Recomendaciones para la prevención y el control de la PPA en países en riesgo II

Daniel Beltrán-Alcrudo
27-jun-2014 (hace 10 años 4 meses 25 días)

En la primera parte de este artículo se expusieron una serie de medidas, en orden cronológico, cuando la PPA no está presente en un país y debe hacerse prevención. En esta segunda parte se describen las acciones a tomar cuando la enfermedad ya se encuentra en un país.

Zonificación y compartimentación: Cuando la enfermedad ya está presente, pero sólo en una parte del país, la zonificación se convierte en una estrategia importante hacia la eliminación progresiva o erradicación. Para aplicar la zonificación, es básico que las autoridades sean capaces de separar zonas infectadas y libres y hagan cumplir unos controles estrictos en el movimiento de cerdos y sus productos entre zonas. La compartimentación es un concepto similar, donde las "zonas" se basan en la creación de subpoblaciones con un sistema de bioseguridad común, por ejemplo, separar el sector comercial, con una bioseguridad elevada, de la producción de traspatio, con poca bioseguridad.

Cerdo en extensivo atado a un árbol para evitar daños a cultivos cercanos en Homa Bay, Kenia

Cerdo en extensivo atado a un árbol para evitar daños a cultivos cercanos en Homa Bay, Kenia

Control de movimientos: Tras un brote o un caso sospechoso, deben imponerse medidas estrictas tan pronto como sea posible, lo que implica que no haya movimiento de cerdos, carne de cerdo ni de materiales potencialmente contaminados desde la explotación infectada. Si se trata de cerdos en extensivo, deben encerrarse. Nadie debe salir de la explotación sin cambiarse (o desinfectarse) la ropa y el calzado. Para prevenir la diseminación de la enfermedad deben establecerse áreas con restricción de movimientos.

Sacrificio sanitario (y sacrificio sanitario parcial) y eliminación: El sacrificio sanitario consiste en eliminar a los animales infectados, normalmente también a los que han estado en contacto con ellos e, incluso, a los de granjas vecinas. El sacrificio de los animales debe ser llevado a cabo (si es posible en la propia explotación) de un modo humanitario, es decir, respetando el bienestar animal. Cuando se ha finalizado el sacrificio de los animales, los cadáveres deben ser eliminados de forma segura en la misma granja, quemándolos o enterrándolos para evitar que se utilicen para consumo o que los cerdos asilvestrados y los jabalíes puedan acceder a ellos. La eliminación de un gran número de cadáveres en poco tiempo puede representar un reto logístico, pero también un problema ambiental. Tras la destrucción de los cadáveres deben limpiarse completamente las instalaciones, vehículos y equipos. El mayor desafío en un sacrificio sanitario es que los propietarios de los cerdos no querrán sacrificar a sus animales sin una compensación adecuada y oportuna. Esto puede favorecer la diseminación mediante el movimiento ilegal de animales y productos infectados. De este modo, no debe aplicarse el sacrificio sanitario sin un programa de indemnizaciones.

Indemnización: La indemnización es clave para animar a los granjeros a informar de los brotes cuanto antes. Como hemos dicho antes, la falta de una compensación adecuada y oportuna por los animales sacrificados puede llevar a 1) brotes no comunicados; 2) sacrificio de emergencia por parte del granjero para su propio consumo o venta; 3) ocultación de animales o de sus movimientos a otras explotaciones, o 4) eliminación inadecuada de los cadáveres en áreas accesibles para otros cerdos domésticos, asilvestrados o jabalíes.

Repoblación: Tras la limpieza y desinfección, las granjas despobladas no deben volver a llenarse hasta que, por lo menos, hayan pasado 40 días. Si se introducen cerdos centinela, lo que es muy recomendable, deben monitorizarse (clínica y serológicamente) al menos durante seis semanas para detectar posibles reinfecciones.

Control de garrapatas: La eliminación de garrapatas del género Ornithodorus de las granjas porcinas puede ser un desafío, especialmente cuando se trata de edificios viejos, debido a la longevidad de las garrapatas, su resistencia y su capacidad para esconderse en grietas donde no llegan los acaricidas. Los edificios infestados no deben ser utilizados para alojar cerdos. Por el contrario, deberían cerrarse para evitar que los cerdos puedan entrar, o incluso destruirlos y reconstruirlos en otro sitio. Los insectos hematófagos pueden propagar el virus de la PPA de un modo mecánico dentro de la granja, por lo que son recomendables los programas de control de insectos en las granjas infectadas.

Control de fauna: Si la PPA se estabiliza en la población de jabalíes (o de cerdos asilvestrados), el control efectivo será mucho más difícil. Por lo tanto, la estrategia será minimizar el contacto entre jabalíes y cerdos domésticos mediante el cercado de las granjas, limitar el número de cerdos en extensivo o asilvestrados y eliminar inmediatamente los restos de comida y los desechos de mataderos. Hay controversia sobre la mejor manera de actuar cuando la enfermedad se vuelve endémica en jabalíes. La presión mediante la caza puede ser contraproducente, ya que puede empujar a los jabalíes a trasladarse a otras zonas. La suplementación con alimento mantendrá a los jabalíes en una zona conocida y bien definida, limitando la dispersión, pero también aumentará el contacto entre animales, favoreciendo la transmisión. Los cazadores y los clubes de caza pueden ser colaboradores importantes de los servicios veterinarios en la vigilancia y control de la PPA en jabalíes.