Diagnóstico Clínico y laboratorial de la disentería porcina

Pedro Rubio Nistal
12-nov-1998 (hace 26 años 1 meses 11 días)

En las condiciones actuales de las explotaciones porcinas, el síntoma clásico más característico de la disentería es una llamativa diarrea mucohemorrágica en ocasiones no se manifiesta con claridad. El empleo de promotores del crecimiento y la mejora de la digestibilidad del pienso y las condiciones de alojamiento y manejo, oscurecen el cuadro clínico.

Afecta fundamentalmente a cerdos de cebo y, con menos frecuencia, a los reproductores o al destete. La difusión de la infección habitualmente es lenta. A veces lo único que se observa es anorexia con empeoramiento del estado general de los cerdos, aumento variable del índice de conversión (de 0,2 a más de 0,6 puntos) y disminución de la ganancia media diaria acompañado de la eliminación de heces más o menos blandas y mucoides de color oscuro o parecidas a cemento.

Las lesiones se localizan exclusivamente en el intestino grueso. Comienzan con hiperemia y edema de la mucosa con contenido blando y contiene mucus y pienso sin digerir. Sin tratamiento, progresan a áreas de necrosis superficial más o menos extensas cubiertas de pseudomembranas fibrinosas con un contenido líquido oscuro en el que se observa sangre.

Aunque el cuadro clínico, la epidemiología y las lesiones son orientativos, el diagnóstico exacto de la disentería porcina ha de realizarse en el laboratorio a partir de mucosa del colon o de heces. Las posibilidades de un diagnóstico directo exacto dependen de la calidad de las muestras que reciba el laboratorio y de las técnicas de que disponga. Si bien los cerdos con cuadros clínicos agudos eliminan una gran cantidad de bacterias en las heces, en los cuadros más benignos y en los crónicos la eliminación es mucho menor en cantidad y puede ser intermitente en el tiempo. Por ello, el diagnóstico sobre una sola muestra tiene una seguridad muy escasa cualquiera que sea la técnica empleada.

Para el aislamiento es necesario contar con un número adecuado de muestras frescas, procedentes de cerdos no tratados con quimioterápicos y recogidas y enviadas en las condiciones necesarias para que S. hyodysenteriae se mantenga viable. El aislamiento es complejo y la identificación exacta requiere tiempo. La inmunofluorescencia indirecta es la técnica más utilizada y es rápida. Su sensibilidad y especificidad dependen de la calidad de los sueros hiperinmunes que se empleen. Si no están bien preparados pueden dar reacciones cruzadas con otras espiroquetas.

Actualmente disponemos de técnicas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) que permiten un diagnóstico con mucha mayor sensibilidad que las técnicas habituales y con total especificidad, ya que se emplean cebadores específicos de Serpulina hyodysenteriae. Estas técnicas serán sin duda las más utilizadas en el futuro para el diagnóstico.

En resumen, para el veterinario clínico suele ser necesario confirmar las sospechas de disentería en el laboratorio. Para tener unas posibilidades máximas de un diagnóstico exacto ha de proceder a una recogida adecuada de muestras de cerdos no tratados y enviarlas con rapidez a un laboratorio que disponga de los medios y de las técnicas adecuadas.