para que sea efectiva frente al virus PRRS. El primer paso en la implantación de protocolos de control sanitario será la correcta definición de la zona considerada granja (zona limpia) contemplando entradas y salidas específicas para personas, materiales y animales. Es en cada una de estas entradas y salidas donde deberán aplicarse medidas adicionales que permitan reducir el riesgo de infección.

Bioseguridad externa

  • Entrada de personas: La granja deberá disponer de un vestuario con clara definición de zona limpia y sucia. Para pasar a la zona limpia las visitas deberán cambiar de ropa y calzado, y lavarse las manos o usar guantes (en aquellos casos en que la ducha no sea obligatoria).
  • Materiales: el uso de dobles embalajes, que permitan introducir sólo el embalaje interior pueden ser suficiente para reducir la posibilidad de que éstos puedan actuar de vectores del virus.
  • Entradas de material genético: (bien sean animales o dosis de semen). El mejor modo de asegurar que no introducen una nueva cepa de virus PRRS será introduciendo siempre ganado o dosis procedentes de orígenes negativos. En el caso de entrar primerizas, deberíamos someterlas a un período de adaptación de al menos 90 días en una zonas aislada del resto de ganado de la granja. Durante este tiempo deberían exponerse al virus vía vacuna o infección natural, dando tiempo suficiente para que dejen de eliminarlo y así evitar que comprometan la estabilidad de la granja cuando se introduzcan.
  • Vehículos de transporte de ganado: Lo ideal sería poder controlar su limpieza y desinfección ya que, según el artículo, asegurar un perfecto secado entre cargas es el mejor método de evitar que se conviertan en potenciales contaminantes. Cuando esto no es posible (como ocurre frecuentemente) lo más seguro es considerarlos como sucios y por lo tanto disponer de un buen muelle de carga que proteja la explotación.
  • Sabemos que el virus PRRS puede transmitirse también vehiculado por insectos, pájaros o simplemente transportado por el aire. La aplicación de filtros en las granjas parecía una técnica prometedora pero, según comenta el artículo, éstos funcionan bien cuando son de alta calidad (HEPA). Sin embargo y a pesar de no disponer de un sistema de filtraje hay que, por lo menos, evitar el contacto con pájaros mediante telas anti-pájaros y realizar desinsectaciones rutinariamente.

 

Bioseguridad interna

A parte de la bioseguridad externa (aquella que nos protege en este caso de la entrada del virus o de nuevas cepas), en explotaciones positivas no pueden olvidarse las medidas de bioseguridad interna. La bioseguridad interna debería contener el movimiento de virus en el interior de la explotación, evitando la transmisión entre distintos lotes y para ello la higiene en el uso de las agujas y otro material (material específico por lote) será uno de los puntos clave.

 

Eliminación del virus

El Síndrome Respiratorio y Reproductivo Porcino (PRRS) es una de las enfermedades de mayor impacto en la producción porcina moderna, y es por esta razón que se han desarrollado distintos sistemas que se han mostrado efectivos en la eliminación de la enfermedad: “control de positivos y eliminación”, o “cierre temporal de la explotación”, pero no puede obviarse que dada la facilidad del virus para transmitirse en zonas de alta densidad, en estas zonas, estos planes deberían contemplarse siempre colectivamente y no ser demasiado ambiciosos.