Las micotoxinas causan pérdidas económicas importantes en la producción animal y en la agricultura mundial y, además de afectar a los animales, pueden transmitirse al hombre a través de la carne, la leche y los huevos, y provocar desde alergias a tumores cancerígenos.
Las micotoxinas se definen como metabolitos secundarios del crecimiento fúngico que, por lo general, se generan como respuesta a factores de estrés sobre el hongo. La mayoría de toxinas fúngicas son producidas principalmente por tres géneros Aspergillus, Fusarium y Penicillium: las micotoxinas con más importancia clínica en el cerdo son las Aflatoxinas (B1,B2,G1,G2...), Ocratoxina A, Fumonisinas, Tricotecenos (vomitoxina...) y Zearalenona; los efectos clínicos de éstas sobre el ganado porcino se resumen en la siguiente tabla:
Micotoxina
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Cerdos
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Niveles
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Efectos
Clínicos |
Aflatoxinas |
Engorde
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200-400ppm
1200-2000 ppm
>2000 ppm
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Retraso
en el crecimiento, IC altos
Anorexia, coagulopatía, algunas muertes
Hepatosis aguda, muerte en 3-10 días |
Ocratoxinas |
Acabado
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200 ppm
1000 ppm
4000 ppm
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Lesiones
renales leves, bajada de crecimiento
Polidipsia, glucosuria, crecimiento bajo
Poliúria, polidipsia, azotemia, crecimiento malo |
Vomitoxina |
Engorde
y cerdas |
3 ppm
10 ppm
20 ppm
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Bajada
en el consumo de pienso
Bajada de consumo dermatitis, inmunosupresión
Rechazan la comida, vómitos |
Zearalenona
(estrogénica) |
Cerdas de reposición
Cerdas vacías
Cerdas de reposición
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1-3 ppm
3-10 ppm
>30 ppm
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Vulvovaginitis,
prolapsos
Persiste cuerpo lúteo, anoestro, pseudogestación
Muerte embrionaria temprana (1-3 semana) |
Fumonsinas
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Todos |
50-100
ppm |
Edema
pulmonar agudo, hepatopatía, bajada en el consumo de pienso |
Normalmente el crecimiento fúngico se produce en el campo o al almacenar granos y piensos. Por lo general se considera que el género Fusarium es un contaminante “de campo” mientras que Aspergillus y Penicillium son clasificados como contaminantes “de almacén”. Sin embargo la presencia de hongos productores de toxinas no es un buen indicador de presencia de micotoxinas ya que la producción de toxinas es más bien impredecible, por otro lado la ausencia de hongos tampoco nos permite descartar la presencia de micotoxinas ya que las altas temperaturas y presiones empleadas durante el procesado de los cereales destruyen los hongos pero no son efectivas frente muchas micotoxinas.
Deberían de realizarse de forma rutinaria controles de micotoxinas para detectar al menos aflatoxinas, zealarenona y vomitoxina ya que son las más frecuentes y además nos sirven de indicadores de la presencia de otras micotoxinas. El método más rápido para detectarlas, son kits ELISA específicos bastante prácticos a nivel de campo pero de carácter semi-cuantitativos, por este motivo en el ámbito industrial son más utilizados por su exactitud la cromatografía en capa fina y la cromatografía líquida.
Para prevenir los problemas generados por las micotoxinas se debería disponer de buenas condiciones de almacenaje de grano y pienso (ambiente fresco y seco), cuando estas condiciones no puedan conseguirse es recomendable la adición de inhibidores del crecimiento fúngico (p.e. ácidos orgánicos), sin embargo hay que recordar que estas medidas no son eficaces contra las micotoxinas ya formadas. Cuando se sospecha que hay contaminación por micotoxinas, una práctica frecuente es la dilución del grano con grano sin contaminar hasta llegar a niveles seguros de toxinas, siempre y cuando se haya detenido el crecimiento fúngico de lo contrario se contaminará toda la muestra.
Otra opción posible es la destrucción o inactivación de la micotoxinas, hay
mucho métodos disponibles:
- Físicos (calor, radiaciones ionizantes, luz ultravioleta, compuestos adsorbentes...)
- Químicos (compuestos clorados, peróxido de hidrógeno, ozono, bisulfito,
amoníaco, ácidos, álcalis...)
- Biológicos (bacterias, levaduras, mohos, algas...) no suelen utilizarse
en la industria agroalimentaria.
No es posible sin embargo, establecer un método único para la eliminación de
las micotoxinas en todos los tipos de alimentos y piensos, por lo tanto posiblemente
el uso combinado de distintos métodos físicos y químicos sea la mejor solución
al problema.
Xavier de Paz y Josep Gasa.
Nutrició. Departament de Ciència Animal i dels Aliments. UAB. España.