La importancia del encalostramiento

Joan Wennberg i Rutllant
29-dic-2011 (hace 12 años 11 meses 23 días)

En porcino no hay otra fase en la que se produzcan porcentualmente tantas pérdidas como en maternidad, y en concreto en los primeros días de vida. En esta fase el factor determinante para su supervivencia es la rápida obtención de calostro.

Tabla 1. Influencia de la ingesta de calostro en la supervivencia e inmunidad del lechón

Ingesta de calostro Mortalidad pre destete
< 200 gramos 43,4%
>200 gramos 7,1%

N. Devillers-, J. Le Dividich y A. Prunier

La toma de calostro es indispensable para:

Cubrir las necesidades energéticas: las reservas de glucógeno con las que nace el lechón son muy escasas, por tanto necesita de la energía del calostro para mantener su temperatura corporal así como para su metabolismo.

Adquirir inmunidad pasiva: la placenta epiteliocorial de la especie porcina impide la transferencia placentaria de anticuerpos. Por esto el lechón es, en las primeras semanas de vida, totalmente dependiente de la inmunidad específica e inespecífica que recibe con el calostro.

Un lechón necesita ingerir de 200 a 400 gramos de calostro, pero no siempre lo tienen fácil para conseguirlo: aparte de la rápida pérdida de temperatura corporal que sufre tras el parto y a la competencia por conseguir un buen pezón, hay que tener en cuenta las características de la producción de calostro por parte de la cerda y de la absorción por parte de los lechones:

- El calostro solo es producido por la cerda durante 24-48 horas, y la concentración de IgG se reduce rápidamente tras el parto.

- El intestino del lechón va reduciendo su capacidad de absorción de las inmunoglobulinas rápidamente. A partir de las 12 horas tras el parto ya solo se absorben un 25% de los anticuerpos.

Por ello, asegurar una buena ingestión de calostro es una pieza fundamental para garantizar una buena producción en las granjas. Me gusta definir el encalostramiento como una mesa de tres patas, solo con que nos falle una de ellas la mesa no se mantendrá en pie. Las tres patas imprescindibles que debemos considerar son:

No es el objetivo de este artículo extenderse en las dos primeras “patas”, pero no debemos olvidar que debemos proporcionar a los lechones las condiciones para que la mayoría de ellos obtengan suficiente calostro solos, y poner el esfuerzo adicional en facilitar las cosas a los más pequeños o débiles o en el caso de camadas muy numerosas. Por ello no resultaría coherente hacer grandes esfuerzos en encalostramiento y no haberse preocupado por ejemplo de secar los lechones tras el parto, proporcionarles temperatura adecuada, o tener cerdas con una condición corporal inadecuada al parto que les impida una buena producción de calostro.

Los protocolos específicos pasan por facilitar o, directamente, suministrar calostro a los lechones más débiles que son los que más dificultad van a tener para obtenerlo sin ayuda. En granja podemos realizar distintas técnicas:

El Split nursing o encalostramiento separado

Encerramos a los lechones más grandes de la camada durante 1,5 horas en un cajón para permitir que los lechones más pequeños tengan acceso al calostro sin la competencia de sus hermanos de mayor tamaño.

Al separar camadas se cometen en ocasiones 2 errores que debemos evitar:

Lechones demasiado débiles: en ocasiones la partición de camada se realiza demasiado tarde o con lechones muy bajo peso, ya enfriados que no tienen  capacidad para llegar a la ubre. En este caso necesitaremos un encalostramiento más directo

Encalostramiento asistido

Consiste en asistir al lechón para que alcance la teta, supervisando que a continuación es capaz de mamar por sí solo.

Consiste en asistir al lechón para que alcance la teta, supervisando que  a continuación es capaz de mamar por sí solo

Encalostramiento directo

Nos permite suministrar directamente calostro a los lechones de bajo peso (<800 gr), fríos o con poca vitalidad. El calostro a administrar lo obtenemos ordeñando a las cerdas que están pariendo, que acaban de parir o incluso antes del parto.

El calostro a administrar lo obtenemos ordeñando a las cerdas que están pariendo, que acaban de parir o incluso antes del parto.

Cedida por Carles Casanovas

Lo mejor es usar el calostro al momento aunque podemos conservarlo en la nevera durante unas horas o incluso congelarlo. El calostro se debe suministrar directamente con una jeringa sin aguja o tetina en la boca del lechón. Dos-tres tomas de 15-20 mililitros durante las primeras horas después del parto son muy aconsejables. Si calentamos el calostro en un baño maría a unos 30ºC facilitamos la deglución del mismo.

Encalostrar lechones directamente o de forma asistida consume mucho tiempo en la granja. Mi consejo es aplicar el encalostramiento separado de forma rutinaria, y asistir de forma directa exclusivamente a aquellos lechones de muy bajo peso, o a los que no tengan suficiente vitalidad para alcanzar la ubre por sí mismos.