Patrones de comportamiento que conducen a la caudofagia

Giulia Gambarini
15-nov-2024 (hace 5 días)

La mordedura de colas en la cría de cerdos es un tema bien conocido, ya que representa un problema económico pero también de bienestar animal (Schrøder-Petersen & Simonsen, 2001). De hecho, además de ser un signo de una situación de malestar, morderse la cola de por sí es una causa de estrés y dolor para los animales y puede provocar infecciones y enfermedades. Esto también se traduce en pérdidas económicas debido al uso de medicamentos, la reducción de la ganancia de peso y la depreciación de la canal (Arnott et al., 2014).

Le lesioni alla coda rischiano di andare incontro

Desde un punto de vista etológico, se trata de un comportamiento anormal heterodirigido de aparición esporádica e impredecible, cuyos factores de riesgo están relacionados tanto con el ambiente como con las características individuales de los animales (Ursinus et al., 2014).

En general, los eventos de caudofagia se desencadenan sobre la base de dos conceptos clave (Valros A., 2017):

Más concretamente, se han identificado tres palancas motivacionales diferentes, cada una de las cuales corresponde a un patrón de comportamiento específico (Taylor et al., 2010):

Patrón en dos fases (two-stage)

Es el modelo más estudiado y se caracteriza por tener dos fases, la primera de las cuales implica una fase previa a la lesión, mientras que las lesiones propiamente dichas se producen más tarde. Inicialmente, un cerdo manipula la cola de otro con la boca, sin causar lesiones y sin provocar una reacción del cerdo que sufre la manipulación (fase de cola en boca). La manipulación continuada lleva a la formación de pequeños arañazos o heridas, incluso graves, que provocan hemorragias, y es en ese momento cuando el cerdo atacado muestra una reacción de evitación. La causa de este patrón parece ser la falta de un sustrato adecuado para el comportamiento exploratorio, lo que llevaría al cerdo a explorar la cola de su compañero como único "material" disponible. Proporcionar a los animales un enriquecimiento ambiental adecuado puede ser una buena estrategia preventiva, aunque no está claro hasta qué punto puede ser eficaz en una situación en la que las mordeduras ya están en curso. También es aconsejable retirar al animal mordedor.

<p>Foto 2: En el caso de un modelo de dos etapas, el mejor enfoque preventivo es proporcionar a los animales enriquecimientos ambientales que puedan manipular, por ejemplo, paja.</p>

Patrón súbito-violento (sudden-forceful)

El segundo patrón está menos estudiado y suele describirse como canibalismo. Se trata de un comportamiento agresivo manifestado por una mordedura repentina y violenta, que provocan una lesión inmediata en la cola y la consiguiente reacción del animal que sufre la mordedura. En este caso, la causa parece ser la falta de acceso a los recursos y la estrategia preventiva es, por tanto, reducir la competencia por el espacio, la zona de descanso, la comida, el agua potable o el enriquecimiento. También en este caso, puede ser aconsejable retirar al mordedor.

Vídeo 1: Para evitar que se desencadene el patrón de comportamiento súbito-violento, es importante garantizar que todos los cerdos tengan acceso a los recursos, por ejemplo, con un espacio adecuado en el comedero.

Patrón obsesivo (obsessive)

El tercer patrón se produce cuando un cerdo agarra y tira repetidamente de la cola de otro cerdo, provocando la reacción de la víctima. El mordedor realiza este comportamiento repetidamente y busca con insistencia una cola que morder, lo que denota un comportamiento obsesivo. Se desconoce la causa, pero podría estar relacionada con características intrínsecas del sujeto, quizá vinculadas al metabolismo proteico o al estado de salud del mordedor (Czycholl et al., 2023). Las mordeduras pueden reducirse identificando y eliminando a los cerdos con tales tendencias.

Vídeo 2: El patrón obsesivo parece estar relacionado con características individuales, por lo que la solución es eliminar a los cerdos mordedores.

Algunos investigadores podrían haber identificado un cuarto patrón de comportamiento, caracterizado por un acontecimiento repentino que causa daños en la cola, tanto leves como graves, que se propagan rápidamente dentro de una misma instalación y entre ellas. Parece ser que la causa son los cambios repentinos en el ambiente, por ejemplo, la alimentación o la temperatura, que, por lo tanto, deben evitarse para prevenir el fenómeno (Valros A., 2018).

Independientemente del tipo de patrón, está claro que existe una atracción significativa por la sangre (aunque con una alta variabilidad individual), lo que explicaría cómo incluso una lesión menor aumenta la motivación para morder, incluso en cerdos que no causaron la lesión inicial (Fraser, 1987). La imitación, que para los cerdos es fundamental en el proceso de aprendizaje, también juega un papel en la propagación del fenómeno.

<p>Foto 3: Cerdo en el acto&nbsp;de morder la cola de un compa&ntilde;ero.</p>

El conocimiento del patrón de comportamiento es importante para decidir el tipo de intervención que debe adoptarse. Proporcionar material manipulable, reducir la competencia por la comida y el espacio, pero sobre todo intervenir con prontitud en cuanto se identifica el fenómeno sigue siendo siempre fundamental.