Agua, sol y guerra en Sebastopol

Jordi Beascoechea i Pina

6 de marzo de 2014

17-mar-2014 (hace 10 años 8 meses 8 días)

Hoy podría hablar del último informe popularmente conocido como WASDE (el informe que publica cada mes el departamento de agricultura de Estados Unidos) que en resumen vino a decir que según sus estimaciones de oferta y demanda las cosas van según lo previsto. Dicho de otro modo la relación stock final de campaña – producción queda de la siguiente manera: 16,27% para el maíz, 25,38% para la soja y 25,79% en el caso del trigo. En definitiva no hay escasez, ni la habrá, otro cantar es que el mercado reflejase estas cifras.

Podría también comentar que la comunidad europea, contando todas las exportaciones e incluido los permisos ya concedidos en este mes de marzo, habrá alcanzado el 75% de las previsiones de exportación de trigo para toda la campaña… o sea, nada nuevo bajo el sol, ya que sólo quedan 3 o 4 meses para iniciar la nueva campaña.

Entonces… ¿de qué puedo hablar? Pues vamos a centrarnos en cosas que afectan al mercado. Por ejemplo el “follón” que se está formando en Ucrania. Nos afecta por varios motivos: por un lado fomenta la retención de mercancía por parte de todo el mundo (ante la incertidumbre siempre mejor materias primas que dinero en el banco), segundo por el miedo a un posible bloqueo en el Mar Negro que provocaría una compra de trigo, maíz y demás en otros orígenes para cubrir las posiciones compradas en Ucrania y Rusia, con el consecuente aumento de precio de las materias. Tercero, como la oferta se ha reducido drásticamente, los precios han subido y, como existen diferenciales bastante grandes entre los precios comprados y el precio actual, aumenta el miedo a posibles incumplimientos. El cuarto punto a tener en cuenta sería la subida del petróleo derivada de un aumento de las tensiones en Ucrania, con su consecuente aumento del flete. Como resultado de tanta incertidumbre (también podemos sumar aquí todos los problemas de Venezuela) las divisas se están volviendo locas…lo que añade más volatilidad al mercado. En definitiva tal como dicta el dicho castellano del siglo XIX “Agua, sol y guerra en Sebastopol” es todo lo necesario para elevar los precios de los cereales.

En definitiva… ¿Dónde estamos? Pues realmente en un compás de espera pero tenso, sin precios definidos y con grandes variaciones en los mismos dependiendo del último rumor o la última noticia, o de cómo están las divisas en ese preciso momento. Por parte del fabricante, hoy por hoy, hay una cierta calma y tranquilidad, gracias a coberturas más o menos hechas por lo menos hasta mayo y coberturas significativas hasta enero, por lo menos de maíz. Si añadimos que el mercado nacional por el momento no ha reaccionado, el comprador se siente cómodo. Vamos que si no fuera por la soja y derivados sería una situación ideal. Otra cosa es que el mercado desde hace una semana cada día que pasa sube precios y los únicos compradores que hay parece que sean sólo los importadores. Lógicamente, si la situación no se calma, parece que la subida de precios en puerto y en los mercados de futuros se trasladará al mercado nacional.

Hemos de tener presente que a día de hoy, y a pesar de las subidas, la mayoría de productos que se cotizan en puerto están alrededor de 10 €/Tm por debajo del precio de reposición.

Centrémonos en la soja. Al normal despiporre esta semana hemos añadido la falta de físico también en Barcelona lo que ha encarecido el precio hasta 467 €/Tm. Según parece esta situación de desabastecimiento en Barcelona se arreglará la semana que viene, también mejorará la situación con la llegada de harina de importación a Tarragona…a ver si se consigue calmar el mercado.

En resumen, insito en el hecho que la única defensa posible ante tanto despiste y tanto desmadre es cubrir parcialmente las posiciones a futuro de cualquier materia prima cada vez que se ofrezca a precios razonables. Dicho de otro modo, el comprador al entrar en los mercados inmediato tiene que poder decir que no..

El mes que viene más y esperemos que mejor.