Alternativa a la castración quirúrgica sin anestesia (I)

Antonio Velarde
27-jul-2009 (hace 15 años 3 meses 26 días)

Castración quirúrgica con anestesia

La administración de anestesia, general o local, acompañada siempre de un analgésico de larga duración, elimina o reduce considerablemente el dolor provocado por la castración quirúrgica. No obstante, la utilización de estos productos presenta ciertas limitaciones. En primer lugar, su uso en animales destinados a consumo humano está sujeto a los límites máximos de residuos de medicamentos veterinarios en los alimentos de origen animal fijados por el reglamento de la CEE (2377/90). En segundo lugar, su administración aumenta el coste y el tiempo necesario para cada castración. Actualmente, no existen protocolos anestésicos específicos para la castración de lechones en condiciones comerciales.

Ketamina, ketamina + xylacina o tiletamina administrada por vía intravenosa son algunos de los fármacos que se han propuesto para inducir anestesia general durante la castración. No obstante, estos anestésicos inducen periodos largos de sedación, aumentando el riesgo de muertes por hipotermia o aplastamiento. La inhalación de isofluorano, halotano o dióxido de carbono (CO2) también induce en el animal una anestesia general. El uso de isofluorano o halotano requiere de un sistema de ventilación apropiado, ya que puede ser peligroso para el personal. Además, la inhalación de halotano puede inducir hipertermia maligna en ciertas razas de cerdos. La anestesia con CO2 puede ser fácilmente aplicada en condiciones comerciales, sin necesidad de un sistema de evacuación para el exceso de gas. No obstante, la inhalación de altas concentraciones de CO2 ha sido muy criticada desde el punto de vista del bienestar animal. En primer lugar, el CO2 es un gas ácido, por lo que su inhalación provoca irritación de la mucosa. En segundo lugar, es un potente estimulador respiratorio que causa hiperventilación y sensación de asfixia antes de la pérdida de la consciencia.

En general, la administración de un anestésico local es el método más utilizado para eliminar o reducir el dolor provocado por la castración. La inyección de lidocaína dentro del testículo y del escroto, alrededor del área funicular (cerca del cordón espermático), induce la insensibilización de la zona y reduce la percepción de dolor durante la castración. En animales anestesiados, el número de vocalizaciones de alta frecuencia asociadas al dolor es inferior que en animales castrados sin anestesia (Figura 1). Si se administra junto con adrenalina, se aumenta la eficacia del anestésico, difundiendo mejor por los tejidos implicados y disminuyendo la dosis efectiva de lidocaína. La analgesia inducida por lidocaína y adrenalina desaparece después de 3-4 h, por lo que deben administrarse junto con otros fármacos que proporcionen analgesia como mínimo durante 24h.

Figura 1. Efecto de la castración sin anestesia, con anestesia o fingida sobre el número de vocalizaciones emitidas en lechones.
Adaptado de Marx et al., 2003

Producción de machos enteros

Además de eliminar el dolor asociado a la castración, la cría de machos enteros también presenta ciertas ventajas respecto a la producción de machos castrados (Tabla 1). Para que la producción de machos enteros sea económicamente viable es necesario tener herramientas para controlar la presencia de olor sexual en la canal. En el Reino Unido e Irlanda, dónde no se castra prácticamente ningún cerdo, los animales son sacrificados a pesos más bajos (74 y 71 kg medio de peso canal, respectivamente), reduciéndose así la incidencia de canales con olor sexual. No obstante, al reducir el peso de la canal, los costes de producción por kg de peso vivo aumentan.

Tabla 1. Ventajas y desventajas de la producción de machos enteros

Ventajas
Desventajas
Mayor eficiencia alimentaria Aumento de agresiones y montas
Canales más magras Más daños en la canal
Mayor contenido en ácidos grasos insaturados
Mayor incidencia de DFD
Menor excreción de nitrógeno Grasa más blanda
Menos costes de producción Mayor incidencia de olor sexual

El mecanismo más efectivo para reducir los niveles de androstenona parece ser la selección genética. La androstenona tiene una heredabilidad alta. No obstante, la selección en contra de esta sustancia reduce a su vez la producción de andrógeno y estrógenos. Esto último, tiene un efecto negativo sobre el rendimiento productivo, y en las hembras, un retraso en la entrada en pubertad.

El mecanismo más eficaz para controlar los niveles de escatol es a través de la dieta y las condiciones de cría. La alimentación húmeda, la incorporación de fibra en el pienso, o materias con un alto contenido en carbohidratos de baja digestibilidad en el intestino delgado, pero fácilmente fermentables en el intestino grueso (pectinas, fécula de patata etc.) resultan en una reducción de los niveles de escatol.

El contenido de escatol es inferior en cerdos alojados en suelo emparrillado que en suelo continuo compacto (Kjeldsen, 1993). La piel del cerdo es muy permeable al escatol, por lo que una vez excretado por las heces, si el animal entra en contacto con éstas, el escatol se absorbe y se acumula en la grasa (Figura 2). Así pues, es recomendable mantener los animales limpios, especialmente durante las últimas semanas antes del sacrificio. Por esta razón, en épocas de calor, la posibilidad de que los animales puedan termorregularse sin necesidad de revolcarse en la excreta, reduce considerablemente los niveles de escatol.

La aplicación de las medidas anteriormente descritas reduce considerablemente la incidencia de olor sexual, pero no garantiza su ausencia en todas las canales.

Figura 2. Efecto de la estación del año, del sexo y de la limpieza del animal sobre los niveles de escatol.